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EL DESAMPARO Y LA FUERZA


EL DESAMPARO Y LA FUERZA

EN LOS OJOS DE CUALQUIERA

 

 

 
 
 
 
 
BALDER

1992

 

 

1

ACERCA DEL DESAMPARO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Hay algo más verdadero que los ojos

de un hombre desamparado?

 

 

 

 

MAÑANA

 

Hoy éramos amigos del alma que se abrazan

en el fragor de las fiestas

Mañana nos denunciaremos

Ante el Tribunal del Frío

 

Educados petimetres nos  cedíamos

el paso para entrar al restaurante

Mañana nos morderemos en los ojos

por salvarnos del Diluvio

 

Hoy reprimíamos ganas

de mirar piernas casadas

Mañana será costumbre

humillar a su marido

 

(Y el sótano...

el grito horrible...)

 

Hoy un poco preocupados:

Esa suciedad en  las venas

Mañana estaremos postrados:

una viga en la cabeza

 

Leíamos estos versos

jugábamos a  entenderlos

Mañana recordaremos

solamente los terribles

 

(...Viviremos dentro de ellos

Descubriremos perplejos

la vida desesperada)

 

Hoy sentíamos pudor

por amar tanto a los perros

Mañana les besaremos

Sin que ninguno sonría

 

Levantábamos horarios

arrogancias

tratamientos

celdas íntimas

Mañana estaremos desnudos

 

 


 

ESCORPIO

 

"Todas las mañanas baja al pozo

Y a la mañana reaparece

Con un nuevo reptil entre los brazos"

Octavio Paz

 

 

Mujer de profundidades

las sonrisas de los ángeles idiotas

no han de caber en tu vida

 

Nos miras inexorable

y desbaratas nuestros subterfugios y pretextos

estremeces con tu voz nuestra raíz

sonríes la sonrisa descarnada

de los condenados a muerte

 

A veces a medio vuelo

en nuestros pasos de baile

protocolos

veleidades de salón

ideas edificantes

nos quedamos detenidos frente a ti
 tu magnético silencio...

(eres turbia

imperceptible

semejante

a la virgen destinada

a pronunciar el oráculo) 

 

... Se nos seca  el parloteo

y nos asusta mirar

lo que sin querer has hecho:

en el fondo de tu cámara

un sacrificio de sangre

 

No entendemos el estilo de tu generosidad

Tenemos que agradecerlo abochornados

 

Surges de debajo del volcán

cuando tu Luna-madre gravita

en  noches del equinoccio

para nosotros tan tensas

Las dormimos desoyendo

asedios de pesadillas

como apoyando la almohada

contra los ojos de un muerto

 

Y mientras tanto tú sufres

como tan solo tú sufres

y estás rabiosa de vida

y desvivida

y otra vez ese deseo de morirte

 de largarte...

 

Lo conoces:

el viejo odio contra tu corazón envenenado

tu corazón de vidente

tu corazón en las Furias

tu corazón que destila

amor yermo

o esa entrega silenciosa

tu corazón que nos emociona siempre

como lo serio del Hombre

 

Pero tú ni te aprecias ni te odias

Eres para ti un viejo vicio y a veces

hay una dulzura siniestra

en clavarte el aguijón

en carne propia

 en la masacre febril

de todas las ilusiones y esperanzas

y los delirios crueles

de los que no te arrepientes

 

Nos desesperas

Te amamos tanto

¡Te amamos tantos!

 

Esa costumbre insalvable

del pozo y de los reptiles...

No comprendemos tu enigma

Qué persigues

Qué nos quieres

Qué es lo que eres

 

Y aunque jamás pides nada

Hablamos entre nosotros de curarte

Y no sabemos

 

 

 

 

 
COMO EL MAR

 

 

Maravillosa Terrible

como el mar

tu voz firme

me  da amparo

como un lago

 

Protege a la mía que tiembla

sola

desamparada en la isla

 

(El mar no se cansa nunca

no es semejante a un dios viejo

no es un joven de derroches impacientes

si decimos que es hermoso

-que eres bella-

a él qué le importa)

 


 

 

 

 

CELDAS

 

Y ahora entraremos de nuevo

en el Sistema de Celdas

las Técnicas Avanzadas

para agrandar el Silencio

sostenes tan rigurosos

que aprieten el corazón

una urbanidad perfecta

 

Ahora hablaremos de veras

solo con Dios

siempre a solas

(no les ames

no les odies

no les mires tan de cerca)

 

-Los sentimientos eran ridículos-

 

Por eso ya no hay nadie por aquí

que nos lleve a ver el mar antes del alba

nadie que se humille a cuatro patas

por robarle un beso a Ana

nadie que siquiera inicie

gestos de la antigua audacia

(nadie llora)

nadie que reciba poemas

nadie que se enamore

 

Y por eso ya no hay nadie

 

 

 

 

 

 

 

 

EL AGUA LASCIVA

(El Desamparo en su Fuerza)

 

Yo soy el agua lasciva de un puerto a medianoche

Calmada caliente e inquieta

 estoy llena de aceite

 soy obscura

 

Las luces de tierra firme de la avenida

alcanzan a dorar mi lomo

Se creen que pertenezco a la ciudad  De ahí tales confianzas

 

Focos de grandes buques anclados en el centro de mi bahía pretenden  convertirme en una fiesta

Y entonces todo el mundo se asoma por verme vencida

 

Desamarran esos fatuos animales de colores y yo quedo

 

Soy alegre y siniestra   Guardo el secreto del sexo 

soy el fondo del misterio

Deberían llamarme Escorpio por mi mirada voraz

por mi tendencia a la crápula

 el secreto beneficio que provoco

 

Me gusta contonearme obesa y profunda contra los lamidos

bloques de los pantalanes

Mi estómago  mi alma fluctúan con un eco

 moroso  sonoro retumbante

 

Visito a las niñas muertas  los grandes pecios hediondos  los olvidos

de los hombres en mi seno

 

Los tímidos botes abandonados por sus patrones

tiritan

antes de que los abrace

 

Ni el puerto ni la ciudad ni los humanos saben de dónde vengo

Me ven callada

Cuando amanece me marcho

 

Soy el agua salvaje entre paredes

 








 

DISCORDIA

 

 

              "La guerra es padre y rey de todas las cosas"

                                                                                                          HERÁCLITO

 
Y ahora tú has venido aquí

y te has sentado frente a frente

y no me  miras

y entonces el aire se crispa

contaminado por los teatros

entonces la cara nos duele

En el muelle las amarras

aúllan como tendones

 

Nuestras piernas -todavía

a la sombra de ternuras triangulares-

al tocarse por debajo de la mesa

son de acero

La elegancia

ceremonial de la lucha ordena

que me niegues

aquella mirada honda

 

(Profundo

profundo teatro)

 

En nuestra jaula de gallos

-mezquina-

mariscales mutilados ataviados

para el saloncito rosa

matasietes de palabras

audaces dandis

 discutimos  animados dando tiempo

a la faena de obreros

 

Huele a limón de butacas tu semblante

sinceramente angustiado

mi confesión a ropaje en el armario

aquel baño entre las rocas donde fuimos felices

y hasta el recuerdo sombrío

de tu mujer imposible

Todos los grandes amigos

con entusiasmo pasaron

 

Entendemos por "lucha" lo viril

Demostramos "luchando" el valor

La lucha da "dignidad"

y manifiesta "carácter"

pues si "luchas"

aunque pierdas

no te humillas a ti mismo

 

(Profundo

profundo teatro)

 

(El hombrecillo blanquirrojo con sombrero

aquel que bailoteaba

encima de nuestras bocas

¿por qué ya no viene nunca?)

 

Poco antes de matarnos

-si te acuerdas-

yo caí por un instante en el fondo de tus ojos

Vi dos sombras

casi a oscuras

sin testigos:

Se cogían de la mano acobardada
 

 

Para Amable Palacios Brusca

 





PROGRESOS HACIA LA ETERNDAD

(El Desamparo Absoluto)

 

 

          La otra mañana al despertarnos lo advertimos con terror: ¡Ha desaparecido para siempre el horizonte! Mar y cielo se confunden alrededor de la isla.

 

                    Unos dicen:

          -"Lo que ocurre es que el mar ha ascendido hasta colmar la bóveda celeste: ¿No habéis observado que de noche en vez  de brillos de estrellas hay rumores de oleaje, destellos de cetáceos voladores, aparecidos que gritan, insinuar de linternas y  chapoteos fugaces en el negro firmamento?"

 

          Pero igual vale lo otro:

          -"No. Las aguas se secaron por completo y en la costa se abre un abismo infinito. Acantilados inician vidas más exageradas. Por eso las aves ya no se aventuran diez metros más allá de tierra. Amanece desde abajo, como nunca, en playas vertiginosas. A partir de ahora solo nos visitan los planetas al alcance de la mano."

 

          Los partidarios del Agua, los partidarios del Aire discuten sin resultado. La situación es eterna.

 

          Pero entre nosotros se va enraizando otro miedo. Las mujeres lo repiten a media voz entre ellas, agoreras, mientras siguen como antes sus tareas: "Todavía ha de venir un nuevo cambio, otra plaga más dañina".

 

          Nos preguntamos qué haremos si mañana al levantarnos ya no existe el horizonte de la carne, si se abole para siempre la línea de nuestro cuerpo con las c
 

 

 

 

SUÉLTALO ADENTRO

(Conjuro anti-Desamparo)

 

Desnuda te atraviesas en mis ojos

a todas horas

por la calle solitaria Te deseo

Y creo que voy a enfermar

(una pasta de fermentos en el vientre)

que me voy a volver loco

(cantinela nauseabunda)

si no grito de una vez este conjuro:

Con el semen retenido en mis raíces

floreceré boca adentro

 
 

 

 
 

PRESENCIA DE LOS AMIGOS

 

Y nadie va a venir por el momento a consolarte

por eso eres desgraciado

magnífica la mañana

perfecto desesperado

clavado

contra la celeste

perfección

de la playa a mediodía

Tanta calma en las gaviotas

la marea

que vas a llorar de calma

 

(Ella te decía "duele a flores"

ella lloraba

reía siempre)

 

Eres un perro enfermo

tirado en cualquier parte 

un niño absurdo que levanta

castillos de arena y los rompe

para que no los vea nadie

 

Menos mal que han inventado

las amistades abstractas

las compañías de humo...

 

Menos mal que se te quiere

y un poco más adelante

con sus ojos divertidos

algo infieles

(los tuyos)

te están ya esperando

 

Y hasta ya vibra invisible

en el alma de los cielos:

tu amor

 

Envuelve tu piel sola aunque esté lejos 

 





 

NOS LLEVA

 

Deseada siempre ausente

mi amor es una mujer muy solitaria

llora a veces

y yo me siento a su lado

y le acaricio una mano

sin pedirle que me mire

 

Otras tardes soy yo:

Sordidez en los pulmones

gran falta de fe en la vida

fuerzan con obstinación

el decaer del crepúsculo

Y ella entonces me acompaña

En silencio y sin consuelo

 

Hace años todavía

indagábamos respuestas

esforzábamos intentos

no sabíamos de Amor

 

Ahora ya viajamos mucho

soñamos

nos vamos ...

por ejemplo en una lancha que tripula

un caballero muy dulce

 

Cautivados

quisiéramos aprender

todos los nombres del Viento

el desamparo o la fuerza

en los ojos de cualquiera

acariciar esas aguas

con otra fibra más íntima

 

Fábulas y embriaguez:

Ni siquiera nos habíamos fijado

en el rostro del barquero

Ríe en silencio de muerte

 

 

 





 

LOS REYES MALOS

(Amparo de la Familia)
 

El juego es malvado y familiar, tan familiar...

 

Se trata (y ya lo sabes) de que tu herida del vientre -fresca aún, recién cosida- sangre un poquito. Y no temas:  Que es un juego. Se trata de que las pequeñas heridas, como puntos, en tus muñecas empiecen a sangrar un poco.

 

Cuchicheos y risitas de tus primas, canciones tontas, ese humor tan nuestro (puedes sentirlo directamente como una atmósfera) te convencen de que puedes confiar. Y por favor no seas crío.

 

Y vas a bajar sangrando por el tobogán gigante. ¡No te asustes!

 

Porque al poco de haberte tirado, cuando ya casi parezca inevitable que se rompa el hilo (tú ni podrás darte cuenta), saldremos de repente nosotros, por ambos lados del tobogán, en tu auxilio, en todas partes. Qué sorpresa vas a llevarte.

 

Nos vamos a reír mucho. En el último momento.

 

Vamos con disfraces toscos, viejas sábanas por capas, polvo de harina en la cara de teatro hecho en familia.

 

Y esos señores barbudos de pueblo, verdaderos directores de todo esto... ¿Quiénes son? Tal vez amigos de tu padre o parientes muy lejanos. Son graciosos Reyes Magos. Te contemplan entrañables aunque tú no les hayas visto nunca.

 

  Ya se ríen y te llaman por el nombre que solo te dan en casa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

HABLA UN MUERTO AGRADECIDO

(Un Amparado)

 

 

Me enamoré. Mi novia era un diamante en una urna.

Por eso tuve que someterme a ciertos rituales de amputación.

Quise adornarlos con un matiz de secreta hipocresía; no pude.

Al menos hice añicos los cristales para siempre:

A partir de ahora manosearía la joya hasta hartarme. A mis anchas. En familia.

 

Ah, yo que estaba fascinado por su peligro, yo que tanto admiraba su libertad, yo que siempre estaba celoso... transmuté a la bella en un vidrio de ventana cortado en razón de lo conveniente.

De hecho desde entonces mi vista se perdía sin remedio  a través de su figura sentada enfrente.

 

Luego surgieron viejas hadas que me secuestraron con sus dulzuras, hombres echados a perder que me adoctrinaban en la resignación. Una especie de felicidad les disolvía sin que quisieran enterarse.

 

¿Qué culpa tenía mi señora (ya había iniciado su proceso de carbonización)

de que yo hubiera adquirido con los años ese aspecto inconfundible de cornudo?

Mi pericia para hacer el amor quedaba muy por debajo de la de un molusco.

Me dormía. Me dejaba acomplejar. Fantaseaba con las sirenas de la tele.

Casi siempre estaba aturdido.

 

Mientras tanto trabajaba, trabajaba, trabajaba. Tras arduos años de estudio arrebaté a la sociedad un gran empleo.

 

Gracias a él adquirí numerosos artefactos.

Apretaba los botones resuelto hasta el fanatismo,

ordeñaba a conciencia las delicias electrónicas, me desplazaba en un bólido: una divinidad ininteligible que se nutre de sangre y de estadísticas.-

Ahora que me he partido la crisma, mis sesos se derraman sobre la tapicería.

Soy una ofrenda algo torpe

 

Vivía angustiado por los fines de semana.

Durante las vacaciones el infierno del matrimonio se avivaba incandescente. Viajábamos lo más lejos posible pero llevábamos siempre con nosotros

 el martirio puntilloso de ser dos y ese bostezo

(ya lo he dicho) de convertirnos cara a cara en ventanales.

 

No sé por qué he pensado esto último.

Yo era un recluso de mi magnífico cerebro

(que se esparce butaca abajo hacia los pedales).

No, no debería quejarme.

Sí, esa impresión de llevar pegado a la espalda un insecto, una deuda, obligaciones que se te habrán ido de la cabeza (¡pero ellas no te olvidan!)... Tonterías. Neurosis. Nunca se vivió mejor.

Gracias. Nada hay mejor que las ciudades.

 

En la adolescencia había contraído un hábito sucio, muy sucio 

que estaba corroyendo mis pulmones a otro ritmo

algo más lento que este de partirme la cabeza de repente.

Afectado por las voces de los sabios, bajando los ojos ante las campañas

del bien, me lanzaba por los parques a hacer penitencia.

Mi salud... mi patética salud perseguida por los relojes

y las albóndigas modernas.

 

¡Nunca dispuso el hombre de tantos alimentos!

 Espectros de la posguerra venían a censurarme. Gracias, gracias.

 

Gracias, insisto, gracias:

Mi admiración para el camionero que llora ante mi cadáver descompuesto.

Para estos oficiantes eficaces y apremiantes incluso ahora.

Para el plástico que envuelve mi carne abandonada, ese rasgo moderno

de la cremallera mortuoria.

La relación calidad-precio de mi ataúd se acercará a lo razonable si mi mujer trata este asunto como todo: con prudencia.

 

 

 
 

 

LA ESTABILIDAD

 

Hay un loco que corre

dentro de un autobús que rueda

por el garaje de un barco que navega

sobre el mar de un planeta que gira

en un sistema solar que se mueve

dentro de una galaxia que se aleja...

¿de dónde?

Dentro del loco: lombrices que se deslizan

 

 

 

 
 

LOS TENDERETES

(Desamparo en el Mercado)

  

Siempre que pases tú estarán desmontando los tenderetes. Habrá viento.

 

Miden tus pasos las varas de metal al tintinear por los suelos. Hombres descamisados desmiembran las estructuras de un solo golpe certero con la palma de la mano y por los cuatro costados arrecia la lluvia de hierros: Redobles por la muerte del mercado.

 

Presencias sin ser visto la intimidad de los comerciantes (no existes: ya no se vende): Por ejemplo sus furgonetas con el estómago abierto: sobre literas manchadas se amontona una variedad de seres y ellas los engullen generosas.

 

Mujeres de una belleza insolente se reclinan fatigadas sobre esas espaldas de cargadores crispadas en el esfuerzo. Acarician distraídas tatuajes de dragones, jesucristos y aforismos carcelarios. Las gargantas son ásperas como la raza. No hay voces dulces. No hay rasgos dulces. Algunas parejas se besan en la boca después de besar billetes sucios.

 

La fruta podrida se aplasta en manchas naranjas contra el asfalto. Las tapas de las cajas de zapatos, caídas de cualquier forma, componen mosaicos regulares y perfectos. Gritan así: "¡Somos gente!"

 

En la cuneta, gigantes de cartón de la estatura de un hombre soportan dignos la afrenta. No son nadie desde que perdieron el alma.

 

Deliran en el descampado los fantasmas de plástico fustigándose entre ellos y crujiendo. Saltan, paran y vuelven a empezar. En cambio, los botes de bebidas - compactos, razonables como siempre- seriamente colocados junto a un poste o en el borde de la acera, contemplan la devastación sin decir nada. Creen que se les va a respetar. Nada saben de la muerte.

 

Hay una camisa mordida por el polvo, enganchada y desgarrada en los yerbajos. Es espantosa su lucha contra las Furias.

 

Cerca de ella se hincha una bolsa blanca como el pulmón de un agonizante. Desfallece, combate un poco, se infla, flamea y de pronto... es enviada al infierno.

 

Sillas de patética elegancia, carentes de asiento pero todavía en pie con sus patas y respaldo, invitan a una caída hasta el centro de la Tierra.

 

Colchones con orines en sus fundas, sábanas con manchas rojas.

 

Un paraguas medio roto da tumbos como un cuervo tullido.

 

El carrito de un nonato espera perpetuamente. Nunca iniciará el paseo.

 

Rejas, carteras, juguetes, muñecas calvas...las preside ese solemne patriarca: el gran sofá aún intacto del salón de la intemperie. Sigue esperando a sus amos, sus verdugos, sus amigos. No sabe que ya es miseria.

 

Alguien ha tirado de la cuerda que sujetaba un toldo y al volar... un latigazo en la cara. "- ¡Despiértate! He sido yo. Yo te he picado. ¡No hay calma!"

Y esa serpiente de esparto se contorsiona burlona; enseguida

un vórtice de inmundicias baila en corro entre tus piernas:

"Caminas hacia una casa donde no te espera nadie".   

 

 

 

 

 

 

TODO FUNCIONABA BIEN

 

Teníamos

para los coches garajes

para el cuerpo desayunos

para el amor colchas blancas

 

La sensibilidad de nuestros clásicos

mantenía recogida

la inquietud adolescente 

 

Teníamos

la gran sala luminosa

y el seto bien recortado

mascotas de la ternura

fontanelas de los niños

las rutinas más brillantes

 

Todo funcionaba bien

 

Hasta que volvió la Deuda

hasta que irrumpió ese loco

hasta que llegó un demonio

y lo rompió sin motivo

 

Desde entonces

vivimos convaleciendo

 

 

 

 

 

 

UN PIOJO DEL SENTIMIENTO

 

Ellos siempre se lo dejan. A  ellas les sobra siempre. De eso me alimento yo. No sabían ni siquiera que se come.

 

Y estaba en celdas prohibido y en cárceles ha brillado: ojos de la prisionera, miradas del atrapado.

 

Besos niños, ternuras completamente olvidables, caricias sin maremoto,

casi urgencias...

 

Abren hambre, me dan pena

las máquinas solitarias de nuestras grandes ciudades:

Semáforo intermitente,

confín de la madrugada,

policía para nadie,

inútil cálido.

 

Espíritus azulados de pantalla

 toda la noche implorando:

"Si desea continuar pulse ..."

 

Alarmas que se disparan a las tantas,

desesperadas del limbo,

histéricas gemebundas un rato

que vuelven a callarse de repente.

Suicidas, silentes faros

tercamente enamorados

de algún dueño desatento,

se desangran en plena vía pública.

Teléfonos persistentes

en el bloque de oficinas apagado...

 

Yo quisiera descolgaros, daros pausa, acompañaros, consolaros.

 

Sobreviviría durante meses.

 

 

 

 

 

LOS OJOS DE CUALQUIERA

 

 

Los presos amotinados sobre el tejado del penal mueven trapos,

 fuman descarados, gesticulan obscenos, saludan sarcásticos a la cámara. Otros muestran una pancarta pero no se puede leer lo que piden. Otros gritan desde esas imágenes mudas.

 

Gestos de libertad... desde el presidio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

II

ACERCA DE LA FUERZA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                              ¿Un placer mayor que el sexo?

                                                 Ese en el que estás pensando y que no tiene nombre

 

 

 

 

 

 

BENDECIDO

 

En la isla

la terraza daba al cielo

se abría al mar

 

Al anochecer

brillaba la Ciudad Vieja

la fábula milenaria

alzada en el promontorio

 

Y afuera los amigos me esperaban

la aventura

en el perfume de esas tardes

 

Los rehuía enamorado

En la  estancia silenciosa

amplia y clara

impersonal como el cielo

conversaba con mi  alma bendecida

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SEGUNDA ADOLESCENCIA

 

 

 

Esta gran capital de provincias

belga o francesa

de mi sueño

no es París

y llueve siempre

 

Gris ciudad

gravada con

grises moles de granito

Corresponden por sistema a instituciones

donde

nadie ha sido feliz nunca

 

Bajo inclemente llovizna

en mañanas de de domingo 

salgo con Pierre a buscar

los únicos agujeros

en el muro de este mundo:

noveluchos en los puestos

 

La tierra es roja y negra en las afueras

muy fértil

para los baños de sangre

 

Charcos que son espejos

de tristezas resignadas

y el paso de algún vehículo destartalado

revientan el barrizal

 bajo el gañido espeluznante  de  gaviotas

 

La niebla suspendida en los pantanos

simboliza nuestra falta de piedad

La luna entre nubes negras

semejante a una lámpara tirada entre cortinas

tras un episodio violento

nuestra falta de esperanza

 

Pero da igual:

Yo estaré borracho siempre

A la hora de dormir me vuelvo loco

Me tumbo absurdo

desnudo

en cornisas del placer

pienso en nada

y presiento no sé qué

 

Me rodea sin tocarme como un ángel

 

 

 

 

 

HOMBRES ANTIGUOS
 

Ésos que no se marcharon

o emigraron y volvieron

(porque la isla -sus siglos-

les apresa)

hombres de edad estimada

en más de dos mil seiscientos años

disfrazados para esta encarnación

de insignificancia moderna

invadidos invencibles

 

Se ríen modestos

ante el asombro que causa

en el forastero

su fácil habilidad

para detectar veneros

con un péndulo o una vara

 

Y al inquieto admirador

de las costumbres antiguas

no le sale

porque no está custodiado por sus muertos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ISLAS

 

 

Todos los países tienen islas, incluso aquellos que no dan al mar:

en el mismo corazón del continente las vacas desde altísimos prados contemplan desconcertadas el agua que les rodea por todas partes.

Topografía absurda, mal diseñada. Por eso las autoridades cantonales al final terminan construyendo puentes que redimen a isleños sin vocación.

 

Casi nadie piensa en ellas: islas frisias, accidentes olvidados del Imperio, uñas delicadas de un coloso, astillas de transatlántico flotan casi inofensivas sobre el estanque del Norte.

 

De otras se desconoce la médula: islas africanas plagadas de alimañas. Ni los piratas se atreven a desembarcar cuando, llorando de hambre, las fieras salen a darles la bienvenida.

 

Islas gélidas  donde son abandonados los ancianos para que mueran.

 Cuando  deja de oírse el eco de la embarcación y  ya ni siquiera se distingue el punto negro en el océano, sopla el viento y los ojos del senecto contemplan la isla perfecta.

 

Nadie las ha visto nunca: cerca del faro de Eckmühl, frente a la Pointe du Raz y la Bahía de los Muertos yacen islas envueltas en la bruma permanente.

Desde los acantilados se intuye qué contiene el nombre de Finis Terrae (las palabras son también islas) pero por más que se persevere no se distingue nada más allá de los escollos, las tormentas y las nieblas. Tras el desastre los  druidas huyeron hacia la última Tule.

 

Islotes enteramente ocupados por una fortaleza o un penal. En la base las murallas se funden con los acantilados. Surgieron así del océano: acabados y perfectos. Una raza de enanos en el fondo submarino los labró antes de que emergieran como floraciones mágicas. Los que llevan las provisiones hasta sus puertas reciben el desprecio del pueblo.

 

Isla de los Leprosos.

Isla de las Ratas.

Isla de los Locos.

Isla de los Ahorcados.

Isla de Poveglia.

 

Figuras sonámbulas vagan en pena.

 

LOS LOCOS

 

 

Me trataré solamente con seres horripilantes

En sus ojos de maltrechos yo siempre encuentro tesoros

Los demás se avergonzarán de conocerme

cuando me vean con ellos 

porque huelen mal

porque no saben vestirse

protagonizan incidentes

no se casan

son objeto desde siempre

de sonrisas de desprecio

 

En mi casa perfumada

brillarán con sus ojos verdaderos de diamante


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MI AUSENCIA

 

 

Yo no sé cómo soy cuando me ausento

Después de mi despedida

el eco todavía de mi voz

resonando en mis amigos

 

Ni sé bien cómo me sueña

mi enamorada secreta:

Está sola

muerde flores...

no va a declararse nunca

 

Qué nombre real me dan

los labios de mi enemigo

Al retarnos desde el miedo

pronunciamos un insulto diferente

 

Mi casa cuando me marcho

y se tensa en un instante reflexiva

Quiero oírla

y no puedo regresar sin encontrarme

 

Vaciado de mí mismo

¿cómo es mi lugar y mi contorno?

 

El hueco que yo llenaba

en ciudades que eran mías

Nunca he vuelto

ni hago falta

 

Mi huella en el corazón

de los que ya me olvidaron

 

Los muertos que no se marchan

patéticos

errabundos

fantasmas

Tan enigmáticos como inútiles acechan

desde grávidos rincones

y tirantes simetrías de pasillo

Desde el patio de la casa de labranza derruida

nos observan venerables pero mudos:

Necios muertos campesinos

que contemplaron aquí

cómo morían sus tardes

 

Ahora desesperados

perplejos

sin reposo (pues no duermen)

a medias entre dos mundos

ausentes siempre presentes

emisarios

Quisieron quedarse a mirar

su propia ausencia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUANDO ACABE

 

 

Estoy interesado en lo que surge

más allá de las palabras

Todas las cosas comienzan

Todas las cosas terminan

Cuando los hombres se callan

Resplandece el veredicto

 

Y siempre por más que charlen

y por más que disimulen cuando acaban

y aunque intenten escaparse

renovando sus delirios o tosiendo

da lo mismo:

la paciencia del silencio les da alcance

 

Se desvanece en el aire

la voz que nos sojuzgaba

 

(Algunas veces -es cierto-

nos quedamos detenidos de repente

nos miramos a los ojos

sin pensar ni esperar nada

estúpidamente huecos

con atención de animales)

 

El árbol

¿no habrá iniciado un discurso?

El torrente

¿desciende sin pronunciarse?

¿El mar nos anula? -El Mar:

hasta su nombre es opaco 

 

Cuando cese el parloteo de este día

se alza el alma como un soplo de milagro

Cuando cesen

todas estas contorsiones de la vida...

 

Estoy interesado no sé en qué

¿en el final de las cosas?

El final por ejemplo de estos versos: no sé cuándo

se apoderaron de mí

Ni por qué

alguien empezó a leerlos

Al final

habré de callarme igual que todo

 

(Sobre todo tengo tiempo:

si agoto el papel

puedo sacar otra hoja

y seguir escribiendo desde arriba

un estanque al desbordarse

vierte sobre otro)

 

Y no invento un acertijo o un truco para pedantes

ni ensayo una mueca nueva

Es que realmente no sé

qué ocurre cuando me callo

 

Apagaré la luz en cuanto termine

me marcharé de la casa

dejaré a estas frases solas

obsesas y sin final

chillando desde su limbo

 

Hace tiempo que tan solo me preocupa

que ya solamente escucho

eso que sobreviene cuando la gente se calla

la atmósfera suspendida

el eco de la puerta de la casa

de la que  me habré marchado

 estos versos

-me da miedo-

que ya no habré escrito yo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL FUEGO

 

 

Ligero

desprovisto de familia

sin deberes

el perfecto enamorado de la vida

serán un simpático recuerdo en la comarca

sus andanzas

 

(- "Siempre se paraba a saludarnos

Le gustaba hacer preguntas")

 

Explorador de aledaños

estudioso heterodoxo

mujeriego inofensivo

viajero

dejó en un nivel nuevo

el arte de la curiosidad

 

Y ahora nos emocionan

-aunque tarde-

sus excelencias secretas

 

Entusiasta impenitente

de humor fácil

predispuesto a la amistad

nos sonreía a los ojos

 

Y esa juventud sagrada

y ese fuego

¿para qué?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL BARRO

Addendum 20 años después

 

 

 

Pesado

lastrado de familia

de deberes

uno más  entre amargados de la vida

serán pronto olvidadas sus andanzas

 

(-"No solía hacer preguntas

Saludaba de pasada")

 

Explorador de despacho

estudioso encasquillado

mujeriego reprimido

casero

dejó en un nivel nuevo

el gris de la mediocridad

 

(Ni siquiera nos conmueven los detalles

de su reventón final)

 

Solitario impenitente

de humor cáustico

tan inmune a la amistad

que esquivaba nuestros ojos

 

Y esa vejez derrotada

y ese barro

¿para qué?  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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