EL DESAMPARO Y LA FUERZA
EN LOS OJOS DE
CUALQUIERA
BALDER
1992
1
ACERCA DEL DESAMPARO
¿Hay algo más verdadero que los ojos
de un hombre desamparado?
MAÑANA
Hoy éramos amigos del alma que se abrazan
en el fragor de las fiestas
Mañana nos denunciaremos
Ante el Tribunal del Frío
Educados petimetres nos cedíamos
el paso para entrar al restaurante
Mañana nos morderemos en los ojos
por salvarnos del Diluvio
Hoy reprimíamos ganas
de mirar piernas casadas
Mañana será costumbre
humillar a su marido
(Y el sótano...
el grito horrible...)
Hoy un poco preocupados:
Esa suciedad en las venas
Mañana estaremos postrados:
una viga en la cabeza
Leíamos estos versos
jugábamos a entenderlos
Mañana recordaremos
solamente los terribles
(...Viviremos dentro de ellos
Descubriremos perplejos
la vida desesperada)
Hoy sentíamos pudor
por amar tanto a los perros
Mañana les besaremos
Sin que ninguno sonría
Levantábamos horarios
arrogancias
tratamientos
celdas íntimas
Mañana estaremos desnudos
ESCORPIO
"Todas las mañanas baja al pozo
Y a la mañana reaparece
Con un nuevo reptil entre los brazos"
Octavio Paz
Mujer de profundidades
las sonrisas de los ángeles idiotas
no han de caber en tu vida
Nos miras inexorable
y desbaratas nuestros subterfugios y pretextos
estremeces con tu voz nuestra raíz
sonríes la sonrisa descarnada
de los condenados a muerte
A veces a medio vuelo
en nuestros pasos de baile
protocolos
veleidades de salón
ideas edificantes
nos quedamos detenidos frente a ti
tu magnético silencio...
tu magnético silencio...
(eres turbia
imperceptible
semejante
a la virgen destinada
a pronunciar el oráculo)
... Se nos seca
el parloteo
y nos asusta mirar
lo que sin querer has hecho:
en el fondo de tu cámara
un sacrificio de sangre
No entendemos el estilo de tu generosidad
Tenemos que agradecerlo abochornados
Surges de debajo del volcán
cuando tu Luna-madre gravita
en noches del
equinoccio
para nosotros tan tensas
Las dormimos desoyendo
asedios de pesadillas
como apoyando la almohada
contra los ojos de un muerto
Y mientras tanto tú sufres
como tan solo tú sufres
y estás rabiosa de vida
y desvivida
y otra vez ese deseo de morirte
de largarte...
Lo conoces:
el viejo odio contra tu corazón envenenado
tu corazón de vidente
tu corazón en las Furias
tu corazón que destila
amor yermo
o esa entrega silenciosa
tu corazón que nos emociona siempre
como lo serio del Hombre
Pero tú ni te aprecias ni te odias
Eres para ti un viejo vicio y a veces
hay una dulzura siniestra
en clavarte el aguijón
en carne propia
en la masacre
febril
de todas las ilusiones y esperanzas
y los delirios crueles
de los que no te arrepientes
Nos desesperas
Te amamos tanto
¡Te amamos tantos!
Esa costumbre insalvable
del pozo y de los reptiles...
No comprendemos tu enigma
Qué persigues
Qué nos quieres
Qué es lo que eres
Y aunque jamás pides nada
Hablamos entre nosotros de curarte
Y no sabemos
COMO EL MAR
Maravillosa Terrible
como el mar
tu voz firme
me da amparo
como un lago
Protege a la mía que tiembla
sola
desamparada en la isla
(El mar no se cansa nunca
no es semejante a un dios viejo
no es un joven de derroches impacientes
si decimos que es hermoso
-que eres bella-
a él qué le importa)
CELDAS
Y ahora entraremos de nuevo
en el Sistema de Celdas
las Técnicas Avanzadas
para agrandar el Silencio
sostenes tan rigurosos
que aprieten el corazón
una urbanidad perfecta
Ahora hablaremos de veras
solo con Dios
siempre a solas
(no les ames
no les odies
no les mires tan de cerca)
-Los sentimientos eran ridículos-
Por eso ya no hay nadie por aquí
que nos lleve a ver el mar antes del alba
nadie que se humille a cuatro patas
por robarle un beso a Ana
nadie que siquiera inicie
gestos de la antigua audacia
(nadie llora)
nadie que reciba poemas
nadie que se enamore
Y por eso ya no hay nadie
EL AGUA LASCIVA
(El Desamparo en su Fuerza)
Yo soy el agua lasciva de un puerto a medianoche
Calmada caliente e inquieta
estoy llena de
aceite
soy obscura
Las luces de tierra firme de la avenida
alcanzan a dorar mi lomo
Se creen que pertenezco a la ciudad De ahí tales confianzas
Focos de grandes buques anclados en el centro de mi
bahía pretenden convertirme en una
fiesta
Y entonces todo el mundo se asoma por verme vencida
Desamarran esos fatuos animales de colores y yo quedo
Soy alegre y siniestra Guardo el secreto del sexo
soy el fondo del misterio
Deberían llamarme Escorpio por mi mirada voraz
por mi tendencia a la crápula
el secreto
beneficio que provoco
Me gusta contonearme obesa y profunda contra los
lamidos
bloques de los pantalanes
Mi estómago mi
alma fluctúan con un eco
moroso sonoro retumbante
Visito a las niñas muertas los grandes pecios hediondos los olvidos
de los hombres en mi seno
Los tímidos botes abandonados por sus patrones
tiritan
antes de que los abrace
Ni el puerto ni la ciudad ni los humanos saben de
dónde vengo
Me ven callada
Cuando amanece me marcho
Soy el agua salvaje entre paredes
DISCORDIA
"La guerra es padre y rey de todas las cosas"
HERÁCLITO
Y ahora tú has venido aquí
y te has sentado frente a frente
y no me miras
y entonces el aire se crispa
contaminado por los teatros
entonces la cara nos duele
En el muelle las amarras
aúllan como tendones
Nuestras piernas -todavía
a la sombra de ternuras triangulares-
al tocarse por debajo de la mesa
son de acero
La elegancia
ceremonial de la lucha ordena
que me niegues
aquella mirada honda
(Profundo
profundo teatro)
En nuestra jaula de gallos
-mezquina-
mariscales mutilados ataviados
para el saloncito rosa
matasietes de palabras
audaces dandis
discutimos animados dando tiempo
a la faena de obreros
Huele a limón de butacas tu semblante
sinceramente angustiado
mi confesión a ropaje en el armario
aquel baño entre las rocas donde fuimos felices
y hasta el recuerdo sombrío
de tu mujer imposible
Todos los grandes amigos
con entusiasmo pasaron
Entendemos por "lucha" lo viril
Demostramos "luchando" el valor
La lucha da "dignidad"
y manifiesta "carácter"
pues si "luchas"
aunque pierdas
no te humillas a ti mismo
(Profundo
profundo teatro)
(El hombrecillo blanquirrojo con sombrero
aquel que bailoteaba
encima de nuestras bocas
¿por qué ya no viene nunca?)
Poco antes de matarnos
-si te acuerdas-
yo caí por un instante en el fondo de tus ojos
Vi dos sombras
casi a oscuras
sin testigos:
Se cogían de la mano acobardada
Para Amable Palacios Brusca
PROGRESOS HACIA LA ETERNDAD
(El Desamparo Absoluto)
La otra mañana al despertarnos lo
advertimos con terror: ¡Ha desaparecido para siempre el horizonte! Mar y cielo
se confunden alrededor de la isla.
Unos dicen:
-"Lo
que ocurre es que el mar ha ascendido hasta colmar la bóveda celeste: ¿No
habéis observado que de noche en vez de
brillos de estrellas hay rumores de oleaje, destellos de cetáceos voladores,
aparecidos que gritan, insinuar de linternas y
chapoteos fugaces en el negro firmamento?"
Pero igual vale lo otro:
-"No.
Las aguas se secaron por completo y en la costa se abre un abismo infinito. Acantilados
inician vidas más exageradas. Por eso las aves ya no se aventuran diez metros
más allá de tierra. Amanece desde abajo, como nunca, en playas vertiginosas. A
partir de ahora solo nos visitan los planetas al alcance de la mano."
Los partidarios del Agua, los
partidarios del Aire discuten sin resultado. La situación es eterna.
Pero entre nosotros se va enraizando
otro miedo. Las mujeres lo repiten a media voz entre ellas, agoreras, mientras
siguen como antes sus tareas: "Todavía
ha de venir un nuevo cambio, otra plaga más dañina".
Nos preguntamos qué haremos si mañana
al levantarnos ya no existe el horizonte de la carne, si se abole para siempre
la línea de nuestro cuerpo con las c
SUÉLTALO ADENTRO
(Conjuro anti-Desamparo)
Desnuda te atraviesas en mis ojos
a todas horas
por la calle solitaria Te deseo
Y creo que voy a enfermar
(una pasta de fermentos en el vientre)
que me voy a volver loco
(cantinela nauseabunda)
si no grito de una vez este conjuro:
Con el semen retenido en mis raíces
floreceré boca adentro
PRESENCIA DE LOS AMIGOS
Y nadie va a venir por el momento a consolarte
por eso eres desgraciado
magnífica la mañana
perfecto desesperado
clavado
contra la celeste
perfección
de la playa a mediodía
Tanta calma en las gaviotas
la marea
que vas a llorar de calma
(Ella te decía "duele a flores"
ella lloraba
reía siempre)
Eres un perro enfermo
tirado en cualquier parte
un niño absurdo que levanta
castillos de arena y los rompe
para que no los vea nadie
Menos mal que han inventado
las amistades abstractas
las compañías de humo...
Menos mal que se te quiere
y un poco más adelante
con sus ojos divertidos
algo infieles
(los tuyos)
te están ya esperando
Y hasta ya vibra invisible
en el alma de los cielos:
tu amor
Envuelve tu piel sola aunque esté lejos
NOS LLEVA
Deseada siempre ausente
mi amor es una mujer muy solitaria
llora a veces
y yo me siento a su lado
y le acaricio una mano
sin pedirle que me mire
Otras tardes soy yo:
Sordidez en los pulmones
gran falta de fe en la vida
fuerzan con obstinación
el decaer del crepúsculo
Y ella entonces me acompaña
En silencio y sin consuelo
Hace años todavía
indagábamos respuestas
esforzábamos intentos
no sabíamos de Amor
Ahora ya viajamos mucho
soñamos
nos vamos ...
por ejemplo en una lancha que tripula
un caballero muy dulce
Cautivados
quisiéramos aprender
todos los nombres del Viento
el desamparo o la fuerza
en los ojos de cualquiera
acariciar esas aguas
con otra fibra más íntima
Fábulas y embriaguez:
Ni siquiera nos habíamos fijado
en el rostro del barquero
Ríe en silencio de muerte
LOS REYES MALOS
(Amparo de la Familia)
El juego es malvado y familiar, tan familiar...
Se trata (y ya lo sabes) de que tu herida del vientre
-fresca aún, recién cosida- sangre un poquito. Y no temas: Que es un juego. Se trata de que las pequeñas
heridas, como puntos, en tus muñecas empiecen a sangrar un poco.
Cuchicheos y risitas de tus primas, canciones tontas,
ese humor tan nuestro (puedes sentirlo directamente como una atmósfera) te
convencen de que puedes confiar. Y por favor no seas crío.
Y vas a bajar sangrando por el tobogán gigante. ¡No te
asustes!
Porque al poco de haberte tirado, cuando ya casi
parezca inevitable que se rompa el hilo (tú ni podrás darte cuenta), saldremos
de repente nosotros, por ambos lados del tobogán, en tu auxilio, en todas
partes. Qué sorpresa vas a llevarte.
Nos vamos a reír mucho. En el último momento.
Vamos con disfraces toscos, viejas sábanas por capas,
polvo de harina en la cara de teatro hecho en familia.
Y esos señores barbudos de pueblo, verdaderos
directores de todo esto... ¿Quiénes son? Tal vez amigos de tu padre o parientes
muy lejanos. Son graciosos Reyes Magos. Te contemplan entrañables aunque tú no
les hayas visto nunca.
Ya se ríen y te
llaman por el nombre que solo te dan en casa.
HABLA UN MUERTO AGRADECIDO
(Un Amparado)
Me enamoré. Mi novia era un diamante en una urna.
Por eso tuve que someterme a ciertos rituales de
amputación.
Quise adornarlos con un matiz de secreta hipocresía;
no pude.
Al menos hice añicos los cristales para siempre:
A partir de ahora manosearía la joya hasta hartarme. A
mis anchas. En familia.
Ah, yo que estaba fascinado por su peligro, yo que
tanto admiraba su libertad, yo que siempre estaba celoso... transmuté a la
bella en un vidrio de ventana cortado en razón de lo conveniente.
De hecho desde entonces mi vista se perdía sin remedio
a través de su figura sentada enfrente.
Luego surgieron viejas hadas que me secuestraron con
sus dulzuras, hombres echados a perder que me adoctrinaban en la resignación.
Una especie de felicidad les disolvía sin que quisieran enterarse.
¿Qué culpa tenía mi
señora (ya había iniciado su proceso de carbonización)
de que yo hubiera adquirido con los años ese aspecto
inconfundible de cornudo?
Mi pericia para hacer el amor quedaba muy por debajo
de la de un molusco.
Me dormía. Me dejaba acomplejar. Fantaseaba con las
sirenas de la tele.
Casi siempre estaba aturdido.
Mientras tanto trabajaba, trabajaba, trabajaba. Tras
arduos años de estudio arrebaté a la sociedad un gran empleo.
Gracias a él adquirí numerosos artefactos.
Apretaba los botones resuelto hasta el fanatismo,
ordeñaba a conciencia las delicias electrónicas, me
desplazaba en un bólido: una divinidad ininteligible que se nutre de sangre y
de estadísticas.-
Ahora que me he partido la crisma, mis sesos se derraman
sobre la tapicería.
Soy una ofrenda algo torpe
Vivía angustiado por los fines de semana.
Durante las vacaciones el infierno del matrimonio se
avivaba incandescente. Viajábamos lo más lejos posible pero llevábamos siempre
con nosotros
el martirio
puntilloso de ser dos y ese bostezo
(ya lo he dicho) de convertirnos cara a cara en
ventanales.
No sé por qué he pensado esto último.
Yo era un recluso de mi magnífico cerebro
(que se esparce butaca abajo hacia los pedales).
No, no debería quejarme.
Sí, esa impresión de llevar pegado a la espalda un
insecto, una deuda, obligaciones que se te habrán ido de la cabeza (¡pero ellas
no te olvidan!)... Tonterías. Neurosis. Nunca se vivió mejor.
Gracias. Nada hay mejor que las ciudades.
En la adolescencia había contraído un hábito sucio,
muy sucio
que estaba corroyendo mis pulmones a otro ritmo
algo más lento que este de partirme la cabeza de
repente.
Afectado por las voces de los sabios, bajando los ojos
ante las campañas
del bien, me lanzaba por los parques a hacer
penitencia.
Mi salud... mi patética salud perseguida por los
relojes
y las albóndigas modernas.
¡Nunca dispuso el hombre de tantos alimentos!
Espectros de la
posguerra venían a censurarme. Gracias, gracias.
Gracias, insisto, gracias:
Mi admiración para el camionero que llora ante mi
cadáver descompuesto.
Para estos oficiantes eficaces y apremiantes incluso
ahora.
Para el plástico que envuelve mi carne abandonada, ese
rasgo moderno
de la cremallera mortuoria.
La relación calidad-precio de mi ataúd se acercará a
lo razonable si mi mujer trata este asunto como todo: con prudencia.
LA ESTABILIDAD
Hay un loco que corre
dentro de un autobús que rueda
por el garaje de un barco que navega
sobre el mar de un planeta que gira
en un sistema solar que se mueve
dentro de una galaxia que se aleja...
¿de dónde?
Dentro del loco: lombrices que se deslizan
LOS TENDERETES
(Desamparo en el Mercado)
Siempre que pases tú estarán desmontando los
tenderetes. Habrá viento.
Miden tus pasos las varas de metal al tintinear por
los suelos. Hombres descamisados desmiembran las estructuras de un solo golpe
certero con la palma de la mano y por los cuatro costados arrecia la lluvia de
hierros: Redobles por la muerte del mercado.
Presencias sin ser visto la intimidad de los
comerciantes (no existes: ya no se vende): Por ejemplo sus furgonetas con el
estómago abierto: sobre literas manchadas se amontona una variedad de seres y
ellas los engullen generosas.
Mujeres de una belleza insolente se reclinan fatigadas
sobre esas espaldas de cargadores crispadas en el esfuerzo. Acarician
distraídas tatuajes de dragones, jesucristos y aforismos carcelarios. Las
gargantas son ásperas como la raza. No hay voces dulces. No hay rasgos dulces.
Algunas parejas se besan en la boca después de besar billetes sucios.
La fruta podrida se aplasta en manchas naranjas contra
el asfalto. Las tapas de las cajas de zapatos, caídas de cualquier forma,
componen mosaicos regulares y perfectos. Gritan así: "¡Somos gente!"
En la cuneta, gigantes de cartón de la estatura de un
hombre soportan dignos la afrenta. No son nadie desde que perdieron el alma.
Deliran en el descampado los fantasmas de plástico
fustigándose entre ellos y crujiendo. Saltan, paran y vuelven a empezar. En
cambio, los botes de bebidas - compactos, razonables como siempre- seriamente
colocados junto a un poste o en el borde de la acera, contemplan la devastación
sin decir nada. Creen que se les va a respetar. Nada saben de la muerte.
Hay una camisa mordida por el polvo, enganchada y
desgarrada en los yerbajos. Es espantosa su lucha contra las Furias.
Cerca de ella se hincha una bolsa blanca como el
pulmón de un agonizante. Desfallece, combate un poco, se infla, flamea y de
pronto... es enviada al infierno.
Sillas de patética elegancia, carentes de asiento pero
todavía en pie con sus patas y respaldo, invitan a una caída hasta el centro de
la Tierra.
Colchones con orines en sus fundas, sábanas con
manchas rojas.
Un paraguas medio roto da tumbos como un cuervo
tullido.
El carrito de un nonato espera perpetuamente. Nunca
iniciará el paseo.
Rejas, carteras, juguetes, muñecas calvas...las
preside ese solemne patriarca: el gran sofá aún intacto del salón de la
intemperie. Sigue esperando a sus amos, sus verdugos, sus amigos. No sabe que
ya es miseria.
Alguien ha tirado de la cuerda que sujetaba un toldo y
al volar... un latigazo en la cara. "- ¡Despiértate!
He sido yo. Yo te he picado. ¡No hay calma!"
Y esa serpiente de esparto se contorsiona burlona;
enseguida
un vórtice de inmundicias baila en corro entre tus
piernas:
"Caminas
hacia una casa donde no te espera nadie".
TODO FUNCIONABA BIEN
Teníamos
para los coches garajes
para el cuerpo desayunos
para el amor colchas blancas
La sensibilidad de nuestros clásicos
mantenía recogida
la inquietud adolescente
Teníamos
la gran sala luminosa
y el seto bien recortado
mascotas de la ternura
fontanelas de los niños
las rutinas más brillantes
Todo funcionaba bien
Hasta que volvió la Deuda
hasta que irrumpió ese loco
hasta que llegó un demonio
y lo rompió sin motivo
Desde entonces
vivimos convaleciendo
UN PIOJO DEL SENTIMIENTO
Ellos siempre se lo dejan. A ellas les sobra siempre. De eso me alimento
yo. No sabían ni siquiera que se come.
Y estaba en celdas prohibido y en cárceles ha
brillado: ojos de la prisionera, miradas del atrapado.
Besos niños, ternuras completamente olvidables,
caricias sin maremoto,
casi urgencias...
Abren hambre, me dan pena
las máquinas solitarias de nuestras grandes ciudades:
Semáforo intermitente,
confín de la madrugada,
policía para nadie,
inútil cálido.
Espíritus azulados de pantalla
toda la noche
implorando:
"Si desea
continuar pulse ..."
Alarmas que se disparan a las tantas,
desesperadas del limbo,
histéricas gemebundas un rato
que vuelven a callarse de repente.
Suicidas, silentes faros
tercamente enamorados
de algún dueño desatento,
se desangran en plena vía pública.
Teléfonos persistentes
en el bloque de oficinas apagado...
Yo quisiera descolgaros, daros pausa, acompañaros,
consolaros.
Sobreviviría durante meses.
LOS OJOS DE CUALQUIERA
Los presos amotinados sobre el tejado del penal mueven
trapos,
fuman
descarados, gesticulan obscenos, saludan sarcásticos a la cámara. Otros
muestran una pancarta pero no se puede leer lo que piden. Otros gritan desde
esas imágenes mudas.
Gestos de libertad... desde el presidio.
II
ACERCA DE LA FUERZA
¿Un
placer mayor que el sexo?
Ese
en el que estás pensando y que no tiene nombre
BENDECIDO
En la isla
la terraza daba al cielo
se abría al mar
Al anochecer
brillaba la Ciudad Vieja
la fábula milenaria
alzada en el promontorio
Y afuera los amigos me esperaban
la aventura
en el perfume de esas tardes
Los rehuía enamorado
En la estancia
silenciosa
amplia y clara
impersonal como el cielo
conversaba con mi alma bendecida
SEGUNDA ADOLESCENCIA
Esta gran capital de provincias
belga o francesa
de mi sueño
no es París
y llueve siempre
Gris ciudad
gravada con
grises moles de granito
Corresponden por sistema a instituciones
donde
nadie ha sido feliz nunca
Bajo inclemente llovizna
en mañanas de de domingo
salgo con Pierre a buscar
los únicos agujeros
en el muro de este mundo:
noveluchos en los puestos
La tierra es roja y negra en las afueras
muy fértil
para los baños de sangre
Charcos que son espejos
de tristezas resignadas
y el paso de algún vehículo destartalado
revientan el barrizal
bajo el gañido
espeluznante de gaviotas
La niebla suspendida en los pantanos
simboliza nuestra falta de piedad
La luna entre nubes negras
semejante a una lámpara tirada entre cortinas
tras un episodio violento
nuestra falta de esperanza
Pero da igual:
Yo estaré borracho siempre
A la hora de dormir me vuelvo loco
Me tumbo absurdo
desnudo
en cornisas del placer
pienso en nada
y presiento no sé qué
Me rodea sin tocarme como un ángel
HOMBRES ANTIGUOS
Ésos que no se marcharon
o emigraron y volvieron
(porque la isla -sus siglos-
les apresa)
hombres de edad estimada
en más de dos mil seiscientos años
disfrazados para esta encarnación
de insignificancia moderna
invadidos invencibles
Se ríen modestos
ante el asombro que causa
en el forastero
su fácil habilidad
para detectar veneros
con un péndulo o una vara
Y al inquieto admirador
de las costumbres antiguas
no le sale
porque no está custodiado por sus muertos
ISLAS
Todos los países tienen islas, incluso aquellos que no
dan al mar:
en el mismo corazón del continente las vacas desde
altísimos prados contemplan desconcertadas el agua que les rodea por todas
partes.
Topografía absurda, mal diseñada. Por eso las
autoridades cantonales al final terminan construyendo puentes que redimen a
isleños sin vocación.
Casi nadie piensa en ellas: islas frisias, accidentes
olvidados del Imperio, uñas delicadas de un coloso, astillas de transatlántico
flotan casi inofensivas sobre el estanque del Norte.
De otras se desconoce la médula: islas africanas
plagadas de alimañas. Ni los piratas se atreven a desembarcar cuando, llorando
de hambre, las fieras salen a darles la bienvenida.
Islas gélidas
donde son abandonados los ancianos para que mueran.
Cuando deja de oírse el eco de la embarcación y ya ni siquiera se distingue el punto negro en
el océano, sopla el viento y los ojos del senecto contemplan la isla perfecta.
Nadie las ha visto nunca: cerca del faro de Eckmühl,
frente a la Pointe du Raz y la Bahía
de los Muertos yacen islas envueltas en la bruma permanente.
Desde los acantilados se intuye qué contiene el nombre
de Finis Terrae (las palabras son
también islas) pero por más que se persevere no se distingue nada más allá de
los escollos, las tormentas y las nieblas. Tras el desastre los druidas huyeron hacia la última Tule.
Islotes enteramente ocupados por una fortaleza o un
penal. En la base las murallas se funden con los acantilados. Surgieron así del
océano: acabados y perfectos. Una raza de enanos en el fondo submarino los
labró antes de que emergieran como floraciones mágicas. Los que llevan las
provisiones hasta sus puertas reciben el desprecio del pueblo.
Isla de los Leprosos.
Isla de las Ratas.
Isla de los Locos.
Isla de los Ahorcados.
Isla de Poveglia.
Figuras sonámbulas vagan en pena.
LOS LOCOS
Me trataré solamente con seres horripilantes
En sus ojos de maltrechos yo siempre encuentro tesoros
Los demás se avergonzarán de conocerme
cuando me vean con ellos
porque huelen mal
porque no saben vestirse
protagonizan incidentes
no se casan
son objeto desde siempre
de sonrisas de desprecio
En mi casa perfumada
brillarán con sus ojos verdaderos de diamante
MI AUSENCIA
Yo no sé cómo soy cuando me ausento
Después de mi despedida
el eco todavía de mi voz
resonando en mis amigos
Ni sé bien cómo me sueña
mi enamorada secreta:
Está sola
muerde flores...
no va a declararse nunca
Qué nombre real me dan
los labios de mi enemigo
Al retarnos desde el miedo
pronunciamos un insulto diferente
Mi casa cuando me marcho
y se tensa en un instante reflexiva
Quiero oírla
y no puedo regresar sin encontrarme
Vaciado de mí mismo
¿cómo es mi lugar y mi contorno?
El hueco que yo llenaba
en ciudades que eran mías
Nunca he vuelto
ni hago falta
Mi huella en el corazón
de los que ya me olvidaron
Los muertos que no se marchan
patéticos
errabundos
fantasmas
Tan enigmáticos como inútiles acechan
desde grávidos rincones
y tirantes simetrías de pasillo
Desde el patio de la casa de labranza derruida
nos observan venerables pero mudos:
Necios muertos campesinos
que contemplaron aquí
cómo morían sus tardes
Ahora desesperados
perplejos
sin reposo (pues no duermen)
a medias entre dos mundos
ausentes siempre presentes
emisarios
Quisieron quedarse a mirar
su propia ausencia
CUANDO ACABE
Estoy interesado en lo que surge
más allá de las palabras
Todas las cosas comienzan
Todas las cosas terminan
Cuando los hombres se callan
Resplandece el veredicto
Y siempre por más que
charlen
y por más que disimulen
cuando acaban
y aunque intenten escaparse
renovando sus delirios o
tosiendo
da lo mismo:
la paciencia del silencio
les da alcance
Se desvanece en el aire
la voz que nos sojuzgaba
(Algunas veces -es cierto-
nos quedamos detenidos de
repente
nos miramos a los ojos
sin pensar ni esperar nada
estúpidamente huecos
con atención de animales)
El árbol
¿no habrá iniciado un
discurso?
El torrente
¿desciende sin pronunciarse?
¿El mar nos anula? -El Mar:
hasta su nombre es
opaco
Cuando cese el parloteo de
este día
se alza el alma como un
soplo de milagro
Cuando cesen
todas estas contorsiones de
la vida...
Estoy interesado no sé en
qué
¿en el final de las cosas?
El final por ejemplo de
estos versos: no sé cuándo
se apoderaron de mí
Ni por qué
alguien empezó a leerlos
Al final
habré de callarme igual que
todo
(Sobre todo tengo tiempo:
si agoto el papel
puedo sacar otra hoja
y seguir escribiendo desde
arriba
un estanque al desbordarse
vierte sobre otro)
Y no invento un acertijo o
un truco para pedantes
ni ensayo una mueca nueva
Es que realmente no sé
qué ocurre cuando me callo
Apagaré la luz en cuanto
termine
me marcharé de la casa
dejaré a estas frases solas
obsesas y sin final
chillando desde su limbo
Hace tiempo que tan solo me
preocupa
que ya solamente escucho
eso que sobreviene cuando la
gente se calla
la atmósfera suspendida
el eco de la puerta de la
casa
de la que me habré marchado
estos versos
-me da miedo-
que ya no habré escrito yo
EL FUEGO
Ligero
desprovisto de familia
sin deberes
el perfecto enamorado de la vida
serán un simpático recuerdo en la comarca
sus andanzas
(- "Siempre
se paraba a saludarnos
Le gustaba hacer preguntas")
Explorador de aledaños
estudioso heterodoxo
mujeriego inofensivo
viajero
dejó en un nivel nuevo
el arte de la curiosidad
Y ahora nos emocionan
-aunque tarde-
sus excelencias secretas
Entusiasta impenitente
de humor fácil
predispuesto a la amistad
nos sonreía a los ojos
Y esa juventud sagrada
y ese fuego
¿para qué?
EL BARRO
Addendum 20 años después
Pesado
lastrado de familia
de deberes
uno más entre amargados de la vida
serán pronto olvidadas sus
andanzas
(-"No
solía hacer preguntas
Saludaba de
pasada")
Explorador de despacho
estudioso encasquillado
mujeriego reprimido
casero
dejó en un nivel nuevo
el gris de la mediocridad
(Ni siquiera nos conmueven
los detalles
de su reventón final)
Solitario impenitente
de humor cáustico
tan inmune a la amistad
que esquivaba nuestros ojos
Y esa vejez derrotada
y ese barro
¿para qué?
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