AJEDREZ
" Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
" No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
"También el jugador es prisionero
(la sentencia es
de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
"Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?"
BORGES
Como la mayoría de los poemas de Borges, el
lenguaje era maravilloso pero el pensamiento o mensaje era confuso y hasta falso.
Lo mejor era sin duda el primer verso: ¿Cómo
se le ocurrió a Borges llamar al Rey "tenue"? ¿Y qué inspiración le
visitó para acumular esas palabras
"... sesgo alfil,
encarnizada..." donde parece que se oye el fragor de la batalla del
ajedrez y todo es movimiento?- Borges es hipófobo: el caballo por algún motivo
es la única pieza del ajedrez que no menciona en la primera estrofa.- La
pedantería y los errores de Borges comienzan en la segunda:
" No saben que la mano
señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un -rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada."
El Rey, el alfil, la Reina, la torre, el peón ignoran que son títeres:
Hasta ahí, todo va bien: Borges se ha situado en la epojé paranoide de que las piezas se sienten libres y actúan por
propia iniciativa.- Pero la verdad es que es un hombre, el jugador, quien las
gobierna. Un hombre que opera de acuerdo con la lógica y las reglas del
ajedrez. De modo que las piezas no saben que en realidad carecen de libre
albedrío.
"También el jugador es prisionero
(la sentencia es
de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días."
La única forma que ha tenido Borges de esconder la banalidad y el topicazo de su fábula es citar a Omar
(?). Borges se pone su fascinante capa de erudito en las escrituras de Oriente
y Occidente y así no parece que esté diciendo una simplonada como: "la vida es una batalla, la vida es como un
ajedrez".
- Pero es en el terceto final
donde Borges comete más errores poéticos:
Como cínico confeso y agnóstico declarado en materia religiosa -una persona que
consideraba que la metafísica era una
rama de la literatura fantástica- , Borges no llega a decir nada que le
salga del corazón, nada interesante: Se contenta con sacar la farfalla de sus
habituales juegos de espejos con el concepto de infinito: Si la pieza es movida y dirigida por el jugador y éste es movido por
Dios, ¿qué Dios detrás de Dios mueve a Dios?
- Caramba, ¡qué cosas se plantea Borges! Qué pregunta más interesante.
A mí me asombra por su estupidez. El poema ha naufragado de forma lamentable en
el terreno cenagoso del tópico, en la pura insensatez especulativa de un
cerebro que juguetea con inanidades filosóficas.
-Del último verso,
presuntamente lírico e intertextual - pues alude a la también última línea del
soneto Mientras por competir con tu
cabello de Góngora: "en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada"
- aspirante a un clímax conmovedor y existencialista, casi es mejor no hablar.
"Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?"
Solo otro gran escritor
escribía peores poesías que el genial cuentista Borges: Unamuno el cuentista.
La vida es una guerra sin cuartel, una
partida de ajedrez encarnizada. Sí, la mayoría
de los ateos solían repetirlo. Dios mismo era otro peón movido por un Dios
detrás de Dios.
Debía ser por eso que en
la mía se repetían las peleas y los follones. Hasta que no me marché a Ciudad
Costera del Extremo Sur, las cosas no se calmaron. Era curioso que los
derramamientos de sangre y la cercanía del delito amainaran cuando me
trasladaba a Ciudad de Costa tradicionalmente sanguinaria y delictiva.
Era como si en la Costa los
numerosos difuntos que gravaban la ciudad con su presencia, me protegieran:
Siguiendo mi inclinación
natural, los pocos días que salí de
noche -dos o tres en todo el verano ya que en vista de los chispazos de mi
karma, había decidido entregarme al retiro y la meditación- me metía en los
peores sitios por puro amor al riesgo, solo por comprobar que los espíritus de
la milenaria urbe, me eran propicios. -Me quedaba, como antaño, sin un céntimo
ni siquiera para volver a los Prados, esquilmado como siempre por las aves
nocturnas, danzoras de calipsos que convierten a los hombres en cerdos. Claro
que podía haber tomado un taxi y pagarle una vez hubiésemos llegado. Pero eso
no tenía gracia. Decidí recorrer la ciudad de Este a Oeste en la madrugada.
Desde la Alameda y cruzando el río atravesé el Perchel hacia la Estación y el
Paseo de los Tilos. -No había un alma.
-Tan solo 5 años atrás
este había sido mi entorno, cuando trabajaba en el barrio de La Unión, en la
Fábrica que lleva el nombre de Romero Esteo. Sin embargo a estas deshoras,
desprovistas de su hormigueo y de su agitación habituales, las calles no
parecen las mismas. Es como si se presentaran desnudas y llorando porque te has
ido. Pero no. Más bien es que tú las ves desnudas y las lloras.
Después de transponer la
avenida Juan XXIII ya solo era meterse por Camino de San Rafael y por zonas
deshabitadas llegar a la Feria y luego a Los Prados.
Tenía la sensación de que
los muertos -sobre todo en el centro- me guiaban, me cuidaban y me protegían.
No podía ocurrirme nada malo. Las
callejuelas cerca de Carretería, pegadas a la antigua muralla eran mis
preferidas para vagar a las tantas sumido en evocaciones. A menudo un ser de
carne y hueso se manifestaba en aquellas soledades. Solía ser una prostituta a
tiempo parcial, un indigente con recursos o algo más raro.
Recuerdo que cierta
noche, junto con Pachón y Morphi, nos topamos con Héctor. Quiero decir, no con
un hombre que llevara el nombre de Héctor sino con Héctor, el héroe de la
Ilíada. Naturalmente, nada más enterarnos de quién era, le preguntamos por la batalla de Troya.
-"¿Cuál de ellas?",
replicó. Le dijimos que la última pero que, si quería, nos contase todas las
que hubiese presenciado. Entonces el
capitán de las huestes griegas estalló de súbito en la declamación de
pentámetros, hexámetros y dísticos elegíacos y así estuvo varias horas hasta
que nos convenció de que era efectivamente quien decía ser. Héctor vivía ahora
en la Ciudad de Costa, trabajaba como profesor en la Universidad y se había
hecho una operación de alargamiento de pene que era un primor. Orgulloso del
resultado, nos la mostró bajándose los pantalones. -Menuda tranca le habían
dejado al jefe de los espartanos.
Estos extraños encuentros
no conseguían disipar la vaga sensación de estar equivocado y de llevar la vida
incorrecta.
"4 de julio de 2013
Vieja Ciudad
Costera del Extremo Sur de Europa"
"Cierto
ensueño físico se apodera de mí en la Costa y me hace creer en la posibilidad
de cuidarme y de estar en armonía con la Tierra, primer paso para estar a bien
con Dios, con el Cielo. Es este aire fresco que nutre a las palmeras y
céspedes, la agradable sensación de estar bronceado y con músculos, el pelo
cada vez más rizado gracias a este aura benéfica, y el recuerdo de buen sexo
reciente.
"Es un
optimismo pagano como los colores vívidos que aquí tienen las cosas. Y no es una impresión nueva sino
la misma de hace veinte años cuando huyendo de la áspera, seca y árida Ciudad
Maldita castellana, me pareció que acá el sentido del tacto, del olfato y de la
dulzura se me destaponaban. Suponiendo que exista un órgano de la dulzura.
"Los
rostros y los cuerpos también se me antojan más atractivos, los ojos con una
chispa de picardía o de lujuria, con más personalidad, más erotismo, más color.
"Y mi
ensueño es que -convertido a los númenes de Andalucía, (más antigua que
España)- me hago mayor lleno de salud, de belleza y de vida como el
Sureño-Arquetipo, sexy a
sus 60.
"Que
respiro buenos aires de Costa, que estoy
moreno, siempre al aire libre, llevo en la mirada ese destello de
buen sexo reciente, sonrío con facilidad, soy el costeño de siempre, casi
forzado a amar la vida, a ser feliz de
manera fisiológica.
"Y no será más que un ensueño, el
anhelo de una vida plena, pero en ese momento me lo creo y sigo fantaseando con
ello entre oleadas de placer solitario que me conducen nada más que a gozar una
y otra vez del momento, y hasta del mismo placer de experimentar sin meta
alguna..."
.........................................................................
Era evidente que en La
Costa el objetivo era disfrutar.
Ni siquiera los que
sudaban la gota gorda en un andamio o trabajan como negros en la hostelería,
dejaban de respetar el Principio de Placer. Me asombraba la tolerancia de
camareros totalmente formales, elegantes y sobrios atendiendo las necesidades
de vividores totalmente idos, cutres y despanzurrados por el alcohol. Ya en la
India había visto cosas así: Un príncipe haciendo de sirviente de un mendigo: en
Jaipur un gigantesco rajput con veste
blanca, impoluto turbante naranja y actitud marcial, le abría ceremoniosamente
la puerta del antiguo palacio del rajá a
un europeo desharrapado, sudoroso y tambaleándose a causa de la cerveza.- Así
funcionaba el mundo por todas partes: Había prostitutas humanamente muy
avanzadas que tenían que vender sus servicios a seres inferiores. Hijos que
cuidaban desde pequeños a sus padres. Alumnos que instruían a sus maestros.
Esa inexplicable
elegancia de los países pobres también era un poco la de la Ciudad Costera,
especie de putita portuaria fascinada por los chicos ingleses.
-"Si el señor quiere divertirse ha venido al
lugar adecuado".
No había monstruosidad,
perversión sexual o droga de diseño que no estuviese no solo admitida sino
promovida y fomentada en la Costa. Un tácito acuerdo auspiciado por el Sol y
por los 300 días al año de temperaturas primaverales, había convertido a todos
los habitantes -nativos igual que residentes- en furibundos partidarios de las delicias
físicas que pueden encontrarse con facilidad en un paraíso subtropical. Un 90 %
de la población ( y casi un pleno 100% entre los jóvenes) no pensaba en otra
cosa más que en masturbarse o en obtener una relación sexual rápida a partir de
las 10 de la mañana, justo dos horas después del desayuno.
El mito es que el
trabajador de la Ciudad Costera es un devoto de la Hedoné pero, como pasa toda
su larga jornada laboral en el Paraíso de los Turistas, sus verdaderos asuetos
se los permite en otras zonas y por supuesto jamás se va de marcha al
sitio donde trabaja. Como conocedor de los placeres a la venta, se reserva para
sí los más raros y preciosos tras haber pasado el día vendiendo saldos y
espumas, deleites de lo más vulgares.
De ahí que al forastero,
o al transterrado, fascinado por estas honduras y presentimientos, nada le
parezca mejor que la invitación a irse de copas con un camarero castizo después
de su jornada o en su día libre: Sí, ¿cómo
salen de marcha los profesionales de la marcha, cómo se relajan y se
divierten los siempre tensos e impecables empleados del mundo del ocio?
Debía tratarse de una
dimensión distinta. Y efectivamente lo era.
Pero, al final, la
madrugada del enigma resuelto es triste:
Prosigue el descerebramiento de las drogas más fuertes (esas que son
blancas y saben a medicamento); del sexo extremo como el perfil malsano de las
mujeres que aún permanecen de fiesta el lunes,
cuando ya salió el sol...
Placeres minoritarios para los especialistas
en el placer.
- El éxtasis de los camareros cuando están de
marcha es una estupefacción sin risas ni sonrisas bastante parecida a la
simpatía profesional del hombre-máquina diurno.
Y esto era: Los
comprensivos bar-men que te ayudan a
pasártelo bien, aunque afirmen y reafirmen que son igual de felices -e insinúen
que mucho más que tú-, en realidad han perdido toda capacidad de disfrute y
parecen zombis en la cocaína.
JULIO DE 2013
Divagaba acerca
del culto al placer en la Costa y la tolerancia asociada a ello... Empezaba mi
largo veraneo de100 días durante los cuales no se pueden modelar membrillos por
lo elevado de las temperaturas…
Al parecer mis incidentes
de violencia habían cesado en cuanto nos fuimos a la Ciudad Costera del Extremo
Sur de Europa, una capital donde siempre hay varios asesinatos en la Feria y la
Policía cobra un plus de peligrosidad como en un territorio con riesgo de
terrorismo.
Sin embargo yo allí me sentía casi
invulnerable. Como si llevara en la palma
de la mano la sangre de todos sus difuntos.
La tolerancia,- lo que yo
necesitaba, lo que sentía que aún tenía que aprender- consistía en dejar de modelar, dejar de corregir.
Tantos meses sometiendo a
examen a los trozos de membrillo habían terminado por convertirme en un Maestro
Ciruela siempre tachando, reescribiendo, poniendo los puntos sobre las íes,
añadiendo tildes y comas. Sobre todo en los meses finales, la manía de la excelencia
y de la competitividad, se había
exacerbado.
Dulces de tecnología
avanzada, los de las últimas plantas, eran supervisados al final del proceso
por personal funcionario ajeno a la Fábrica. Según la calificación obtenida, podían pasar a las Fábricas
Superiores. Los pobres membrillos a estas alturas de su recorrido por las
cintas transportadoras, tras escuchar durante diez años todo tipo de
encantamientos, se habían vuelto entes sumamente integrados y eran capaces de
cualquier cosa con tal de cumplir los sueños de su juventud.- Pues los
membrillos también albergan sueños y esperanzas, como nosotros.
Pero yo había terminado
mi trabajo, al menos por aquel curso, y debía dejar de modelar y de corregir.
No me resultó tan fácil:
Unas doce horas estuve
regañando al ex-membrillo llamado Miguel Ángel solo por defender su Filosofía del Flow, tildándole de
soñador y de escapista, cogiéndole del tobillo para que no se fuera al Cielo
como un globo. A veces parecía yo un escéptico materialista preocupado tan solo
por las mil y una dificultades de la realidad más prosaica. -Al final mi propia
actitud hipercrítica me hastiaba y me veía a mí mismo como un hombre mayor,
quemado y antipático.
Eso había sido en el
pueblo, antes de irnos a Ciudad Costera. Era como si la estúpida realidad se
empeñase por sistema en apartarse de algún canon, de todos los cánones, cuando
estaba clarísimo como habría que proceder para hacer-las-cosas-bien.
Con Miguel Ángel -que ya
llevaba dos cursos renunciando a ser un membrillo prominente en la ETSAM- la
tensión polémica saltó desde el principio aquel día de comienzos de verano:
Desde que en casa de Luisa -nuestra profesora de Dibujo- le solté un sermón
solo porque dijo que "no tenía
opinión en temas políticos".
Eso era más de lo que yo podía admitir en un ex-membrillo que había
pasado dos años atrás por mis manos y al que yo, por así decir, había contagiado mi esencia (aunque no
esté muy claro, más allá de la metáfora, qué signifique esto exactamente; pues
también él me contaminó con la suya: yo no volví a ser el mismo).
En apariencia
discutimos - en diversos lugares, casas,
bares y caminos desde las 4 de la tarde
a las 4 de la mañana- si la Filosofía del Flow (=Todo está
perfectamente bien hagas lo que hagas) podía casarse con el simple realismo o
sentido común.- Yo más bien me inclinaba, como cualquier amargado cincuentón,
por una Filosofía del Esfuerzo.- Pero
en el fondo me daba cuenta de que aquella discrepancia que tanto nos deleitaba,
-hasta recorrer las calles desiertas del pueblo sin sueño, y buscar poco antes
del alba el único hueco de luz de la panadería San Honorato- obedecía a
circunstancias personales bien distintas: Él enamorado, con 20 años y habiendo
soltado el lastre de ser un pastelillo o tal vez un pastelazo, con todos los
aditamentos de una carrera de Arquitectura; él abrazado al entusiasmo
deísta-panteísta de Walsch; yo, con 49,
descreído, amargado, dolido por la fuga de mi gato, rebotado de peleas y
movidas y... ¿cómo me sentía no en esos días sino en general a esta altura de
la vida?
En estas cosas pensaba
desde el cámping El Acueducto, a 3 kilómetros de Segovia donde habíamos
terminado por refugiarnos tras pasar algunos días en la Ciudad Costera del Sur.
Segovia no era un sitio donde la gente se quedara mucho tiempo. Apenas salíamos
del recinto. Veíamos a las auto-caravanas llegar, instalarse y al poco partir
en busca de otras atracciones turísticas, mientras nosotros seguíamos allí sin
buscar nada en particular.
Nada más cruzar los arcos
del famoso acueducto nos topamos con una feria del libro y una caseta de una
editorial segoviana llamada "La Uña Rota" que publicaba libros
excelentes con una presentación bella, moderna y original. Charlé con el
treintañero con coleta que atendía el puesto y que también era autor teatral.
Me enseñó la obra como rítmica o hímnica (a lo Romero Esteo?) de un dramaturgo
español joven, algo así como Gerardo Rodríguez... Yo me los llevaría todos pero
solo le compré el Alegato contra la
Novela Histórica de Manzoni.
De acuerdo con Manzoni, mi
Catálogo -esa mezcla de novela y memorias- era aberrante...
Una vez más la cultura
volvía a aparecer donde menos lo esperabas: Me hubiese quedado todo el día con
aquel joven escritor, feliz en su caseta. Tenía el aire dinámico y avanzado de
Madrid. Mientras yo languidecía en mi cueva, en el pueblo, él, bastante más
joven que yo escribía y creaba una editorial.
Otro día solo salimos del
cámping por la noche para ver un biopic
sobre Hanna Arendt, excelente demostración del fracaso de los "géneros
híbridos", que diría Manzoni: ¿Cine sobre filósofos, cine y filosofía?
Heidegger aparecía como un jovial dandy
madurito. Pero en realidad era más obcuro.- Solo Dios sabía los
propósitos subliminales de la Directora, de Heimatsfilm
y de los que lo financiaban.
Visitamos el palacio de
San Lorenzo de El Escorial.- A veces me visitaba una ensoñación de magos
renacentistas: sobre todo ante los complejos taraceados de algunas puertas.
Pero también toda la miseria del mundo, todo el tiempo perdido por la humanidad
en torturarse a sí misma. Lo que más me impresionó era lo que más recordaba de
cuando en la infancia estuve aquí: el panteón real.- Una especie de rencor
sordo fue en aumento en cada sala: contra los reyes, contra la Corte, contra la
Iglesia y contra sus modernos
sustitutos.- Me daban espeluzno los ténebres
cuadros del gusto del Rey-Funcionario, grima el altar portátil de Carlos
V, risa la necrópolis, parque temático de monarcas muertos con tumbas blancas
para sus descendientes que no ciñeron corona.- Mi desagrado llegó al máximo en
la capilla real, fin de la visita.
- (De ir al Valle de los
Caídos ni hablamos).
También recorrimos otra
mañana el Alcázar de Segovia -ahora mismo parece que estoy escribiendo uno de
aquellos reportajes de viaje de mi infancia con todas las visitas culturales y
comidas apuntadas igual que los nombres de los restaurantes- mucho más vestido
por dentro, más habitado y más abarcable que la mole de San Lorenzo. (En una
estancia sentí como un hueco, de
manera vaga, una presencia
invisible.- Años más tarde me enteraré
de que en este palacio, según la leyenda, se ve el espectro de la Reyna Isabel,
cuyo nombre siempre he adorado desde pequeño, como si fuese el Nombre de
Diosa).
Tras husmear aquel
simpático palacio de picudas torres fuimos a la pensión de la calle de los
Desamparados donde Antonio Machado vivió -,más o menos desde la muerte de Leonor
hasta la proclamación de la República y el consiguiente traslado al
Instituto Calderón de la Barca de
Madrid... Nada menos que 12 años. Recuerdo que ya he peregrinado al
Palacio de las Dueñas, al Instituto de Soria y la pensión donde vivió y conoció
a su mujer, y hasta lo más triste: Colliure.- Los fines de semana Machado
siempre se iba a la capital...Allí el viejo y viudo profesor tendría sus
asuetos: coloquios galantes con Guiomar o quién sabe...- No quería emocionarme
ni ver el lado triste pero cuando miro la pequeña cama del Poeta, se me saltan
las lágrimas pensando que su cuerpo alguna vez ocupó ese espacio. Como todo en
la pensión está exactamente igual que en 1930, tengo la sensación de hacerme
cargo de su vida como si yo la hubiera vivido -pues ningún objeto me resulta
demasiado raro sino que, siendo antiguos, he visto a menudo cocinas y vasares
como los que hay aquí a lo largo de mi vida.
- Todavía en la calle llorando
sin llanto me cuesta volver a la realidad después de haber percibido por un
instante el aroma frío de la soledad del poeta, después de haber estado en la
casa que habitó y de ver (entre lágrimas) el pan que le alimentaba y el lecho donde yació.
Aquel día preparé en
nuestra cocina desmontable una pésima paella y a las 6 de la tarde ya estábamos
en el Real Sitio de San Ildefonso. Por una rara casualidad no había casi nadie
a aquella hora y los salones de la realeza se iban iluminando a nuestro paso:
estancias coloreadas por artistas de un humor alegre, tapices, relojes con
raras formas, sillones, alfombras y lámparas fantásticas, lacas chinescas,
estatuas de esclavos de mármol negro y turbantes de oro, espejos como
compuertas... En el interior todo era recoleto y bello pero fuera, en el jardín
-o parque o bosque con cascadas- de tilos, castaños, secuoyas, cedros igual de
altos que los gigantes americanos, setos de boj y bolas de tejo todo era desmesurado y sublime. -Lo único que no
acababa de entender es para qué tanto
monstruo marino: tritones, andrómedas, apolos y demás morralla mitológica en
las fuentes. En cambio el sonido del agua y la pareja de cisnes negros en
extraña ceremonia de cortejo, no desentonan con este parque, el más hermoso que
he visto en mi vida. Pero el color rojizo de las estatuas y su fantasía
apasionada no sé qué pretenden.
El alma no quisiera
marcharse de un sitio así donde huele al estremecimiento de la rosa y a la dulzura
de las petunias. El cuerpo se siente en paz y limpio gracias al contacto destas
cosas.- Aunque todo fuera levantado sobre el sudor y la sangre de los
oprimidos.
Nos gustaba perder el
tiempo mirando a los gorriones y riéndonos de sus raras habilidades y torpezas
de pichones decididos a celebrar hasta el final los restos de mi paella en la
sartén. Eran valientes y nunca les había visto tan cerca.- Todo lo que en mí
había de mala predisposición, desconfianza, espíritu de sospecha hacia los
humanos (en una palabra: Temor), se transformaba en gracia y ternura en
relación a nuestros hermanos sin palabra, pájaros, gatos o perros.
El rumor racheado del
viento en los chopos tremula con su
sonajero leve (el de la catalpa, por ejemplo, es más ronco; cada uno tiene su
voz) y los imprevisibles movimientos e iniciativas de las aves eran un motivo
continuo de felicidad absoluta. Pues era feliz aunque mi nombre sea Jean
Souffrance y mi tendencia el odio y el descontento. Y no lo ensombrecía el
temor de que ese momento fuera a terminarse, la loca pretensión de un placer
eterno.- Era feliz en esos instantes y lo sabía. El interés por el alma y el
destino de mi ladera Morphi, nuestra burbuja de pareja era un juego que parecía
inagotable -sobre todo cuando estábamos solos y en el campo, como entonces.
Mi filosofía es que se
puede ser feliz en este mundo y en esta vida, tal vez sea mi lucha aunque
"luchar para ser feliz"
suene contradictorio. Por eso me resultaba antipático Epicuro, la más pesimista
de las éticas. Por eso nunca he aceptado ninguna de las Cuatro Nobles Verdades
del Buddha. ¿Meditar y ser piadosos nos llevan al cese del dolor, del deseo y
del ego? -No necesariamente.- Ni es probable que dijera eso.
A menudo nos declarábamos
en "huelga de turismo" y durante varios días no salíamos del cámping.
Así no gastábamos. Y como no visitábamos ningún lugar, nada reseñable sucedía.
-(Recuerdo mi agobio ante
la cantidad de cosas que tenía que anotar de niño en mis diarios de viaje. Yo no sentía interés en escribirlos pero mi madre y los
demás -hasta mis bellas primas de Vendôme: Beatriz, Patricia, Judith...- me alentaban como si se tratara de un memorandum , de un catálogo, de un regalo precioso que, por casualidad,
solo yo podía realizar. De modo que lo escribía para leérselo a ellas que
siempre se reían con mis relatos. Me lo tomaba como un trabajo amable. A menudo
estaba deseando que no sucedieran más cosas, que nos quedáramos quietos para no
tener que memorizar nombres de localidades, monumentos, personajes célebres y
hasta cada plato que cada uno pedía en
el restaurante. Siempre concluía, por obligación, aquellos diarios
infantiles...)
(De mayor la cosa siguió
más o menos igual: escribía para léerselo a Morphi y recibir el tributo de su
risa, de su voz emocionándose o de sus imprevisibles reacciones, silencios y
comentarios...)
Pero fue sentirme feliz
un día, y al siguiente ponerse Morphi a vomitar y desencadenarse el cólico que
nos condujo a Urgencias del Hospital General de Segovia hasta pasada la
medianoche. Como si el destino quisiera advertirme de que mi felicidad no va
sola sino que depende del bienestar de los demás.- Sin embargo el cálculo renal
de Morphi nos unió: El Amor Verdadero tiene más consistencia que la felciidad.
-Como otras veces, la
recuperación de mi compañera fue asombrosa: La última jornada en Segovia
(sábado 13 de julio de 2013) no hicimos huelga de turismo sino que nos
levantamos temprano para ver cómo soplaban el vidrio en la Real Fábrica de San
Ildefonso (aquí modelan una materia prima más densa que en la Fábrica de
Membrillo) donde hay un verdadero tesoro de obras talladas en cristal y quedó
satisfecha nuestra curiosidad por saber cómo y de qué se hace esta rara materia
(de sílice, sodio y potasa más plomo en el caso del cristal). El obrero que
soplaba "la posta" -una pequeña pella de material fundido- era una
obrera que desprendía toda la fuerza de carácter de quien posee una habilidad
única, es decir: de una artista: Pelirroja, bajita y lobuna como un gnomo realizaba
los movimientos sin solemnidad, con una resolución casi agresiva pero sonriendo
de forma enigmática. Era evidente que todo ello tenía la cualidad de lo
sagrado.- Pues no deja de ser un milagro que al hombre se le haya ocurrido
inventar el vidrio.
Lo más razonable es pensar que los dioses nos enseñaron. Pero también
es absurdo, claro. O tal vez no: una raza tan pura que "oía los susurros de Dios" y los
seguía. Planeta donde Dios era semi-evidente. - (Pero tampoco fue una raza,
sino individuos particulares los que lo descubrieron).- Acaso partículas de
arena cercanas al fuego empezaron a cristalizar por casualidad y alguien se
fijó en ello. Pero ¡se necesita una temperatura de 15.000º C!...- Y además,
¿qué interés podían tener en fabricar eso? ¿Imitar gemas? - La obsidiana es el
único vidrio natural y no el cuarzo. El vidrio no parece formar parte de las
necesidades básicas sino de nuestra pasión por el lujo.- Los fenicios también
fueron los inventores del soplado. La misma palabra "crisol" suena a
Alquimia. - La Alquimia y Saint-Germain son la tarea pendiente de la humanidad.
Aunque yo fracase, (y estoy a punto de hacerlo), no debe ser olvidado: Hemos
venido a transformar la materia bruta en algo bello.
(O al menos esto es lo
que yo, Modelador de Membrillos, sentía como obvio en aquel momento; pero la
realidad puede ser más compleja o más rara: tal vez no hemos venido a aprender
sino a re-membrar, como dice Dios en sus conversaciones con Walsch; o tal vez
no tengamos ninguna misión en absoluto).
- Morphi me arrastraba,
después de la Fábrica, a nuevas visitas culturales. Ya he comentado que tengo
la mala costumbre de unirme a mujeres intelectualmente desasosegadas, de esas
que han nacido en Ciudad Real pero anhelan
las selvas de Nicaragua o están obsesionadas con los poetas griegos o
los poetas rusos o no pueden dormir dándole vueltas a las anotaciones de
Duchamp sobre la Boîte en valise. -En
el caso de Morphi su obstinación, -lo que encendía en sus ojos una mecha de
interés perdurable y antiguo- , era la realeza.
Por algún motivo, y
siendo una mujer de ideas perfectamente socialistas, le atraían las casas
reales: por su influencia empecé a respetar a la de mi país al darme cuenta de
que era como respetarme a mí mismo y al recorrido que había hecho mi nación. Ella
fue la que me convenció de que el Rey Juan Carlos -al que en mi familia me
habían enseñado a despreciar- era algo más que un títere del franquismo, un
tonto o un depredador sexual. Era un héroe de la democracia y de la libertad
aunque muera en la ignominia y entre el desagradecimiento como su amigo y
contraparte Adolfo Suárez. Fueron los mejores y el país se lo devolvía
escupiendo sobre su memoria. El país ni tenía memoria histórica ni memoria
inmediata.
El argumento de Morphi
sobre la monarquía no se redujo a un intercambio de dos minutos; duró años. A
través de largas conversaciones, con su voz serena y haciéndome leer libros
como la biografía de Paul Preston de Franco y la del mismo autor sobre don Juan
Carlos, me fui dando cuenta de la poca base que tenía mi republicanismo.
Leyendo lo que realmente había sucedido a lo largo del final del franquismo y
en la Transición, el mismo Rousseau habría sido partidario de la monarquía.
Pero Morphi me enseñaba
algo más: A comprender a los reyes, a no odiarlos. -Por alguna razón aquella
mujer de ojos glaucos, nacida en la clase obrera, trabajadora asalariada desde
los 16 años y "de izquierdas" me hizo peregrinar a los palacios de
los soberanos de Inglaterra y de Mónaco y ver las armas y los tronos de los
antiguos reyes de Irlanda y de Escocia. Y en cada uno de aquellos lugares
siempre compraba la historia de las dinastías. Parecía evidente que los
avatares de algunas pocas familias trazaban el destino de Europa.- Yo recordaba
vagamente que el Conde de Saint-Germain -quizás hijo ilegítimo y secreto del
Almirante de Castilla- poco antes del cataclismo inaugural llamado Revolución
Francesa de 1789 había intentado una reforma aristocrática. Pero no le habían
hecho caso.- No todos los reyes eran psicópatas sanguinarios como Enrique VIII.
Ni rufianes putañeros, prepotentes y cobardes como Alfonso XIII. - Había de
todo.
Morphi no había ido a la
universidad. Escribía aún con faltas de ortografía. Pero, por algún motivo, se
hacía cargo de la utopía del Rey Justo, sentía una especie de afinidad por la
realeza. Y me enseñó a respetarla.- Hasta Eduardo Bute -mi amigo el albañil de
CNT que terminó marchándose al paraíso social de Holanda un 1 de mayo de 2003-
habría estado de acuerdo con una monarquía excelente que lo da todo por el
pueblo y es amada por él.- Al final, Eduardo era anarco-sindicalista, es decir,
un realista; y no un anarquista utópico.
Puesto que se tomaba en serio el pensamiento político, la dignidad humana. En
cierto tipo de sociedad el Rey podía ser el representante único y sencillo de
la soberanía popular. De hecho los Países Bajos son un reino y Eduardo decía
que él allí no militaba en nada porque todos los derechos sociales estaban
conseguidos.
La atención hacia los
linajes regios -más que fascinación pues no era una persona fácil de fascinar
ni estaba embelesada por los oropeles de la realeza- por parte de Morphi, era
algo bastante inexplicable. Yo fantaseaba que ella era la reencarnación de una
princesa babilonia, sumeria o de Ugarit y por eso empatizaba con los
emperadores y señores del mundo. Aunque no era muy alta , por su porte
resultaba fácil imaginársela presidiendo el protocolo mágico de alguna corte
muy antigua.
Después de haber admirado
la Fábrica de Vidrio junto a la Granja, Morphi todavía me arrastraba a otro sitio real: El palacio de Riofrío. Aquella mole en
medio de los pinares había sido levantada por Isabel de Farnesio cuando fue
expulsada de La Granja por su hijastro Fernando VI. Pero no llegó a terminarlo
porque antes murió Fernando, enloquecido tras el final prematuro de Bárbara de
Braganza. Aquí pasó su duelo Alfonso XII después de la defunción de María de
las Mercedes. La vida de los reyes aunque comieran con cubertería de plata se
me antojaba bastante siniestra: Felipe V en su locura se mordía a sí mismo;
Fernando VI mordía a todo el mundo. Algo ominoso se cernia sobre lugares como
Yuste, El Escorial o la Torre de Londres. Yo miraba las estancias del XIX donde
suspiró Alfonso XII, las bellas paredes pintadas, los escritorios, los salones
y pensaba "esto es todo lo que puede conseguirse con la máxima
riqueza" y en el fondo me resultaba patético como nuestros mismos intentos
de ser elegantes y opulentos.
La curiosidad de Morphi
no tenía límite: Tras comer en una venta del camino, me proponía que volviésemos a La Granja para
ver el funcionamiento de las fuentes. Era como si después de coronar el
Tourmalet, te propusieran subir el Mont Ventoux. Pero allá fuimos. Los jardines
estallaban de alegría y de gentío, todo lo contrario de nuestra primera visita.
Terminamos empapándonos en la Fuente de la Fama (sin saber que se llamaba así)
cuando el chorro de 20 metros de alto decidió inclinarse hacia nuestro lado.
Esa noche, a la luz de
nuestro farolito de papel desplegable avancé hacia el desenlace de El Sentido de un Final (2011) de Julian
Barnes, cuyo Loro de Flaubert quise
leer hace tal vez 30 años porque lo recomendaba nada menos que Vargas-Llosa
pero no pude adquirirlo. -La verdad es que nunca he tenido suficiente dinero u
oportunidades para hacerme con todos los libros que deseaba. En mi opinión es
falsa la idea comúnmente aceptada de que todo el saber está al alcance de
cualquiera gracias a la tecnología .- Cuando no existía internet y para
conseguir una obra tenías que viajar a una librería o una biblioteca de una
capital, estábamos más cerca de la verdad: el
conocimiento verdadero es difícil y un hombre solo consigue migajas a lo largo
de toda su vida.- Eso aunque en el pueblo yo tuviera la sensación de poder
dominar todos los saberes.
Por lo demás la novelilla
de Barnes me pareció otra oda a la decepción. En cierta manera me recordaba a
Houellebecq que en aquel momento estaba fascinando a Carlos el Físico hasta el
punto de reprocharme que no se lo hubiese recomendado antes (- "Porque todo lo que enseña es negativo",
me justificaba yo). Hay un sentimiento de fracaso, de postrimerías en la
novela europea actual. Gracias a Barnes aprendí que se trataba también de un
fracaso ante la mujer y ante la familia. Un
latinoamericano o un hindú no se sienten así. Philip Roth -de quien había leído
recientemente El Animal Moribundo- también
iba del mismo rollo. ¿Y yo? Yo también era un hijo del ateísmo como ellos pero,
a todos los efectos, como personaje de novela, me consideraba un bárbaro para el
que la realidad todavía está llena de dioses.
Tras una semana en la
ciudad en apariencia insignificante de Segovia recogimos la tienda y nuestros
bártulos y partimos hacia el Norte. Nadie más que una fanática como Morphi
dedicaría tanto tiempo a una ciudad como la del acueducto. Era lo opuesto de
visitar París o Roma por un solo día. Yo me dejaba llevar por su pasión por la
profundidad más que por la amplitud. Mi sueño era estar aislado en el campo
junto a la mujer que quiero. Así, en un cámping que casi nadie conoce, me
sentía seguro y protegido, prófugo, a salvo de los incidentes de violencia que
me habían asaltado en los últimos meses.
Luego habíamos llegado a
Arenas de Cabrales en los Picos de Europa y el río Cares estaba allá abajo,
absorto en su grave rumor de aguas corrientes y el murmullo de los rápidos o de
las alamedas de la ribera que a rachas peinaba el viento. Era obvio: El Arte no
valía nada comparado con la Naturaleza, con la Vida. El arte, la poesía, la
fabricación del cristal no podían ser más que una imitación, un simulacro de la
realidad con el barniz de locura de los humanos. Ojalá el médium, el espejo o
cristal de azogue estuviera ausente o al menos fuese sutil, apenas perceptible,
como un velo fino, para reproducir el sonido del torrente y los súbitos
caprichos sentimentales del viento.
Nos quedaban 240 euros
como presupuesto de viaje, así que decidimos declararnos otra vez en huelga de
turismo. No era tan fácil no trasponer el recinto del cámping y entregarse a
día completo a la holganza en el interior de sus delicias. Pues no solo se
merece un cántico el campo sino también el cámping, más apacible y bello que la
mera selva inextricable que nos rodeaba por todas partes con orondos y
enmohecidos castaños centenarios. Esa selva profusa, sin caminos, donde pululan
las hadas, los elfos y los centauros. El cámping cuya sociedad me parecía modélica, mucho más
respetuosa y bien avenida que los pueblos y ciudades. Sería porque en el
cámping todos estábamos de vacaciones y nuestra coexistencia era temporal. Aun
así yo seguía creyendo que si pasáramos más tiempo y saliésemos a trabajar, me
seguiría entendiendo mejor con la población de un cámping que con la sociedad
"normal". -Y era difícil no salir.
Ya el segundo día en
Asturias caminamos hasta el pueblo de Cabrales, recoleto y con muchos bares y
recibimos de una mujer que era catadora una lección bastante científica sobre
la importancia del moho para el queso de Cabrales: puede durar tres años sin
estropearse ya que el hongo que causa el proceso "se come lo malo". Le propuse que nos enseñara "su cueva" elevando el tono
esotérico (que yo sé el fondo de Asturias).- Algo atemorizada me respondió
"eso sí que no" y yo le
devolví a la realidad recordándole que me refería a la parte del local de abajo donde se exponen productos
regionales. - "Ah, eso sí".-
Pues, ¿qué habías entendido?, me quedo con ganas de preguntarle. Pero no es
cosa de ponerse pesado. Al final le compramos un mediocre queso manchego a esta
señora capaz de disertar interminablemente sobre el queso de Cabrales y sus
virtudes. Parece recochineo.
Antes de acostarnos
cenamos todavía con luz natural el queso no-asturiano, aceitunas con anchoas,
atún de lata al que le añadimos un poco de cebolla, plátanos de refrigeradora y
chocolate MIlka.
Todavía
"rascamos" dos días suplementarios de vacaciones gracias a los
ajustes de presupuesto que realizó Morphi, más hábil en su gestión que Elena
Salgado o Luis de Guindos. Al final, como a casi todo el mundo, la cosa no nos
daba más que para dos semanas de vacaciones.
Yo me acordaba de los
largos veraneos de los 70, cuando toda la familia peregrinaba en 600 a la playa
y el padre tras disfrutar unos días del mar, volvía a trabajar a la capital y
podía decir que "estaba de Rodríguez".
- Cincuenta años más tarde las vacaciones
del español medio se habían reducido de forma drástica. -En esto consistía
nuestro progreso como potencia económica perteneciente a la Unión Europea.
También me acordaba de
los prodigiosos 90 cuando íbamos a Cuba veinte días dos personas por 1000 euros
o a la India por la misma cantidad un mes. - A los que empezamos a vagabundear
por el mundo en los 80 nos parecía natural al llegar el buen tiempo lanzarnos a
la carretera y ver nuevas tierras, nuevas ciudades, nuevas personas. Desde
finales de junio hasta que se acabara el verano. Y ya que te trasladabas tan
lejos -a Japón como Ignatius o a Nicaragua como la Duende- lo normal era
quedarte dos o tres meses recorriendo aquello.
Nunca pensé en los 90 que
yo o el resto de occidentales que deambulábamos de aquí para acá por las islas
griegas, los paladares de Cuba o los hostels
de Jaisalmer fuésemos una casta de privilegiados o de aristócratas que se están
pagando su Grand Tour.- Al contrario,
la gran mayoría de mochileros que conocí en aquellos veranos errantes
pertenecía a la masiva clase media y disponía de recursos bastante limitados. Pero podía pagarse un pasaje a la
India y tirarse dos meses allí. - Veinte años más tarde, viajar se había vuelto
mucho más difícil y más caro. Había muchos más conflictos armados, casi todos
relacionados con el petróleo, que encarecía sin parar el precio de los
transportes. - En esto había derivado el avance de la globalización: Cada vez se viajaba menos.
Menos vacaciones y más baratas.
Quince días en vez de noventa. Quedarse en Segovia en vez de viajar a Costa
Rica o a Méjico. - Así de triste era el Progreso. Y todos sabíamos que
estábamos pagando lo que antes habíamos derrochado en la Década Prodigiosa:
Los
economistas manchesterianos, así que
Fernando Morán nos metió en el Mercado Común, nos habían dado crédito para que
comprásemos cosas que no nos hacían falta y sin las cuales antes vivíamos
bastante bien: Trenes de alta velocidad, autopistas del Centenario,
ordenadores, sandías sudafricanas, juguetes raros que hablan, segundas
viviendas, jugadores de fútbol traídos de otra galaxia, cocaína o pachangas en China.
Como confiábamos en los
expertos de Cambridge y de Lovaina y éramos poco menos que simples bárbaros,
nunca nos planteamos por qué nos daban tanto dinero. ¿No era para que nos modernizásemos? - Claro,
para que saliésemos del atraso secular y de la incultura, para que pudieses
salir cagando leches de la carrera de san Jerónimo en Madrid a Atocha, y en 15 minutos estar tomándote un vino fino en la calle Sierpes de
Sevilla.
Como los europeos eran más inteligentes y más evolucionados que
nosotros -así nos habían convencido
desde el siglo XVIII nuestros principales
intelectuales : novelistas, poetas y dramaturgos, porque, -como arcaicos-, no teníamos filósofos o
pensadores. ni casi tampoco científicos ni ingenieros; sí destacábamos en
cambio por nuestra super-producción de guitarristas - les hicimos caso en todo y organizamos
olimpiadas y otras bacanales.
- Jamás nadie dijo ni a nadie se le ocurrió que tendríamos que devolver
ese dinero.
-Cuando Zapatero despertó
de su sueño dogmático, los terroristas malos -peores que los buenos terroristas
vascos e irlandeses de los 70 y 80, más udros que la Baader Meinhoff, más
sanguinarios que las Brigadas Rojas- ya habían irrumpido en la escena y se
habían hecho los protagonistas de la revuelta violenta en el siglo XXI.
Había sido todo
simultäneo: Que los de Bruselas nos leyeran la cartilla y nos anunciasen que
habíamos perdido todo nuestro patrimonio actual y que deberíamos trabajar para
ellos en los próximos años, durante generaciones, como esclavos bíblicos, y entregarles todo nuestro Producto Nacional
Bruto y las empresas más rentables como Telefónica, RENFE o Iberia hasta que
saldásemos la Deuda; todo ello coincidió con la emergencia de los terroristas
del Alàh Akhbar.
Había sido como despedir
a unos padres generosos que se van de vacaciones y nos dejan una tarjeta de
crédito para nuestros gastos mientras ellos están ausentes. Y luego
cuando regresan, nos dicen que
les debemos 20000 euros. -"Ah, pero
¿no era para mis gastos?" - "Que te lo has creído tú-, chiquitín: era
un préstamo; y nos vas a devolver hasta el último céntimo". De hijos
pródigos habíamos pasado a ser esclavos por sorpresa.- Lo primero que pierde un
esclavo es la soberanía sobre sus actos. Es decir, la libertad.
En un país
cripto-católico la idea de una Deuda Eterna e impagable se aceptaba muy bien
porque se parecía al Pecado Original, la Culpa por Ser, el Error de Haber
Nacido. -Cada uno de los ciudadanos españoles apechugó con su responsabilidad
en las juergas y derroches de los 90, hizo examen de conciencia, se arrepintió
y se levantó a trabajar gratis a ver si se aplacaban los mercados.
Los Padres de la Unión,
los ángeles azures y estrellas como Juncker, Christine Lagarde, Moscovici o
Javier Solana seguían sonriendo y conservando las buenas maneras. Solo
desentonaba Mario Draghi con su sonrisa reptiliana. Por algo habían puesto a un
italiano que hablaba el inglés gutural e intimidante de un mafioso de Nueva York. - Para conseguir el
colapso de las fantasías de justicia del ser humano no le habían hecho falta ni
tanques ni misiles. Bastaba la amenaza velada de la vieja condena prevista para
los rebeldes: el Ostracismo.
(Se dice que a Varoufakis
los de la troika le convencieron dejándole en pelotas y saqueando su
apartamento: -"Todo esto, imbécil
australiano no es tuyo sino nuestro: tu coche se ha fabricado en 70 países, y
con lo que habéis gastado y malversado tenemos derecho a embargarte no solo el
coche o el piso sino la Acrópolis misma
y hasta tus calzoncillos. No te
pertenece ni tu camisa con la que te haces el calvo guapo. Todo es nuestro, ¿te
enteras? Si mañana nos da por tirar abajo la puta ruina de la Acrópolis y hacer
un bloque de edificios o un Fish&Chips,o un Museo del Ridículo, lo podemos hacer. Y si insistes y te pones
tonto, te cortamos la luz, el crédito,
la energía..., todo. - Tú no, tú te irías a Essex o a Tejas pero los griegos,
te lo aseguro, se tendrían que comer las piedras...")
Después de que los
helenos se rebelasen un poco, -(más por sentido de la dignidad que por otra
cosa)- , hasta Vaoufakis se bajó los pantalones: Tuvo que ponerse un
tapa-rabo confeccionado con lana de cabra griega, ir caminando al aeropuerto
con un petate que había perteneciido a
su bisabuelo y tomar con esa simple indumentaria un vuelo al Sur de los
Estados Unidos donde permanece desde entonces hipnotizado por los videojuegos
de un valle.
Alexis Tsipras,
entendiendo el sentimiento de los griegos, estuvo luchando durante varias
semanas por la dignidad de la Heleniká
Demokratía. Y por la del ser humano en general... Antes de claudicar.
Pero cuando todo parecía
perdido y humillante para la ungida Grecia -infancia, paideia y rebeldía- por un capricho de la Providencia, a los pocos
años de aquel intento de insumisión contra las multinacionales y los bancos -semejante al 15M y a la Primavera
Árabe-, millares de sirios se abalanzaron sobre las costas del Peloponeso
huyendo de la guerra crónica de Oriente Medio . Entonces los de
la UE, de repente, le perdonaron la Deuda a Grecia con tal de
que contuviera la invasión de refugees
que no llevaban encima el documento de identidad ni un certificado de buena
conducta.
El argumento
del ostracismo internacional nos oprimía desde el Norte con una Culpa
Incesante; el argumento de los pobres de la Tierra capitaneados por millonarios
árabes suicidas nos oprimía desde el Sur con un Miedo siempre creciente . Y
estábamos vencidos desde los primeros combates del Siglo porque les dábamos la
razón. - Les dábamos la razón a nuestros
enemigos, a los que venían a devorarnos:
1º) Tenían razón los elegantes eruditos de la Finanzas de Estrasburgo:
En los 90 nos habíamos dejado una pasta en flautistas ucranianas y en galletas
mágicas; eso había que pagarlo entre todos.
2º)Tenía razón Bin Laden, Cara de Santo, al declararse en rebeldía
contra los cruzados que habían corrompido la sagrada Arabiya, sumido en el cautiverio
a Palestina, robado Jerusalén...:
Esto era un putiferio, desde los 60; había que hacer algo.
Entre la presión fría y racional desde la
Transpirenaica y la presión ardiente y enloquecida desde el Sur de Gibral-Tariq, nos estaban
despachurrando: Algunos belgas asustados se hacían pasar por congoleños en
Mollenbeck y se sometían a tratamientos para oscurecerse la piel.
En todo esto sí que
estaba progresando la civilización y las luces: Yo llevaba más de 20 años sin
poder coger un avión; me habían contado que
ahora los de Seguridad te miraban hasta el colon y el coño por si
llevabas escondida una bomba o una pistola. - Habíamos progresado en trabajar
más, en viajar menos, en tener menos vacaciones o ninguna, en sentir más miedo
y más odio.
- Por eso yo me
conformaba con añorar los veraneos de antes, cuando el tiempo en las cunetas de
cualquier vagabundaje, muy lejos de casa, no tenía límites y las vacaciones y
la libertad duraban 1/4 del año.
Lo aceptaba a
regañadientes: En cierta ocasión -ya no recuerdo en qué verano de la Crisis,
tal vez 2011- llevamos a mi putativo, al cachorro de Conchi a un árido veraneo
en un sórdido cámping que se llamaba El
Desierto de Almería y que realmente era un lugar inmundo y olvidado. Por
eso podías alquilar una reseca parcela achicharrada a tan solo 5 euros diarios
y alimentarte de mortadela, atún, pan, tomate, leche, queso de bola y almendras
(adquiridos en la tienducha-siupermercado del cámping). Por 37 céntimos dos
comidas cada uno. -Es decir, empecé a preparar raciones completas y nutritivas
por 18 céntimos de euro.
(El re-ajuste económico
de Rajoy , erre que erre, se podía haber llevado mucho más lejos. Eso sí, siempre que se adoptase
una postura más radical, más Draghi
(cuya boca nada sonriente, amarga y retorcida se parece un poco a la del señor
Skinnner de los Simpson) : Se pueden pagar 10 euros mensuales como salario
mínimo inter-profesional y que el subvencionado haga dos comidas diarias o
tres).
Por eso yo, en cuanto
cobraba a finales de mes, salía a la calle a repartir los 1990 euros que me
sobraban. En alguna parte había leído que san Francisco de Asís había dado a
los pobres todas las riquezas de su padre, tendero, una vez que éste dejó al
hijo solo, cuidando de sus bienes,
pues él partió de viaje. A la vuelta, enfadado, esquilmado, le recriminó a Francisco su locura e incluso
le llevó delante del Obispo para que este también le amonestara. Pero el loco
de san Francisco al oírle se había desnudado de cuerpo entero para expresar su
libertad, su desasimiento. Su entrega a los pobres. Su decisión de seguir a
Cristo.
- (No recuerdo bien cómo terminaba aquello, pero creo que conmovió al
Obispo, a su padre y a todo el mundo y que desde entonces a San Francisco , el
Trovador, le dejaron hacer lo que quiso. Que era cantar a Krishna-Jesús, restaurar monasterios y llevar una
vida santa en la Naturaleza.)-
"...
Laudato si, mi Signore, per sora
Luna e le stelle:
in celu l'ài formate clarite et pretiose et belle.
in celu l'ài formate clarite et pretiose et belle.
Laudato si, mi Signore, per frate
Uento
et per aere et nubilo et sereno et onne tempo,
per lo quale, a le Tue creature dài sustentamento.
et per aere et nubilo et sereno et onne tempo,
per lo quale, a le Tue creature dài sustentamento.
Laudato si, mi Signore, per
sor'Acqua,
la quale è multo utile et humile et pretiosa et casta.
la quale è multo utile et humile et pretiosa et casta.
Laudato si, mi Signore, per frate
Focu,
per lo quale ennallumini la nocte:
ed ello è bello et iucundo et robustoso et forte.
per lo quale ennallumini la nocte:
ed ello è bello et iucundo et robustoso et forte.
Laudato si, mi Signore, per sora
nostra matre Terra,
la quale ne sustenta et gouerna,
et produce diuersi fructi con coloriti fior et herba..."
la quale ne sustenta et gouerna,
et produce diuersi fructi con coloriti fior et herba..."
Yo quería hacer como San
Francisco, el de la bella voz, el que prefería el bosque a los monasterios.
Pero me equivocaba siempre al repartir lo que me sobraba: Nunca entregaba
aportaciones a organizaciones de caridad reconocidas como Qatar Foundations, Timadores Sin Fronteras, Adopta a un Sirio, Indulgencia Internacional, Aldeas
Infra-Infantiles o Green-Pee-Pee. Sino
que, de acuerdo con la filosofía política de Tolstoi (y más reciente, de Edgar
Morin y de Stéphan Hessel) derramaba mis excedentes sobre las bocas hambrientas
más cercanas y no sobre las remotas víctimas del tsunami de Indonesia o del terremoto de Haití.- Me gastaba 2000
euros menos 10, con los monstruos que
poblaban mis fantasías nocturnas.
Primero solía enseñar en
algún lugar público el contenido con muchos billetes de mi cartera: Esto les hacía
entender en un lenguaje simiesco que yo tenía mucha pasta y que no temía que me
robaran (alguno siempre me miraba dudoso, como planteádose el riesgo de
arrebatármela, pero en general casi todo el mundo cedía a mis provocaciones y
casi nunca me quitaban lo mío mediante la técnica burda y bruta del atraco).
Luego y sin dejar de
exhibir billetes de 50 y de repartir los azules de 20 a algún conocido en quien
tuviera más confianza, para que me comprase tabaco o gominolas, me lanzaba a
una desordenada vorágine de gastos y de
caprichosas adquisiciones: vinos de marca, objetos de arte sacro, facturas de
200 euros en una marisquería a las 7 y media de la mañana, Viagra, masajes,
etc.
Tales dispendios siempre
conseguían granjearme fama entre los desocupados que están de noche por las
calles. Poco a poco, y a la vista de un hombre que está quemando billetes
porque le da la gana, algunos se iban arremolinando en torno a mí y me pedían
esto o lo otro de forma más o menos directa. (Yo les soltaba pequeñas cantidades
y una mirada fulminante si volvían a pedir o me miraban con fijeza la mano
derecha con el fajo de 50 y de 20, hasta 1700 euros o así).
-Los más discretos no
decían nada ni me pedían, pero con
curiosidad y sin alejarse ni disimular, observaban en qué se
me ocurría dilapidar ahora mi dinero.
Otros pretendían hacer un
aparte conmigo para hablarme de "inversiones,
de negocios...".
Otros ya los hacían allí
mismo: Me enseñaban linternas de mano, pianolas y otras cosas que yo les
compraba inmediatamente regateando al alza, como siempre.
Las
"mujeres decentes", y los
hombres "honrados", por lo
general eran los únicos que permanecían
apartados de mi maniaco consumismo. Ellas me miraban no con respeto sino con
algo de miedo, como si se preguntaran hasta dónde estaba dispuesto a llegar. - El camarero cruzado de brazos no me
perdía de vista tampoco, tenía la misma expresión seria y molesta de las
mujeres. Pero no me podía criticar ni corregir puesto que le estaba pagando las
copas de diez o doce personas.- Algunas borrachas se acercaban a mí como a la
boca de un grifo.
Tal vez yo no estuviera
muy bien alimentado y soñase con un entrecôte
mientras me preparaba en El Desierto
de Almería una bizcocha de pan y leche. Pero me compensaba porque me
sentía feliz con mis economías y el dinero ahorrado en alimentos.
Yoúnior, mi hijjo
putativo, el hijo genético de Morphi, me asombraba por su estoicismo. Sin duda
era un Niño de la Crisis, un Hijo del Recorte: Se adaptaba a todo:
Su tío Juanjo tuvo la
crueldad años atrás de pasearnos por el puerto de Vieja Ciudad Costera para
mostrarnos un impresionante navío trasatántico blanco de once pisos, el Adventure of the Seas amarrado al
muelle: -"Fíjate, ellos se van de
crucero", le decía al niño señalando a los risueños viajeros del buque,"y tú en cambio a un cámping en
Almería".- A Yoúnior se le caían las lágrimas pero todavía pudo
articular desde el asiento de atrás del coche: "Al menos tengo el cámping. Otros
no tienen ni eso".
No podían concebirse unas
holidays más cutres ni más ásperas
para un quinceañero que llevárselo de tienda de campaña a un recóndito terreno
casi idéntico al Oeste americano pero sin Oeste, sin piscina ni playa ni pueblo
ni ciudad ni diversiones cerca. - No nos gastábamos un duro pero en realidad
vivíamos en una chabola canadiense comprada en Decathlón y nos manteníamos vivos
y más o menos sanos gracias al pan transgénico de la tienducha y a su atún en
lata.
Nuestras diversiones
durante aquel verano de Recortes (2012?) consistían en caminar 12 kilómetros al
atardecer hasta un cactus de tres metros en una encrucijada de caminos. Allí abría sus puertas un cobertizo de madera llamado El Paso, lleno
de objetos del antiguo Oeste y de escudos, flechas y carcajes de los sioux o de
los apaches. Yo me tomaba un tanque de cerveza a dos euros y mi putativo un
Acuarius de limón por 1.20 (otras veces ni siquiera se tomaba nada). En aquel
bar del desierto no había un alma, porque el camarero desaparecía en cuanto nos
había servido y solo se oía el viento sobre la llanura gris festoneada por
yerbajos amarillos y cardos. Era como estar en la Luna pero la verdad es que
estábamos en Almería, a dos pasos de casa.
Entonces la enormidad de
mi estupidez me hacía derrumbarme sobre mi bock de cerveza. Pensaba en Morphi
que no se había querido venir y que permanecía en nuestro refugio de lona en el
abrasado cámping de El Desierto
viendo en su Tablet "novelas" o teleseries latinoamericanas donde
salían hombres de verdad como el Diablo Juan o el corpulento rubio de Pasión de Gavilanes con rizos a lo
Bisbal. . En el desolador silencio de aquel tugurio perdido me dolía la
conciencia por todo aquello, por las trapisondas de los 90, por mis derroches,
por la tontería de haber terminado veraneando en un descampado donde si sales,
te puede dar una insolación. .Me entraban ganas de llorar.
Entonces mi hijo Yoúnior,
como si fuese más bien mi padre, me proponía que subiéramos a echar una partida
de billar. -En realidad habíamos ido por eso. Pero, por su manera desenvuelta
de decirlo, sé que se da cuenta de lo que me pasa e intenta distraerme, o
animarme. Yoúnior es un niño que tiene una sonrisa casi permanente en los
labios, como si estuviera todo el tiempo bromeando con la vida, o bailando
su vida. -Siempre me hacía reírme aunque esta vez no tuviera ganas.
- Casi me arrastra hasta la parte de
arriba de El Paso donde hay una mesa de billar francés (es decir, sin
agujeros) rodeada de objetos de la
Fiebre del Oro y de un retrato de Einstein sacando la lengua. -Quizás mi hijo se ha convertido en una especie de
terapeuta ocupacional y me está dando terapia de billar a sus 12 años. En las películas de dibujos animados
americanas, el más listo y el más centrado siempre era el niño.
Pasábamos horas en El
Paso y se me pasaba la tristeza. - Una vez jugamos una partida de 365
carambolas. Al principio ganaba yo, que no podía jugar mejor. Pero al cabo de 7
partidas en una semana, Yúnior -que sí podía progresar porque era la primera
vez que jugaba al "billar sin agujeros" como llamaba él al billar francés- era capaz de diseñar y
ejecutar aciertos a 3 bandas, manejaba el pase-bola, el retroceso, el corrido,
el picado, y, si le apetecía, hasta
podía hacer saltar a la bola sobre el tapete. Se hacía carambolas hasta empujando
el taco con el culo. Ya me ganaba siempre. Pero yo se lo agradecía e intentaba
jugar lo mejor posible para que no me humillase. -Y para olvidar mis tristezas.
Ya bien entrada la noche
en el desierto, se nos echaban encima los 12 quilómetros de vuelta "a pata".
No habíamos traído el coche por no gastar, porque era más ecológico... Me daba
cuenta de que Yúnior, distraído en sus pensamientos, y sin percatarse de que
yo le miraba, tenía una mueca de fastido y de tristeza, muy distinta de su
continua alegría infantil que a todos nos alegraba. - Y sabía que estaba
pensando en ese momento qué largos se hacen doce kilómetros andando para dormir
sobre el duro suelo.
Se me echaba encima toda
la tristreza del mundo por estarle dando aquel pésimo veraneo a mi hio, el Bueno.
Aquella clase de vida. Nunca se quejaba. Siempre se divertía. No pedía nada. Se
conformaba con poco. Hasta El Desierto de
Almería le parecía un resort: Se
había hecho amigo de un gato salvaje que se llamaba Speedy y de un Pastor Alemán que se llamaba Antifaz. El Paso le
parecía "el mejor bar del mundo" y el pan hormonado de la tienducha
le sabía buenísimo con lonchas de queso que se cortaba él mismo, tan finas que
eran transparentes. -Era un niño que se obstinaba en ser feliz contra toda evidencia
y eso era lo que a mí me rompía el corazón.
¿Por qué no sería como
aquellos malcriados, Hijos de la Opulencia que reclamaban para sí todos los
móviles del mundo, se quejaban por todo y recriminaban a sus padres hasta
levantarles la mano? -Claro, porque Yoúnior había nacido ya en la Crisis,
Yoúnior era un Hijo del Recorte. Desde que nació, siempre hubo apreturas. Y
acepta que las habrá siempre.
- Sí, claro, pero he sido
yo el que les ha arrastrado a él y a su madre a esta nefasta aventura en los
páramos, en la intemperie achicharrada; habríamos hecho mejor de quedarnos en
casa, en Vieja Ciudasd Costera; al menos allí tenemos una vivienda con paredes
de obra, nevera, agua corriente, amigos y más cosas. -Mi afán siempre por
parecerme a San Francisco, por volver al
Campo (cuando parece que no he salido nunca) ha conducido a mi ladera y a
mi cría oblicua a un nowhere donde no
pasan ni las águilas. La dieta miserable con la que salimos adelante por 37
céntimos al día, es muy probable que les cause algún problema físico a largo
plazo. En cierta manera estoy poniendo en peligro la salud de un chico de 12
años por mis fantasías bucoliques.
Soy como esas viejas putas de Houellebecq, las hippies que dejan a su hijo en un charco de mierda porque están
borrachas o drogadas.
¡Si no me hubiese fundido
tanta pasta en los 90! ¡Si no les hubiese regalado a las ninfas y a los
espectros terminales casi todo el dinero que gané modelando membrillos o heredé
de mi padre...!
-Pero Yoúnior, de nuevo
como si pudiera leer mi corazón, decía en ese instante con tono de voz
hiper-maduro que ya era hora de volver, que su madre se iba a preocupar
(no podíamos llamarla porque no había cobertura en El Paso). Y sin
esperar a que yo responda, llama al
camarero Silver, le paga de su bolsillo 3.70 euros (normalmente Silver nos
cobra por el billar 50 céntimos nada más, aunque estemos horas jugando),
intercambia algunas bromas con él, se despide y se levanta hacia la puerta. -Yo
le sigo como un niño pequeño. - En la Escuela de Amor mis "hermanas dre búsqueda" me
habrían dicho que estamos invirtiendo los papeles, invirtiendo las funciones
naturales y sanas de padre-hijo. - Pero yo no tengo fuerzas para más. Soy un
desecho como Barnes, como Houellebecq, como Felipe V, como los europeos en general.
Soy del Imperio del Sol Poniente. Estoy
hundido. Acabado. - Y si mi hijo me
lleva y me trata como un enfermo o un menor de edad, yo se lo agradezco. Y le
admiro.
Le admiro cuando ya fuera
respira con sonrisa feliz y emprende alegre el camino de vuelta hasta El Desierto de Almería. Pienso que mi
afán por llevar una vida ecológica impecable solo nos está llevando a arruinar
nuestra salud de forma irreversible. Yoúnior tiene una insuficiencia cardiaca y
algo de asma desde pequeño; igual le mato con esta vida que le estoy dando: hoy
no vamos a cenar más que ese cuenco de quicos que nos ha puesto Silver de tapa
con las bebidas.
Yoúnior camina en la
carretera o camino polvoriento sin tráfico y sin luces, sabedor de que
completar esta ruta hasta el cámping nos suele llevar un promedio de tres
horas, que, sumadas a las tres de la venida, hacen 6 de caminata. -Pero él no parece fatigado sino
que va cantando y jugando con una especie de vara de mando o espada de juguete
que se ha fabricado. Va cantando canciones
de Roberto Carlos, de Manolo Escobar, de Stereo-Head,
de Guillerrmo Santa-Olalla, de Nirvana, de Porta, de El Arrebato y de otros. Yo le acompaño
intentando afinar mi voz con la suya que es muy potente, sonora y grave pero aún sin educar, por lo
que se le va el tono a menudo.- Canto con él y también aprovecho para llorar
puesto que no ha salido la Luna y Yoúnior no podrá verme la cara. Se puede
llorar cantando siempre que controles un poco
la emoción y no te desborde.-
Esto se llevó unas dos horas de nuestro paseo.
Pienso entonces en lo
imprudente que es vagar por estos campos
a oscuras con un niño. Podría presentarse en un coche una pandilla de
forajidos y maltratarnos por gusto. O tal vez todavía queda por esas llanuras
volcánicas casi sin vegetación algún animal peligroso, alacranes o culebras (a
veces se oye la carrera de algún bicho en la cuneta a nuestro paso). -Ha sido
una estupidez no venir en coche aunque así ahorremos gasolina y nos pongamos
fuertes de tanto andar: llevamos en diez día de excursiones a El Paso, 240
kilómetros en los pies.- Ha sido una más de mis locuras pero Yoúnior no me lo
reprocha -no es la primera vez que le involucro en una larga andadura sin
ningún sentido- sino, que tras hartarnos
de cantar y de reír, me pregunta como
siempre por una de sus obsesiones: La Historia.
Hoy le ha dado por
preguntarme qué Dimitris conozco...
Por muy arrepentido o desanimado que me sienta, sus preguntas siempre me
sorprenden y me sacan de mi letargo sentimental: - Todavía estoy contándole los
Dimitris que conozco a través de mis lecturas -de Dimitri Karamazov le he
hablado tan largo y tendido que dice que quiere leerlo- , cuando se empieza a
ver a lo lejos la luz del cámping. -La verdad es que no se puede hablar de
"las luces" del cámping
sino que de noche solo permanece encendido el farolito amarillento de la
entrada. -Pero eso basta para alegrarnos: Ya estamos llegando.
- "No, no, todos esos Dimitris están muy bien y
ya me habías hablado de ellos. Yo te pregunto por otro Dimitri...
", comenta entonces Yoúnior, El
Terrible Burlón, tras haber permanecido
en silencio y escuchándome durante una
hora entera. No sé si lo dice por tirarme de la lengua y entretenerme en el
tramo que aún nos falta, o si realmente le interesa. Conoce a
Brunelleschi, a Maquiavelo, a los Médici, a los Sforza y el duomo de Florencia por los video-juegos;
a La Fayette, a George Washington y la
Fundación de América por lo que le ha contado Gonzalo; los años 30 y la Ley Seca por los videojuegos
de gángsters; Sicilia por la película El
Padrino (cuyas tres partes se sabe de memoria); boxeo por Rocky I, Rocky II,
Rocky III, Rocky IV, Rocky V y secuelas y mutaciones como Balboa. Sabía todo de
carreras ilegales por haber visionado más de 70 veces Fast & Furious. Se
orientaba por los pasillos y salones del Reichstag
como si hubiese nacido allí, a fuerza de juzgar al Call of Duty. Estaba más que familiarizado con la bóveda y los
minaretes de Santa Sofía de Estambul, ciudad a la que él por una rara manía
siempre llamaba "Constantinopla". También se desempeñaba bastante
bien en Los Ángeles robando vehículos, matando polis y degollando viejas sin
motivo. O en el Oeste americano de los días de la Revolución Mejicana. Se
enteraba del futuro por Los Juegos del Hambre, del más allá gracias a Harry Potter, de las actualidades por el
show de José Mota o los monólogos del
Club de la Comedia.
En resumen: era un
"salvaje cibernético", una Bestia Audio-Visual, un mutante
empantallado entre dos mundos. Y aprendía lo que podía, como podía y cuando podía.´
-Ahora parece obsesionado con la
revolución rusa y la época de Stalin. No para hasta que no hace fermentar mi
memoria... y rebuscando en sus más
escondidos rincones le hablo de Dimitris que fueron poetas, directores de cine,
políticos, maestros del ajedrez, astronautas, santones, pintores, personajes de
novela, etc. Pero él sonríe siempre divertido con mis semblanzas.- Y siempre me
acaba diciendo que no es ninguno de esos.
- "A ver, recítame el poema de Mayakovski que
siempre me recitas."
-Consciente de que solo
lo dice por combatir mi agotamiento
-él va saltando y bailando como si nada, como si se encaminase a una
fiesta- le recito los versos finales del
suicida Vladimir Mayakovski.
Como se dice,
el "incidente" ha terminado,
"la barca del amor,
se estrelló contra la vida cotidiana":
Estoy a mano con la vida,
y es inútil recordar,
dolores,
desgracias,
y ofensas recíprocas.
Sigan felices." Vladimir Mayakovsky 12 de Abril 1930 "
- "Esos no", protesta el niño después de haber escuchado con una inmovilidad total lo anterior. - "Esos son muy cortos. El otro, el de la camisa..."
el "incidente" ha terminado,
"la barca del amor,
se estrelló contra la vida cotidiana":
Estoy a mano con la vida,
y es inútil recordar,
dolores,
desgracias,
y ofensas recíprocas.
Sigan felices." Vladimir Mayakovsky 12 de Abril 1930 "
- "Esos no", protesta el niño después de haber escuchado con una inmovilidad total lo anterior. - "Esos son muy cortos. El otro, el de la camisa..."
-Entonces creo que no me voy a acordar ,pero lo intento y al final me
sale entero.
"Yo me haré
pantalones negros,
del terciopelo de mi voz,
y una blusa amarilla,
de tres metros de atardecer,
y pasaré por la mundial avenida Nievski¹
por sus lustrosas veredas,
compadreando con paso fatuo de Don Juan.
del terciopelo de mi voz,
y una blusa amarilla,
de tres metros de atardecer,
y pasaré por la mundial avenida Nievski¹
por sus lustrosas veredas,
compadreando con paso fatuo de Don Juan.
Dejen que la
tierra gima en descanso amujerado.
“¡Tú las primaveras verdes las vas a violar!”
Yo le diré al sol, mostrando los dientes:
-¡Sobre el asfalto liso, me gusta compadrear!
“¡Tú las primaveras verdes las vas a violar!”
Yo le diré al sol, mostrando los dientes:
-¡Sobre el asfalto liso, me gusta compadrear!
Será porque el
cielo está muy celeste,
y la tierra, mi amante, está limpia y de fiesta,
yo les regalo mis versos alegres, como un bi-ba-bó,
necesarios y agudos como cepillo de dientes.
y la tierra, mi amante, está limpia y de fiesta,
yo les regalo mis versos alegres, como un bi-ba-bó,
necesarios y agudos como cepillo de dientes.
Mujeres amantes de
mi carne,
y esa niña que fraternalmente me mira.
Cubridlo de sonrisas al poeta,
que yo las bordaré, cual flores,
en mi blusa,
amarilla,
de fatuo."
y esa niña que fraternalmente me mira.
Cubridlo de sonrisas al poeta,
que yo las bordaré, cual flores,
en mi blusa,
amarilla,
de fatuo."
Yoúnior festeja los caprichos de
mi memoria danzando sobre la cinta sombría de antiguo asfalto que no conduce a
una playa sino a un erial abrasador.
Juega con su yo-yo.- "Pero
¿no decía algo de un "dandi?", me pregunta adelantándose por el
camino y sin aguardar mi contestación.
Los últimos metros hasta
el farolillo de la entrada, contra todo pronóstico los cubre corriendo:¿Cómo
pueden quedarle energías?
En seguida llega hasta
nuestra tienda, abre la cremallera y le pregunta a su madre -para él, la Verdad
Absoluta- quién es Dimitri.
-Ella medio dormida,
medio despierta, envuelta en la obscuridad fragante de su jayma, con un suave sonido de fondo de música latinoamericana e
imágenes fugitivas de hombres y mujeres bellísimos, contesta de inmediato, como
en trance, casi aburrida de la implacable exactitud de su propia memoria:
-
- "Dimitri Rascalov".
- "¡Ése, ése era! ",
exclama Yoúnior contentísimo.- "¿De
ése te sabes algo? "
-"Claro que sí", le contesto sentándome para no caerme de la
impresión: - , razono para sosegarme:-
"Yoúnior es zurdo y tiene estos golpes de intuición o preguntas
mágicas que me hacen recuperar el
recuerdo de mí mismo". - Él toma
asiento frente a mí, al otro lado de la mesita blanca donde reposa
apagado nuestro farol sin pilas.- Sus ojos azules brillan en las tinieblas, excitados como las
luces de una feria.
- "Lascarov. Era Dimitri Lascarov",
recapitula.
- "Sí", respondo tomando aire ante la
enormidad del recuerdo y la sorpresa de que mi hijo, con tan poco tiempo en
este mundo, despierte en mí lo ancestral..., lo olvidado por terrorífico.
- "Pero antes tengo que hablarte de Dmtri
Mevdevev y de los suicidios de Boris
Karlóvich Pugo y de Serguéi Fyodoróvich
Akhromeyev. Y del Penúltimo Demetrio que
fue Dmtri Anatolyevich Medvedev. Si no, no puedes saber quién es Dimitri"
- "Vale", suspira Younior, por primera
vez fastidiado y ejecutando una rara contorsión de las suyas : Entrelaza las
piernas como las crenchas de una trenza y a la vez gira su avispada cintura casi 180 º haciéndose un doble nudo pero sin mover la
pelvis de la silla plegable. Bosteza
estirazándose al límite, hasta que le crujen las articulaciones; los huesos
parece que se le van a romper también con semejante arqueamiento...Da un
bostezo descomunal para ahuyentar el
sueño o para prepararse a dormir. Luego se ríe un poco de su propia brutalidad:
- Sí, es curioso estar en medio de un desierto hablando destas cosas: De cómo
se hundió la Unión Soviética y el Partido Comunista y de cómo los héroes se suicidaban o eran apartados.
- El mayor héroe era Mijáil Gorbachev y aún está vivo.
-La emoción de revivir
estos recuerdos que formaban parte de mi alma, de mi vida personal, me había
quitado el sueño y estuve toda la noche allí, bajo las estrellas. - Seríamos
unos chabolistas, ex-clase media, unos zíngaros, pero al menos - en nuestra
travesía del Sinaí- tratábamos de recordar quiénes éramos.
- Y Morphi y su cría
siempre me hacían estrellarme contra la Verdad. Eran los enviados de Dios,
siempre fascinantes, siempre incómodos.
No dormí hasta que salió
el Sol. -En cambio Yoúnior se quedó sin saber quién era Dimitri, porque se quedó tronchado a las primeras de
cambio; en cuanto oyó los suicidios de Pugo y de Akhromeyev.
Los ojos de Morphi ni
dormida ni despierta, eran iguales que los de su hijo pero glaucos, glaucos
como el verde del mar y con una tendencia al extravío de la locura sagrada. Al
alba, desde la semi- conciencia de semi-sueños que casi siempre olvidaba, me
miraba acurrucarme a su lado sobre la colchoneta desinflada y deforme de
nuestra tienda de campaña. Sus ojos parecían decirme:
-"Me debes unas vacaciones como es debido. Y no estas. Un viaje a París a gastos pagos. Y una suite
de fin de semana en Fuencaliente. Con chocolate y menta en láminas en los
Azores . Me debes el paseo en góndola de Venecia y las tazas de Murano. Me
debes una mariscada en El Pirata de Fisterra y otras en Tazones y en Santoña.
Me debes una noche toledana. No me has regalado todavía la Luna de Valencia. El
Polvo en el Ascensor. La escena del candil. Las 24 horas seguidas sin salir de
la cama. No has superado todavía tu miedo a la Aurora Boreal asomándose en
Wick. Me debes dinero, afecto, un hijo, un coche, una tienda Comanche o similar
desplegable, una autocaravana de diez metros de eslora con WC y bañera. Anillos
de oro, collares de ámbar... el ajuar de
la realeza me sienta regio aunque no puedo llevar oro. Ni tomar amoxicilina, no
lo olvides. Me debes un botín de botones,
un calentador de orejas, un ordenador portátil con impresora, el flan de
huevo que nunca haces y tu lasagna anual
tristemente estancada. Me debes el pan y la sal, la carne y el pescado, el daño
que me haces en este mundo y en el otro. Me debes estas y aquellas lágrimas, mi
callado dolor gritando en el cólico de mi hígado. Me debes la infancia
secuestrada, la adolescencia que no tuve, la juventud que me ibas a dar”.
Todo esto me parece que
me dicen los bellos ojos verde-grises de gata de Morphi aunque solo me lance un
vistazo medio dormida, casi indiferente. Yo no me preocupo mucho. Creo todavía
que voy a ser capaz de pagar la deuda. De renacer. Yo me abrazo a su espalda y
procuro dormirme, aunque la claridad va inundando la lona blanca de la tienda.
Además, no puedo tranquilizarme repasando el recuerdo que el niño ha convocado:
Cómo la madre Rusia tomó a partir de 1991
el camino del mal. -Y todo porque quería saber quién era Dimitri...
Recordé que no estaba en Almería en 2011 sino
cerca del Naranjo de Bulnes, en Asturias, en julio de 2013. Por un momento, tal
vez por hallarme también en un campamento de recreo, se me había volado el alma
y me había creído en El Desierto de Almería, dos años antes... Pero la realidad
es que Yoúnior ahora en el verano de 2013, no venía con nosotros: Esa misma tarde había estado wassapeando con
su madre: Yoúnior debió haberle administrado terapia, porque en un momento Morphi se había echado a
llorar. Yoúnior le había escrito que últimamente la veía triste, huraña, sin
salir de casa, derrotada en el sofá frente al televisor, enfadada con el
pueblo. - Y con sencillez infantil le
había pedido que luchara.- O así lo resumía yo: Habían estado escribiéndose
todo el tiempo que duró la cena.
Sí, Yoúnior, el hijo de
Morphi, mi putativo, nos había acompañado en el desierto dos años atrás pero
ahora, en 2013, ella y yo viajábamos solos. De nuevo por zonas despobladas como
la hermosa y triste capital del acueducto o la cara Sur de los Picos de Europa,
especie de murallón infranqueable contra el gentío y la contaminación de la
Costa que quedaba detrás. -Y aun así, incluso esas soledades de verano nos
parecían pocas y buscábamos aún un mayor retiro, estar aún más lejos y más
apartados del mundo no saliendo siquiera del Edén del cámping.
Pero al final, -como
cuando no queríamos salir del pueblo y circulábamos en bici a las tantas por
las calles de las afueras -, al final algo
nos obligaba a salir:
- El Día de la Virgen del
Carmen -nombre de diosa- se nos despertó de nuevo el hambre cultural tras haber
haraganeado y comido y reído sin alejarnos demasiado de nuestra tienda. Aquel
día cogimos el Clásico -nuestro querido BMW- e hicimos la ruta Cabrales,
Covadonga, Lago de Enol, Tazones, Santander, Cabrales.
Fue un día raro, parecido
a ese día que nunca existió y que por tanto no puede ser contado.
Ensimismado, huraño, sin necesidad de hablar,
sin necesidad de enseñarle nada a Morphi, sin necesidad de recordar en voz alta
viajes pasados con amigos tantas veces en estos mismos lugares, sin necesidad
siquiera de recordarlos en voz baja. -No
llamaré ya a Javi Marcos (sé por su hermano Tomás que mi notable amigo de
la adolescencia y de la juventud, el melómano Kermit, está veraneando en
Asturias y llevo apuntado su número). No sé si estoy emocionado. Ni por qué
lloro ante la Virgen de Covadonga (no la de la Cueva sino la de la basílica),
por qué me emociono como si volviera a casa, a un lugar puro, pero del que -por
algún motivo- deseo largarme cuanto antes....
¿Hacia dónde? -Hacia la
carretera de alta montaña con vacas provocadoras sentadas a cuatro patas en
medio del asfalto. Desencadenan una risa histérica en Morphi que no había visto
algo así en su vida. Hacia el solitario lago glacial de Enol donde más vacas
arrogantes nos contemplan despectivas tumbadas en sus prados. Y un mastín sin
dueño ni señales de pertenecer a ninguna finca, se baña risueño y vigila esta
cima.
Torcimos hacia el mar,
hacia Tazones. Todo me ponía triste o me dejaba frío... O ya no sentía más que ganas de volver, de volver al cámping, al
murmullo del río, al campo...
Tras el paso depresivo por Tazones -que evoca por sí mismo tantas
cosas, sin que yo las evoque - y una caminata alocada por el Paseo del
Sardinero... -Como una colección de estampas de novelas de otros tiempos:
"Aquí quedan por primera vez Daniel
y la Pelirroja", le digo a Morphi señalándole la terraza de una
cafetería de la playa... Como si le estuviera hablando de Julien Sorel y de
Emma Bovary, como si le enseñase la escalera de casa de vecinos que subió
Raskolnikov para asesinar a la usurera...
Fue un día bien extraño
el del Carmen: Asturias la ancestral,
infinitas veces visitada desde mi adolescencia, pasaba ante las ventanillas del
coche por primera vez para mi ladera Morphi. -Y yo lo observaba todo, lo
acataba todo, no buscaba nada, no me preguntaba nada, no deseaba nada, no
quería evocar a nadie, no pensaba en nada...
O más bien intentaba no pensar en nada: El intenso
aroma a pax burguesa del Sardinero me
hacía sentir en los pulsos la quemazón incendiaria de Daniel, aquel psicópata
de mi novela (los personajes de novela también podemos ser novelistas, por qué
no). -Ya no me acuerdo si su víctima, su verdugo se llamaba Carmen o Sonya...
Aunque sí me esfuerzo, recuerdo. - Lo malo es que no quiero recordar.
Extraño día: Ensimismado,
emocionado, callado, tal vez triste, con esa espinosa lucidez del primer día
sin droga. Respirando el gran aire de montaña y el suave de la Costa de mis
ancestros, de Asturias...
Al siguiente, Morphi no
quiso abandonar nuestro campamento. Pero yo salí a cumplir una antigua y
extraña deuda: Subí solo desde la Garganta del Cares hasta Bulnes como había
hecho 16 años atrás junto a Aricia, aquel verano del 97 en que fuimos a Tazones
y al Norte. No le conté a Morphi nada de mis recuerdos, pero me alegró que me
dejara marchar solo, tal vez entregarme solo a la tristeza...
Por una estrecha senda de
cabras al borde del precipicio, igual que antaño, bailé sobre guijarros y poco
a poco mi peregrinación me abrió el alma. Esta iba a ser, casualmente, la
última visita o excursión que hice en el Norte antes de volver a casa.
El camino hasta Bulnes no
era un camino cualquiera: Permanecía intacto como un testimonio de otros
tiempos: Por ese sendero de continua
subida entre peñas no cabía un coche, ni siquiera un burro. Recorrer un desfiladero
hasta una aldea que solo es accesible desa manera, no es algo a lo que esté
acostumbrada una persona de mi tiempo. Campo en estado puro. En realidad, los
que me interesaban eran esos recalcitrantes que vivían aislados en Bulnes. Y no
se veía tendido eléctrico. Esos sí que eran anti-modernos. ¿Se parecerían a los
masáis?
Es difícil describir la
euforia que se apoderó de mí tras la ascensión, mi pequeña hazaña ...- Euforia
que siempre percibo como una expansión de energía, un crecimiento de mi
vitalidad...
En el cámping a mi
regreso, la revelación de que tampoco esto es Utopía: Tenemos unos vecinos de
Alicante con una tienda desmontable Comanche que se han pasado toda la tarde
compitiendo contra el simple pero magnífico discurso sonoro del río, mediante sus grandes altavoces y su rock contestatario
español. Menos mal que nos vamos mañana. Son unos pelmas.
La peregrinación -de la
que nada sabrá Aricia, de la que a Morphi nada cuento-, no solo me producía
euforia -como si aún fuera el favorito de Eros, el predilecto de Krishna, -
sino amargos recuerdos y comparaciones...- Ese día Alberto Contador volvió a
perder en el Tour frente a Chris
Froome, que parecía un ser de cristal, carbono y aluminio; no un mortal como
nosotros.
A la mañana siguiente nos
fuimos. El Norte, el Norte de los helechos y del terrorismo, el Norte de las
camelias y de los gudaris, se despide
de nosotros a través de sutiles transiciones:
De los torrentes ruideros
del Cares hacia Panes y el Saja, y hacia valles cada vez más abiertos como
cuando bajamos el Rotten hacia Lausana. - Más vértigo de vehículos veloces, yo
aturdido por carreteras que se despeñan hacia túneles, como si descendiéramos
el Everest por una pendiente de 90 grados... No parecen tener fin los riesgos
destas autovías de montaña. Ni los montes cántabros. No me extraña que los
romanos y los musulmanes se detuvieran ante estas sierras salvajes...-
Torrelavega, Cabezón de la Sal... Canción de infancia...- Vuelvo a ser todo
ojos, corazón, sentimiento... - Siento que me estoy despidiendo y que El Norte
me contesta.
AUTOBIOGRAPHICA X. DIARIO DE 2014
15 de noviembre de 2013
El hada de mi SUEÑO tenía la voz mansa y doliente de la esclava sexual de la Historia
de Ô. Escucharla me estremecía por la monstruosidad
de su sacrificio: “Si supieras… Primero tengo que arar mi piel fina como
arena de la playa recién bañada por el mar. Y luego, ahí debajo, en los surcos,
me pongo estas piedrecitas negras como pastillas circulares, pilas diminutas. Y
todo para que cuando me fustiguen con garfios, me duela más.” – Y sin embargo había una morbosa complacencia
en su descripción. - ¿No soy yo igual que ella?
25 de noviembre
SUEÑO con un montón de ropas destinadas a una Hoguera de las Vanidades. Distingo
entre ellas los pantalones rojos de mi pijama. Van a quemarlas porque
pertenecen a pederastas antropófagos; temo que me confundan con ellos. Lo que
está sucediendo donde vivo es de una monstruosidad indescriptible. - Luego veo
en un hospital a unos chicos que yacen en sus camas medio atados con férulas y
diversos tubos. Parecen enfermos terminales. Les traen una remesa de chicos más
jóvenes para que abusen de ellos y los devoren; algo así como el último deseo
de los condenados a muerte. - La excitación, los rugidos, la ferocidad de los
enfermos ante la llegada de carne fresca, me resulta insoportable.
-SUEÑO que me he venido a vivir a un suburbio tal vez de una ciudad
norteamericana. También está por aquí el Nueve (el hermano de Xna Maestre) pero
en su caso la integración con los marginales no es real, sino que en el fondo
ayuda a la Iglesia y a los explotadores. Puedo ver a sus seguidores alineados
en unas bancas en la calle: Aparenta ayudarles, pero subrepticiamente les
conduce a la misma alienación de siempre. No como yo, que estoy implicado de
verdad con los desheredados. - Me cruzo con una especie de Brad Pitt latino por
un descampado: sombrero vaquero y fino bigotito de rufián. Cruzo con él una
mirada sin miedo y más me convenzo de que estoy donde quiero estar, en el lugar
y con la gente que me gusta. Mi compañero de piso es un negro alto y silencioso
que siempre me mira con respeto, muy serio, sin pronunciar una palabra (pues no
hablamos el mismo idioma). No hablamos, pero sus ojos siempre están ahí dándome
dignidad. - Me mira así, sentado en su silla, incluso cuando duermo. - Una
mañana salimos al balcón y hay un grupo de visitantes contemplando nuestra
casa. Vienen de otro barrio, de otro sueño, pertenecen a un grupo escolar de
adultos y la guía (que no me cae bien) me explica que en nuestra casa hubo una
vez una universidad pionera para los barrios bajos. Me siento muy orgulloso de
la coincidencia y se lo cuento a mi compañero negro que sonríe porque me
entiende, aunque no hable mi lengua. Me alegro todavía más de que, aun
perteneciendo al submundo, comprenda la importancia de estas cosas y que
aprecie la enseñanza y la cultura.
29 de noviembre de 2013
SUEÑO que en la Fábrica los
membrillos han hecho fuego en un cubo de metal y se lo comento divertido a
José Luis que en seguida percibe el peligro y se acerca a vigilarlos. Me doy
cuenta de lo inconsciente que he sido: podrían haberse quemado. -Me quedo con
José Luis que en este sueño parece más distinguido que en la realidad, y no
lleva barba. - Situación de moldeadores confraternizando con los moldeados,
pero sin perder nuestro papel de padres cuidadores. - Él hace un juego de palabras;
algo así como “no van a dar abasto”, y yo no le entiendo. - Como ya ha sonado la sirena del fin de recreo,
se levanta tomándome el pelo por no captar algo tan sencillo. El momento de
complicidad y de unión con mi compañero de trabajo, siento que ha durado muy
poco.
COMPAÑEROS DE TRABAJO
Esta
herida por no amaros, por no amarme
gotea
en mis mañanas desde lo hondo de mi noche
y
ya ni siquiera puedo
dirigiros
como antes la mirada del soberbio
pues
no soy más que vosotros:
Solo
estoy: Me siento menos:
Sin
amigos, sin espacio en la calleja friolenta
de
los ásperos recreos.
Ya
ocurrió en mi adolescencia:
Feo
poste sin palabras
frente
a un grupo de contentos.
Pero
entonces pasa el nuevo,
el
joven nuevo…Y con el nuevo converso
y
con el nuevo me alegro.
3 de diciembre
SUEÑO:
Aire alpino: Yo también quiero hacer
esta etapa del camino, la más dura, entre macizos agrestes y todavía nevados
como el Naranjo de Bulnes. ¡Si este hombre mayor de la venta ha podido, yo
también! ¿Doce kilómetros de ascenso solamente? Su manera de hablar transmite
el ánimo de alguien seguro de sí mismo. - 2ª
parte del SUEÑO: Ruido de sables en
el Sur del Mediterráneo; tormentas militares sobre Europa; la guerra
inminente tiene un no sé qué de pintoresco y colorista. ¡Napo ha dado por fin
el paso y está invadiendo Marruecos con sus polacos y sus mamelucos! Nos enteramos
por la radio, en la sala con ojivas orientales de un cafetín. “Y
ahora, ¿qué?”, exclamo mirando emocionado
al sesentón de la venta del otro sueño, que ahora lleva un fez en la cabeza. “-
¿Os sumaréis a ellos? - Y hay en el
aire una convicción mortal de que los buenos musulmanes, almas de veras
piadosas, los nobles al final van a respaldar al Caudillo bueno. Pero el Séneca
marroquí se calza sus babuchas, se levanta y se va muy serio no sé con qué
determinación.
HABLA EL VIEJO BARDO LASCIVO: Y todavía durante mucho, muchísimo
tiempo seguí siendo joven, haciendo las cosas que suele los mozos, juntándome
con los garzones en las jácaras, hulismeando las junturas deleitosas de las tiernas.
Y mi pasión era Abril. Los invernales, unos frígidos temerosos me parecían,
aunque ya mis patillas y barbas cubriera la nieve. La edad de la promesa y la
aventura era mi elemento permanente. No me importaba el poder ni el dinero ni
el prestigio; solamente la belleza. Asentarme en algún sitio no formaba parte
de mis designios. Nómada, erraba de un lado a otro ya que mis ímpetus no
conocían el agotamiento.
Y así durante mucho, muchísimo tiempo seguí sintiéndome joven,
aunque ya mis dientes amarilleasen, mi faz se llenara de estrías y mi andar se
hubiera vuelto más lento.
31 de diciembre de 2013
MAL
SILENCIO
A
la Chopera del Silencio llegamos
en
estado de semisueño como otras veces
cuando
la Luna presidía el comienzo
de
nuestros amores en Ruidera
o
en Venecia
nos
deslizábamos atónitos por los canales hasta el Puente de Rialto.
A la Chopera del Silencio -escondida
en
el fondo del último recodo
de
la primera laguna, la del Rey
(ya
cerca de Salvadora) - llegamos
bajo
el peso del diálogo inconcluso
de
Consuelo y Concepción
y
de Javier y el Conde de San Simón.
Parece que, en estas soledades, los
pensamientos,
punteados
por el toc-toc del pájaro carpintero,
chirriasen
en los cerebros o zumbaran
como
almas innacidas, cayendo
desde
el limbo hacia el infierno.
El espacio mudo y profundo de los
juncales y chopos
es
como un gran folio en blanco
donde
mis palabras surgen
desnudas
en sus matices,
pequeñas
e insuficientes.
1 de enero de 2014
-
El Fuego y la Propagación del Espíritu: Lo menos denso, lo
más ligero -el papel, la seca hojarasca, las ramitas- debe ir abajo, al comienzo
de la combustión; lo más denso y pesado debe estar encima, ser lamido lentamente
por las llamas: El Fuego sigue la dirección de la menor densidad como el agua
la pendiente. Pero si no hay leña gruesa el proceso se extingue. Solamente los
troncos producen brasas duraderas. Y son el verdadero corazón de la hoguera. -
¿A qué es semejante el maestro, el sanador, el guía? ¿Materia inflamable y leve
que hace arder al resto, o desa otra más resistente que absorbe y conserva el
fuego pequeño? – Ambos. Lo mismo que el niño, el aprendiz, el paciente. Y la
lección del Fuego es también la maravilla de todo su ciclo, de su proceso
entero: el encendido, el primer brillo alegre de la hoguera joven, la rojiza y
negra estabilidad de la madura, cuando la encina silba y ronronea de placer.
Desmoronamiento de los tizones, últimos candores de las brasas, luego ceniza,
polvo, nada…
El viejo patín atascado en la presa,
cerca de esta casa de Garijo, en el canal torrencial entre San Pedra y Redondilla:
- Si el Agua y el Flujo son el símbolo del Sentimiento y de la Apariencia, ¿qué
sería este armatoste inútil que de todas formas no impide el paso e la
corriente sino que solo la obstaculiza un poco? -Ni termina de hundirse ni
termina de superar el dique. Ella vino de otra parte más alta de la laguna; tal
vez alguien la descuidó donde estuviera amarrada, como una barca -en realidad
es un patín de pedales; no una barca-, como un voluminoso recuerdo del pasado
del que no se hizo caso. Y se precipitó, partió a la deriva, río abajo. Y ahora
está ahí. Y aunque afea el paisaje de la ribera del salto y a todo el mundo le
desagrade su vista, nadie la ha reclamado. Ni nadie, hasta ahora, la rescata.
14 de enero de 2014
Mamá sueña que vamos caminando por un
bosque
Juanillo , que guía, Javichi, Juan mi hermano, ella, yo y otras personas
indeterminadas entre las que se distingue -lo recuerda más tarde- una mujer de
pelo blanco de una generación anterior que se parece a doña Vicenta, la madre
de Isidro Gullón - (cuando señaló esto
último, me acordé de la Santa Compaña).- Mamá va acelerada por encontrar La
Casa antes de que nos dé la noche en el bosque, pues ni siquiera avanzamos a
través de un camino claramente marcado. Juanillo la tranquiliza. Por dos veces
se nos presentan bifurcaciones; Juanillo duda un poco, pero al final escoge la derecha.
- Cuando tropezamos con la tercera bifurcación, mamá se despierta –(me
lo contó la mañana del domingo con ansiedad, y en seguida habló de que habíamos
hecho mal al ceder a mi hermano y a su mujer todos los derechos sobre el chalet).
- Después de comer le pido que se invente el
final del sueño entrecerrando los ojos: Dice que es ella la que debe tomar el
mando del grupo y pronto ve un claro en el bosque y con nitidez una casa con un
cuerpo grande en el centro y dos edificios menores a los lados, muy parecida a
la de “los Drogadictos” de la Poblachuela, “donde
por cierto solo entramos una vez y nos negaron hasta un vaso de agua”,
comenta. En esa casa, que también tiene campos de deporte alrededor como la
otra, nos aposentamos cómodamente en amplios salones donde hay comida a nuestra
disposición.
- - Le indico a mamá la conexión del sueño con
el asunto del chalet y echándose a llorar reconoce que sí que su sueño habría
sido tener la casa en el campo y que la disfrutáramos todos. - Observo que en
le grupo no aparecía la mujer de mi hermano.
Al escuchar el sueño de mamá me he sentido un
cero a la izquierda. Totalmente desplazado por la estrella emergente del joven,
alto y hermoso Juanillo que es el que capitanea la expedición y que para mi madre
parece representar hoy en día la Juventud, la Integridad y la Fuerza Protectora
Masculina.
- Morphi sueña que nos vamos a caer al vacío en coche por un viaducto sobre un hermoso
río que vierte sus aguas a un cráter para luego volver a brotar como un cauce
más delgado. Yo, que conduzco, me he quedado hipnotizado por el paisaje,
distraído, ausente y se me va el volante y patinamos fuera de control hasta chocar
con el quitamiedos y el precipicio a nuestra izquierda. Y ella quiere gritar
para “sacarme del trance” pero no
consigue sacar la voz de su garganta. - Dice que lo más significativo, a
diferencia de otros sueños que ha tenido de caerse al abismo, es que en este no
lo ha aceptado, sino que ha luchado contra el accidente. -Por eso al despertar
su sensación no ha sido de tristeza.
Soñé que llegaba con Morphi a una especie
de dispensario, bastante
pobretón, pero no miserable, en un patio que podría se el de una vieja
estación. Allí nos atiende un joven y rubio doctor con quien me estoy
entendiendo a las 1000 maravillas. Es como si él me devolviera el aire perdido
de la clase media, de la cultura y de las profesiones liberales, tras haberme
visto degradado al underground. -
Pero en esto Morphi, muy muy distraída con la mente en otro sitio, se levanta y
se mete en un ascensor porque tiene que ir al supermercado o a cumplir otra
tarea por el estilo. Irritado y avergonzado la sigo y le grito que vuelva mientras
con la otra mitad de mi cuerpo pido disculpas al joven médico -que es amigo de
Pilar, la de Julio. Pero Morphi tiene los ojos como idos, la mirada perdida…
Creo que está meditando ya en sus recados, en su lista de la compra, y no hace
caso. Y las puertas del ascensor se cierran, tapándola.
20
de enero
ET IN EUPHORIA EGO
¡Qué
extrañas sensaciones de euforia el otro día,
yo
que soy un Perfecto Fracasado
con
el rostro deformado por la Pena y por la Ira!
¡Qué
raro sentirme el jueves tan vivo
como
un joven asaltado
por
hormigas de erotismo!
¡Si
mi juventud murió allá por el 2007
Al
terminarse el verano y ahora queda
tan
solo un rezar desesperado hacia otras vidas!
Yo
que ya no me río nunca ni hago chistes
ni
hago gracias, hablaba de repente por los codos,
chispeante
e inspirado en mi arrebato.
¡Qué
cosa! ¡Qué inesperada alegría!:
Latía
la Acción de Dios
¡Ferviente
en el alma mía!
-
Pero si yo no creo en Él…
No
me habla. No medito…
-
El árido fariseo saltaba como un bendito…
Y
todo porque fui al río
Sin
cita ni compromiso
Y
mi mirar hacia dentro
me
devolvía a mí mismo.
Sábado 1 de febrero
Sueño que Adelaido -el exdirector de la granja-escuela-
al que veo desde una posición superior, como si yo estuviese de pie y él
sentado, comenta con grosería algo sobre “su puta madre”, o “tu puta madre” añade a la ligera mirándome. Los que nos rodean se ríen y yo sin
perder la sonrisa le empiezo a contestar en el mismo tono de broma, pero
poniéndome cada vez más serio al defender a mamá de tal palabrota. Sí, al final
se me ha acelerado el corazón pero he puesto a Adelaido en su sitio y ya no se
burla de nadie. - Atmósfera de cinismo en la edad tardía, sesentón quemado para
el que nada es sagrado.- Pero aunque actúo con formalidad y dentro de los usos
sociales (pues en el sueño soy consciente de que estamos en una situación de
compañeros de trabajo) termino por marcar mi límite, que es no consentir que
llamen puta a mi madre.
5 de febrero
SUEÑO que espío por encima de la tapia
de un cámping parecido al de Marbella, el trabajo del joven artista europeo; envuelto en un resplandor violáceo
como el del soplete de un soldador, sobre una grúa, le da forma a algo así como
a un bloque de hielo o a una masa de gomaespuma… Yo tomo nota con interés de
las ideas esenciales de su proyecto; una voz me pregunta despectiva por qué le
presto tanta atención. Yo, sin dejar de observar al artista en acción, explico
con sutileza mi propia versión de las últimas y más vanguardistas tendencias
plásticas y mi implicación personal en las mismas. Está claro que soy un
creador sincronizado con las búsquedas espirituales de mi tiempo.
-
Ahora estoy en Barcelona en un
enorme auditorio con vistas a la bahía. El mar calmo chapoteo sobre las gradas
más bajas. Va a actuar Bruce Springsteen dentro de unas horas, pero el
concierto solo es parte de un evento de arte y aprendizaje mucho mayor y más
ambicioso, un acontecimiento cultural del que formo parte. Soy un joven curioso
y el mundo está lleno de oportunidades para desarrollar mi talento. Deambulo
observando los preliminares remotos de la actuación musical, contento de
hallarme sumergido en este fresco ambiente de fiesta.
-
Entonces llama mi hermano a mi
cartera que es mi móvil: él iba a venir pero al final no puede; le contesto con
soberbia y actitud muy exigente, algo así como que “tú
te lo pierdes…”, lo más despectivo que se
me ocurre. Yo estoy más evolucionado -eso es lo que siento ahora-, en un mundo
social más elevado. Y puedo por eso pasar de mi hermano. Porque vuelo más alto.
- Luego llama I.: Me dice que han
estado buscándome en casa pero que no han dado conmigo. Al final ella con sus amigos
se ha visto obligada a dormir en el piso que comparto con mi hermano. () - Me choca,
pero me agrada que todas esas personas queridas -mi hermano, I. y demás - me
esperen en el hogar mientras yo me deleito en las altas esferas del Festival.
-
Caminando al azar me tropiezo con una joven
refinada, el busto muy marcado en un suéter verde de náilon. Charlamos de
música popular actual, de novedades, del concierto inminente, y soy consciente
de mi propio atractivo, soy consciente de ser un joven artista que tiene mucho
que decir y mucho que ofrecer. Cuando hablo, me doy cuenta de que los tonos más
graves de mi voz, a ella le hacen cosquillas en las entrañas. Ella ahora camina
a mi lado e intercambiamos miradas insinuantes. – No es la primera ni será la
última muchacha bonita y snob que de repente cae cautivada por las palpitaciones
de mi aura. Así, la fiesta civilizada se va calentando con pequeños pasos
perfumados. – Pero falta aún mucho hasta que empiece la Fiesta de verdad.
SUEÑO (o entreveo medio dormido) que corto un cuchillo con mango de madera con un cuchillo de mango de madera.
Y aunque es absurdo, parece en el sueño perfectamente posible. Y el cuchillo
cortable no es una gominola ni un pastel sino un cuchillo.
SUEÑO: María José se ve envuelta en un escandaloso
proceso de denuncia por algo que pasó en sus modelajes de membrillos con dos
trozos procedentes de fuera de la Península, membrillos emigrantes. Tal vez
acusada de racismo y xenofobia. Hay tanta gente y autoridades con ropas
solemnes y mesas cubiertas de paños que parece que estemos en la Casa de los
Lores o en el Juicio de Nuremberg. Pero María José no parece en absoluto
impresionada sino convencida de que todo ha sido un malentendido y que al final
su nombre quedará limpio. Lleva todo el proceso sosteniendo una media sonrisa
divertida. Yo estoy a su lado, pero ella no parece necesitar que nadie la
defienda. -Luego aparecemos solos en una situación familiar y hogareña, quizás
en torno a una mesa-camilla. Veo sobre la mesa su preciosa mano blanca, la
huelo y se la beso.
-
SUEÑO que tiro por el patio interior
de la cocina el cadáver aplanado de Blue,
no más grande que una gominola de pocos centímetros. Y me asombra no sentirme
más apenado.
17 de febrero de 2014 STO. DOMINGO-
…
No es nuestro destino todavía sino solo una escala en nuestro viaje… (¿a
Norteamérica?) pero mientras Morphi y los demás se quedan en el hotel
descansando, ¿por qué no aprovechar para dar una vuelta por esta capital, Santo
Domingo? (precisamente domingo santo fue la noche que lo
soñé)
….
¡Y esto es El Caribe? Cualquiera lo diría… Todo gris, nublado, bloques sucios
con aparatos de ventilación como los de cualquier ciudad que conozco. ¿Dónde
está el Sol de las Antillas, dónde sus colores de fábula? Manadas de ciudadanos
grises cruzan las avenidas inexpresivas cuando los semáforos se lo ordenan….
Seré
paciente… El tesoro escondido, la Espada del Libertador, la Fuente de Eldorado,
lo esencial y más interesante aquí es la gente. Así que me dirijo a un hombre
totalmente normal que vende plátanos, los lleva en una bolsita de plexiglás
como las del embutido de la carnicería de Juanma (de Daimiel). Son pequeños y
nada apetitosos. Trato de hacerme el simpático, pero él permanece impasible en
su cutre transacción comercial… Sin más adornos. – ¡Qué amargados están!
Más
allá, en un parque, una mujer de la élite explica al público La Factura de la
Luz: Sus argumentos son tan complicados,
que se ve de lejos que es un Timo Multi-Nacional. Pero ella les grita avalanchas de
tecnicismos, como si fueran idiotas incapaces de comprender la Gran Reforma del
Gobierno y los somete...
- Entonces veo una panorámica aérea de los
majestuosos meandros del Amazonas y ahora soy yo el que entona un discurso, el
que da una conferencia: Dejando que hablen las imágenes por sí mismas,
utilizando las menos palabras posibles: “… Del futuro más que
cierto de este país, de esta Isla: ser engullida por la subida de las aguas”.
19 de febrero PARÍS
Estos franceses nos traen locos: Vamos
aturdidos de una recepción de diplomáticos a un cocktail
de artistas entre focos, risas y barullo.
Son terriblemente mundanos, bon
vivants no, lo siguiente. -Y acaban de
cambiar de Presidente como si nada…. Nosotros también nos hemos cambiado de
hotel:
En los pasillos, familias jóvenes y bohemias
aguardan repantingadas a que les abran sus habitaciones. Pero creo que se mofan
de nosotros cuando pasamos: Se burlan de nuestras coplas flamencas, teleseries
venezolanas y mejicanas, los nombres de nuestras gatas, cosas muy nuestras… Y
todo esto lo repiten irónicos en español, con su acento… Qué cínicos son.
¿La
puerta de nuestra habitación está abierta de par en par! Tememos que nos hayan
robado como ya nos sucedió en otro hotel, y en otros sueños… Es como si en
París fuese imposible tener alguna clase de intimidad o de seguridad: También
la puerta de la habitación de enfrente permanece semiabierta, como una
excursión de escolares que quieren compartir corredores y alcobas en fiestas
del pijama.
Y de repente, ¿quién sale? Nada menos que el
flamante Monsieur le Président de la République
Française. Desnudo. Completamente desnudo
y sin el mínimo complejo o sentido del pudor: ¡Estos libertinos franceses! Me
trata como si me conociese de toda la vida y parece dedicarme todo el tiempo
del mundo. Miro su pene al aire, pero, al fin y al cabo, quién soy yo para
decirle que se vista…
Sí, tendría que enfurecerme por este
abuso de nuestro espacio íntimo, esta invasión. Sí, vociferar y enfrentarme a
los ladrones, esto es lo que Morphi espera de mí…- Pero solo miro a la parte
alta de nuestro dúplex (pues la habitación de hotel es un piso de dos plantas)
totalmente ocupada por grandes bultos de mantas bien dobladas. -Y entonces le
pregunto si el dinero lo ha dejado en el cuarto.
- No. Está en el coche -susurra ella. Es
una lince.
Y el risueño viejales
del Presidente, ya vestido de arriba a abajo, sigue siendo amable y gentil
hasta el exceso: Me vuelve a sonreír, me dice que no me preocupe, que estarán
limpiando las habitaciones… -Entonces me siento un verdadero cateto, un
cretino.
SUEÑO
de 20 de febrero de 2014
OBRAS
A vista de pájaro contemplo
en picado
Las inmensas obras de las autovías,
De las ferrovías, túneles, travesías,
viaductos, faraónicos
Movimientos de tierras,
Barrenas de la roca granítica y morena
Y máquinas tuneladoras naranjas
De chapa restallante, brillante,
flamante, más que nueva
Para las que no hay obstáculo denso,
Masa, dureza ni peso
Sino solo este cri-cri saludable
De motor, hélice y cadena
Financiado
Por entes y entidades
De la Administración Autonómica del
Estado
Y organismos de la UE de azur y
estrellas …
Desde aquí,
Rugir del vuelo en helicóptero
-Hasta allá abajo
Donde parecen insectos
Las vértebras de hormigón
De enormes saurios-
Los ingenieros comentan por inalámbricos
-Sin perder la sonrisa rubia ni la flema
En medio de los alegres pitidos
De excavadoras en maniobras de
retroceso-
La fascinación que sienten
Por el progreso mastodóntico
De los caminos, los canales, las
medianas,
Los aerolitos, los quantos y los
puentes.
Bromean en español elegante
Con sutil y süave acento checo:
“Se ha demostrado la
mejora de rendimiento
De
la pluripolinización de las embriofitas
Gracias
al Proyecto.
Respeto
casi absoluto a los pasos naturales
Y
todo eso…”
O se hacen los suecos.
Casi es imposible no ceder,
En la mañana espléndida del Progreso,
En la mañana de obras y movimiento,
Casi es imposible no ceder
Al comedido entusiasmo
De estos jóvenes expertos…
Y aunque sobre lo que
fue mi monte,
-Antiguo Despeñaperros-,
No se ven sino algunas manchas verdes
En los márgenes de grises
Bloques grandes de estructuras de
cemento,
Da igual;
Sé que ya han vencido ellos.
22 de febrero
CINISMO I
El cinismo como consecuencia necesaria de la
Ilustración. Desencantamiento, ironía, insolencia, mofarse de todo lo sagrado,
¿no ha sido también mi proceso? ¿No fue papá quien me enseñó de muy niño esta
palabra y me contó la leyenda de Diógenes y de Alejandro? - Se mezclaba con la
otra de Demóstenes metiéndose piedras en la boca y gritando o clamando sus
discursos contra el mar para superar su tartamudez: Superación, esfuerzo,
estoicismo, lo contrario del cinismo.
-Y el saber de la filosofía, de la novela (y hasta de la
poesía cuando es satírica), también es cínico: un desenmascaramiento que acaba
en sonrisa: media sonrisa. -
El modo en
que yo veía el telediario con papá era una introducción al cinismo. Aquellas
veladas que parecía que no fueran a terminarse nunca; bien pronto pasaron. – Y
a los 30 mi tendencia a vivir salvaje y libre, en contra de la moral
convencional pues esta era la gran mentira…
- Remedios para nuestra enfermedad según SLOTERDIJK:
Distender en vez de tensar, meditar en vez de hacer, sentir la presencia y la
plenitud en vez de la carencia y la falta. - Pero no es tan fácil. - En parte,
el coqueteo con lo espiritual no era más que otro aspecto del cinismo: No creérmelo
del todo, pero a la vez creer que sé más que el resto.
23 de febrero
SUEÑO:
Mira, Amor, yo te doy esta comida. No es
que estés enferma, pero casi lo pareces. La comida que te traigo no es muy
buena. No es muy fresca la comida que te traigo. Es solo por aprovechar lo que
quedaba en la nevera: restos de ensalada de patata, tomate, lechuga, aceitunas
y atún en lata, que tanto amas. - Me consuelo pensando que así, por lo menos,
comes algo de verdura. Y que todo está todavía en buen estado de conservación.
- Lo que no me sorprende es tu falta de entusiasmo.
25 de febrero: SUEÑO. MI HERMANO EL
BURLÓN: ¡Tú
otra vez! Qué aburrimiento. Yo todo el tiempo intentando hacer cosas serias,
cosas difíciles, cosas de mérito, de provecho y tú, nada… nada. Nada más que
venga a incordiar con tu sonrisa de adolescente travieso. Y no me respetas.
Porque soy tu hermano y largamente nos conocemos, desde la cuna. – ¡Y tú te
entrometes hasta cuando estoy practicando una barroca partitura de lo más
compleja! ¡Pones una taza de café caliente entre mis dedos! ¿No ves que esto es
algo muy serio? – Y sin embargo nunca llego a enfadarme de verdad, a ponerme
colérico. Eres ese niño incorregible con el que siempre tendré que ser bueno. Y
hasta me persigues a lo largo de los sueños: - Tumbado de costado,
ridículamente serio y aplicado hasta cuando dormirme intento, sé que soy un
cateto, un cretino; noto una presencia encima de mi cuerpo, alguien que está
allí medio ahogado de risa; alguien que se parte de risa pensando en mí. Entonces
me vuelvo de un salto y ya has desaparecido con tus humillantes burlas. Pero en
el aire todavía puedo ver brillando tu rastro energético.
“LA IMAGINACIÓN TIENE SOBRE NOSOTROS
MUCHO MÁS IMPERIO QUE LA REALIDAD”, Jean
De La Fontaine
Rompí mi Mala, las
cuentas
Se las tragó un
sumidero
Como excrementos de
cabra.
Con el papel de mi
Biblia
Lié cigarros y porros
Y vi doblarse el
versículo
8 del 8 de san Marcos
Y la lámina de
Krishna en su Cósmico capítulo
Y la cabeza del
Buddha
Ahumada como en un
cómico
Incendio de
inanidades.
Pero yo no me detuve
Mi tapiz de Shri
Maitreya
De jirones hice nube
Y a Saint-Germain en
cristales
Convertí rompiendo el
cuadro.
Parecían electrones.
La estampa de
Yogananda
Reduje a papel y a
barro,
De lo sagrado hice
escarnio:
Rimé en -olla, rimé
en iones.
Escupí al rostro de
Claudio.
¿No me quedaban
visiones
De lo Alto y de lo
Santo?
Sí,
Quedaba la foto
De papá y su nieto en
barco
Y los fetiches de
Morphi
Y el ídolo que no he
roto.
Pero no, querido y deseado Lector, semejante a
mi Señor por lo invisible y por lo ansiado: Nada he roto en la realidad: Ni las
10 imágenes de Krishna que cuelgan sin devoción verdadera en el salón y en mi
despacho. Ni mis dos Biblias ni el lienzo de Maitreya ni el mal leído
Bhagavad-Guita ni el querido retrato con melena de Mukunda. NI la casaca con
alamares del avatar Saint-Germain, de una Ilustración de Ensueño. Ni por
supuesto la foto de la mujer que yo quiero, la sonrisa y el bigote de quien fue
el primer maestro. Mi Mala que una vez se quemara perdiendo una de sus cuentas
de sándalo ni siquiera está sobre la mesa, como si quisiera protegerlo del
tabaco, de la contaminación de mi escritura, de mi presencia: No destruyo mis
ídolos; los conservo. Hay tantos objetos venerables en mi entorno, que casi no
puedo menearme sin darles un codazo: Las materializaciones de lo numinoso -por
ejemplo, mis cuadernos- están cerca, son innumerables, son tan densas que
deberían haberme arrinconado hacia algún extremo impecable de existencia:
gracias a mis cromos y a mis santos yo debería estar lleno. – Nada he roto. -
El amuleto lo perdí borracho en la riña y en la fiesta -y ya no salgo. Me
olvidé de quemar hasta la imagen que olvidé: La Vera Faz del Señor Jesucristo.
Guardo un arsenal de armas para un masivo sacrilegio. Y yo todo lo guardo: el
tabaco en su bote, el incienso en su hueco del pebetero. No tengo el menor
interés, respetable Lector, en presentarme como el Nuevo Hombre-Maravilla, un
Encarnado en contacto con los Dioses y los Elfos, pues no: Soy vulgar, casi
mediocre, funcionario hiper-terreno que hila versos. Y en el lodo y en el humo,
y en las aguas y en los huecos, a mis ídolos ya presiento. Me miran y no me
veo. Me lees y yo no te leo.
PLANETA DONDE DIOS ERA EVIDENTE
Harto
el viejo Dios de que siempre le echaran en cara lo mismo -que fuese invisible y
que tolerase el Mal- decidió manifestarse de manera incontestable para todo el
mundo, así como remediar cualquier injusticia o sufrimiento.
En aquel planeta se
presentó como Cristo, expulsó de nuevo a los demonios, anduvo sobre las aguas,
multiplicó los panes y los peces, confundió a los doctores, resucitó a los
muertos y él mismo tras ser torturado, crucificado, muerto y sepultado,
re-sucitó al tercer día, según está bien escrito por hombres más antiguos y más
sabios que nosotros, meros recopiladores o cronistas.
Pero esta vez los
testigos del acontecimiento no fueron unos pocos sino, gracias a los medios de
comunicación y a las más modernas tecnologías cuánticas y digitales, la inmensa
mayoría de los habitantes de aquel desventurado y lejano mundo. – (Con la
tecnología del Waterplus podías oler la piel de Cristo en el Martirio o besar
sus pies si pagabas lo suficiente y con tres meses de antelación tu Semana
Santa).
Y no subió a los
Cielos, sino que se quedó entre los mortales. Como uno más. Daba pena ver a
Dios.
-Para que nadie se
confundiera, esta vez aclaró que era el Dios hecho hombre y no solo el Hijo de
Dios o el Hijo del Hombre. También explicó con igual nitidez que en otros
lugares se manifestaría de distintas maneras hasta convencer a los más
escépticos. - Se notaba a la legua que el Dios Evidente era un Gran Traficante
y un Comerciante a lo Grande, el principal beneficiario de paraísos fiscales
como Panamá o Belice. – Pero lo que realmente le gustaba a Dios en estos
tiempos era decapitar la testarudez de los ateos; y era espantoso para ellos.
Sin embargo, a pesar
de los continuos progresos sociales, los milagros económicos, la explosión
sanadora de burbujas financieras, los 1000 años de prodigios de armonía
política certificados por el Dios Bueno, los cientos de miles de demostraciones
del Dios Evidente, Incuestionable, del Dios- Esclavo, muchos siguieron
negándole.
14 de enero de 2015
SUEÑO: Mamá flanqueada por Maruja Gullón
declara: “El hecho de que hayamos avanzado como
individuos no significa que hayamos avanzado como pareja”. Lo que yo invierto de sentido nada más despertar: “Puedo haber
avanzado como pareja y no como individuo”.
SUEÑO erótico: Morphi tiene los senos y el
vientre desnudos cubiertos de azúcar duro que yo lamo.
SUEÑO
feliz en el
cámping: Chari y Belén roban al pasar una fina orquídea de un parterre y yo les
riño por ello dando muchos argumentos y aspavientos que abruman a Belén. Luego
me ducho desnudo al aire libre, descarado, muy cerca del restaurante; parece
que no estoy nada reprimido.
Viernes 16 de enero de 2015.
El ISLAM ES PAZ.
“Los
hombres son superiores a las mujeres, porque Dios les ha otorgado la
preeminencia sobre ellas. Las mujeres deben ser obedientes y guardar los
secretos de sus esposos (…) Los maridos que sufran la desobediencia de sus
esposas, pueden castigarlas, dejarlas solas en sus lechos y hasta golpearlas.
Mas si os obedeciesen no les deis motivo de queja. Dios es excelso y grande “(El Corán capítulo IV, 38).
“Aquellos
que se niegan a creer en las verdades que anunciamos, serán precipitados en las
llamas. Su piel apenas consumida se renovará, y cada instante sufrirán nuevos
tormentos, cada vez más crueles (cap.
IV, 59).
“Vosotros,
judíos, creed en el libro que confirma la verdad del Pentateuco, antes que
nosotros os cambiemos los rostros, poniéndolos en sentido contrario” (IV, 50).
“…Matad
a vuestros enemigos donde quiera que los encontréis (…). No combatáis al
enemigo cerca del templo de Haram a menos que ellos os provoquen. Mas si os
atacaran, bañaos en su sangre” (El Corán
capítulo II, 187).
SUEÑO
que voy a
lanzarme en paracaídas desde un avión del Ejército, mi ajustada camiseta
militar me marca los músculos de los brazos y me siento orgulloso de que los
admire una joven compañera que está ahí al lado, a la que siento, pero a la que
no veo, y sé que esto ya me ha pasado con ella en otros sueños. Luego estoy
totalmente desnudo, tal vez duchándome y ella me baña de nuevo con su admiración,
me siento bien mirado por detrás, ella tiene el rostro de la novia del
yihadista Coulloubaly, el de la matanza del hipermercado judío de París.
¿ES
RELATIVO TAMBIÉN EL NO MATARÁS? – Sí, puesto que
nosotros exterminamos sistemáticamente a los animales para comer o bien
asesinamos insectos que nos parecen nocivos. Desde el punto de vista de un
islamista, asesinar blasfemos es un acto al servicio de Dios. Edén Pastora
decía que “él no había matado más que alimañas” y por ello se sentía en paz con
Dios. Sin embargo, quiero creer que nuestro sentimiento moral no es un mero
reflejo de nuestra programación cultural. Que en sí mismo es mejor no matar: Ni
animales ni personas. - Dios mío. - Que el Alma lo sabe. Y que la civilización,
el desarrollo humano es estar cerca del alma. Amén.
Jueves 22 de enero
SUEÑO
- Me pasan una
guitarra negra sin caja de resonancia, parecida a la amplificada acústica del
filipino Expósito del primer crucero, y tengo que improvisar algo que en las
últimas notas reconozco como “Acordai
Doncela”, pero en un
tono más grave, pues casi parece que estoy tocando un bajo. Algunos acordes me
los invento. Levanto la cara con timidez hacia mi público. ¿Les habrá gustado?
Un aplauso entusiasta, conmovido, derramado me responde. Es un grupo de padres.
La niña que está a mi lado se reclina contra mí y yo la abrazo con delicadeza y
le digo cosas dulces al oído. Su papá me sonríe. – Impresión absoluta de
ternura realizada.
-Noté que la Bella
Patricia La Morena (que es muy rubia) me observaba desde el sinfín soñadora, y
tuve la maldad de pedirle explicaciones con autoridad por la canción o letanía
que en ese momento estaba yo entonando. Roja de vergüenza como una fresa más
que como un pimiento, empezó a balbucear frases y hasta sílabas sin sentido. -
Su compañera de cinta, la lista Sheila, se reía…- Me habría gustado decirte,
Patri: - “A mí también me gusta mirarte a
escondidas, admirar tu melena como el oro rubio, tus ojos azules), tu piel tan
tan pálida… Pero no te ruborices por mí; te lo ruego. Si piensas en mí, tu
Moldeador, con amor, si por mí te distrae Eros, y te turbaste, me siento muy
halagado. No va a ninguna parte; pero es mutuo”.
SUEÑO: No es muy guapa, pero es joven. Lleva el pelo corto como un
chico. No hace mucho que nos conocemos. Jugamos a perseguirnos. Es muy erótica.
Qué sueño más bonito. En el bungalow de Las Lagunas, entre ínsulas. Alguien
llama a la puerta… ¿Culpa? -No. Son dos niñas gemelas. No hacen daño a nadie.
Nos sonríen. Nosotros tampoco hacemos daño a nadie con nuestros juegos
sexuales. Qué sueño más bonito. Ojalá no se terminara nunca. - Ahora estamos en
una ciudad civilizada y llena de jóvenes; es un gran centro acristalado con
escaleras mecánicas cruzándose, doradas escaleras que desde donde estamos suben
y ascienden: - Alegre barullo de la vida. Mi amiga se encuentra con una joven
eminencia, si no de su misma edad, sí de su misma generación. Es un
conferenciante célebre, un pensador nuevo con poco más de 30 años. Comprendo
que ella esté impresionada, me hago a la idea de que tal vez le quiera comer la
boca -esa boca de la que brotan discursos destinados a mejorar el mundo- y a la
vez, por fuera, me mantengo sereno, distante, a la espera, lo que parece
agradar al joven sabio que tiene los ojos orientales y alucinados de Carl
Sagan. Y me trata por ello con deferencia. -Al despedirse, me dice con mucho
misterio que su nombre es “Bonsai”. Como si me regalara una clave, un password,
una contraseña. Tiene poderes telepáticos más que evidentes. Y se marcha a sus propias
ocupaciones con la chica erótica y con el que parece su discípulo o aprendiz
casi adolescente. Le está lavando la mente. - ¿Quieres que volvamos a vernos?,
le pregunto a ella tumbado de repente en plan cigarra por los aires, al lado de
las escaleras mecánicas que siempre suben. Y la erótica sonríe y contesta un SÍ
rotundo, sonoro que arranca risas del joven genio filosófico y de su
acompañante, ambos de perfiles rubios bien definidos. Ríe el mundo. Qué sueño
más bonito.
Jueves 29 de enero de
2015
SUEÑO con un enorme y majestuoso hospital blanco que me recuerda
a la catedral de Milán, o a las Suore Bianche, la civilizada y luminosa Italia de los años 60 que
nosotros sentíamos como cosa nuestra, la Italia católica que admirábamos en
Libya, una cultura superior, más sofisticada, más moderna y a la vez cargada de
Historia. Una Italia tricolor y sanadora. - El hospital tiene diversas torres
neogóticas, estilo Gaudí en la Sagrada Familia a los lados y pabellones y
estructuras más bajas en el centro conectadas entre ellas; es simple y
funcional como el laberíntico aeropuerto de Frankfurt. - También se parece a
las “catedrales” de las termitas. - En el centro de la entrada hay una capilla
igualmente inmaculada con un friso triangular sobre la puerta. Podría darle un
golpe con el puño al estuco de los relieves o un mordisco y notar el sabor a
escayola; tal es la fuerza que emana este sueño. No sé qué hacer: Temo que este
sea mi Destino: Que se trate de una capilla mortuoria, pero a la vez el aire es
limpio, puro, espléndido, de re-nacimiento todavía. - Tengo que dejar de
fumar.
Sábado 31 de enero de
2015
SUEÑO confuso en la gran ciudad iluminada como en Navidades: Veo derrapar
en una curva del centro a un Mercedes blanco que choca con el bordillo; por lo
visto se trata de una familia del Este que en ruta y para no perder tiempo ha
acoplado su vehículo al cuerpo del otro, y sin parar ha trasladado a sus
ocupantes como si fuese una nave especial de seis ruedas. Me acerco y ahora el
super-coche parece un escaparate de un comercio, se ha transformado en un salón
con vitrina; es increíble la tecnología o la magia natural destos eslavos. Y para mi asombro están vivos. Venir de tan
lejos, cambiarse de coche sin parar, sufrir un accidente, …, han hecho algo
dificilísimo y han sobrevivido. Por eso son los héroes del día y los villanos.
- Creo que este sueño habla de nuestro traslado; tal vez sea un buen
presagio.
-Anteanoche
en un raro impulso premonitorio que no me impresiona, sintonicé Radio3 y
apareció Ignatius con su voz nasal
característica (y que me resulta tan agradable) hablando de su recién publicada
novela CONTRA EL FIN DE SIGLO,
sátira política y cultural escrita bajo seudónimo en 1998 donde llega a
profetizar la crisis financiera. - A pesar del dulce placer de volver a oír su
voz, todas sus declaraciones me suenan a autoglorificación, a Vanidad. – Aunque
quizás yo no soy justo y simplemente le envidio por ser una persona que no se
siente fracasada, sino que ha realizado y está aún realizando lo que se propuso
en la vida, sus sueños de juventud. - Pero, esa falta de pena, ¿no le aleja de
lo real?
-Ayer leí
de un tirón EDIPO REY -qué
experiencia más desagradable- sintiendo hasta qué punto eran extraños a
nosotros los griegos del siglo V a. C. - Todos son títeres del Destino, y los
Dioses se insinúan en la realidad humana solo para espantarnos, -Dios mío-, y
hacernos sentir nuestra insignificancia. La culpa, el arrepentimiento, el
pecado, la sensación de haber cometido una atrocidad inexpiable -como
parricidio, seguido de incesto-, no queda atemperada por el perdón, la
intercesión de los santos ni la misericordia cristiana. - Pues estos dioses son
implacables, e inaplacables.
-Nos
parecía que los de Consuegra dormían demasiado. A eso de las 11 de la mañana solo la Tía Agustina se
había levantado y siempre me recibía de buen humor en su cocina. - Y por la
tarde, largas siestas. Y aún largas prolongaciones de la misma tarde de cartas,
tabaco y cháchara en el casino con los de siempre, en el casino cuyo nombre sonaba
igualmente a sopor, a repetición y a tiempo vacío. - Nos los imaginábamos en
las habitaciones más recónditas del caserón de la calle de los Frailes (con
todas sus plantas, galerías, habitaciones, graneros, garajes y almacenes), nos
los imaginábamos hundidos en vetustos colchones de plumas, colchones del siglo
XIX, que olerían mal, a exceso de sueño, a mala vida de familia. - Ninguno de
nuestros tíos de Consuegra trabajaba: Las rentas de las tierras habían hecho
llover el dinero en la cuenta del banco. -Era peor que injusto o inmoral; era
una especie de pecado contra la vida: Levantarse tan tarde… Aunque hoy sea
domingo, pero ellos nunca trabajan… -Y ahora ese arte de matar el tiempo, de
permanecer inmóvil, casi inerte, a la espera de la Navidad, de la Vendimia, de
la Feria, es como si se hubiese vuelto mío.
Anochecía,
era septiembre, y yo estaba solo con
el abuelo. Mis padres y Xavir (mi hermano pequeño) se han marchado a Madrid. Yo
miro al sol irse desde la ventana de arriba y una tristeza desconocida e
insoportable me atenaza: Es tempranísimo pero el día ha terminado para
nosotros; esto es lo que me hace llorar: tener que irme a acostar: - En perfecta sincronía orgánica o animal con
el ritmo del cosmos, mi abuelo Brígido ha empezado a bostezar en cuanto se ha
puesto el sol, y no parece tener ningún empeño en prender la luz o prolongar la
velada.- Entonces empecé a llorar de
angustia pues sabía que ese día ya no saldríamos a ningún lado ni sucedería
nada. La rutina natural del abuelo que se levantaba y se acostaba siempre con
el sol, me había engullido. Era un viaje -y terrorífico- a las sobriedades del
siglo XIX, a la casa donde una bujía eléctrica amarillenta es aún una pálida
invitada. -Y era como si de pronto el Tiempo se hubiera desnudado de todo lo
que le vestía. Terriblemente vacío.
4 de febrero de 2015
- SUEÑO: es un gran edificio como un colegio mayor donde viven los
estudiantes en una parte expuesta al resto de la estructura pero con
habitaciones privadas y familias en residencias particulares, en teoría sin
acceso público -enfatiza este hombre muy justo pero frío como una serpiente,
carente de la mínima emanación de empatía- pero, como puede ver, las
habitaciones carecen de puertas; de modo que aquí la intimidad absoluta, es una
cosa muy relativa, bromea.- Esto me parece lógico en una institución donde se
está viviendo la utopía: Los estudiantes gozan de intimidad en sus cuartos pero
no como grupo; las familias tienen intimidad
como familias pero no como individuos. Lo privado y lo público sabiamente
racionados, claro, insinúa. -Pero al final parece que todo se orienta a que los
padres de familia, los héroes en el teatro de la eficiencia pueden vigilar a
todos, pienso - De modo que así nadie pueda substraerse a la perfección del
Conjunto. Que es Esférico y muy Hermoso, dice el perfecto. - Creo que ando por
aquí, por la zona de estudiantes buscando la última carta de Ignatius que he perdido en la realidad o, no sé,
tal vez en sueños; el caso es que la deseo, y la busco, y no la tengo.-. Llego
al salón con puertas batientes de cristal biselado de la Familia Utópica, son más monstruosos y más aterradores que los
robots o los ciborgs, son peores que los demonios, los fantasmas o los
infrahumanos. Pues son una mezcla de todos ellos. - Y lo que siento, en suma,
es que sus corazones no son humanos… Aquí, de puertas adentro, no hay ruido ni
agitación como en la de los estudiantes sino un orden y un silencio
impecablemente burgueses. Me invitan o más bien me obligan a cenar; son como
lémures o asuras dotados de modales sociales y de cerebros. -Y voy a cenar con
ellos. - En el silencio tétrico se insinúa la probabilidad de que yo coma lo
que ellos.- El horrendo banquete es presidido por el padre con gafas redondas
de maniático -se parece algo a mi Maestro Miguel Herreros -los hijos sumisos le
miran desde abajo como hace Alejandro el
largo con Miguel en la Escuela de Música.- Un caniche blanco en el centro de la
mesa del comedor, sentadito en la posición de la esfinge se deja diseccionar,
viviseccionar sin moverse ni proferir una queja. El sacrificado animal.
Mientras lo trocean en vivo las manos demasiado precisas del pater familias que
maneja como bisturíes y escalpelos los cuchillos de cocina y los tenedores. –
La verdad, me está dando muchísimo asco participar en esto. - Pero hasta el
perro, de ojos lindos, parece convencido de la necesidad de todo esto. - De
este espantoso banquete. Porque es una familia del futuro, todos están de
acuerdo en que es mejor que cada uno coma por su cuenta y sin tasa solo sangre
fresca. Y ninguna otra cosa. Forma parte de su religión racional, de su
proyecto, de su utopía, de su dieta. -Eran unos vampiros alemanes tal vez de
algún siglo posterior al nuestro. - Eran horrendos. Porque hablaban y reían y miraban a los ojos
como humanos. Pero ¿lo eran? - El pobre
perrito con todo su menudo cuerpo en carne viva, salvo la carita y el
morro, despellejado en trozos de lomo perfectamente geométricos sobre la
bandeja, es tan real que puedo sentir que la bandeja es de plata de verdad y hasta
lamerla. No parece en absoluto un sueño. Ni se parece a otros sueños. Mientras
que el leal y heroico Animalito, medio muerto, aún nos mira, temblando, tan
desnudo …Pobre perro. - No puedo soportarlo más y hago esfuerzos por creer en
lo mismo que ellos creen, y me dispongo a beber la sangre del animalillo antes
de pelaje blanco y ahora tan rojo. -Pero el olor dulzón a sangre caliente y a
carne recién descuartizada es mareante. Y los ojos bajos y los susurros
amedrentados destos dos niños rubios chupasangres, me sobrecogen. - Va más allá de la culpa inexpiable, y del
mero espanto. - Porque utópico o no, racional o no, estamos cometiendo una
atrocidad, una abominación, algo imperdonable.
- SUEÑO que hago una exhibición de esgrima delante de los membrillos
en el penúltimo estadio de modelado, dieciséis años. Mi florete mide casi dos
metros; es una verga impresionante, pero parece ya parte de mi anatomía.; hasta
tal punto estoy compenetrado con ella. En un momento me percato de que mi
exhibición les ha impresionado o tal vez asustado, hay que tener cuidado de no
exhibir navajas ni armas ante los jóvenes alumnados. - Así que bajo mi arma y
bromeo. - Buena imagen -se me ocurre- del poder y de los límites de la
oratoria.
“EL BUDISMO
se ha guardado siempre mucho de afirmar la existencia de un dios
omnipotente y creador. Lo cual tampoco significa que hayamos racionalizado
nuestras creencias”, Dalái Lama, Samsara.
- Es duro
que una autoridad como el Dalai Lama
niegue la existencia de un Dios Creador
y Omnipotente. O más bien, que evite afirmarla. Sin embargo, el líder de
Tíbet sí asume como certezas la reencarnación, los oráculos, los presagios, la
interpretación de los sueños, la existencia de estados superiores del ser y de
la conciencia, etc. Y también reza a las
deidades, como yo a Krishna. Pero en vez de implorar o de temer a Dios-Padre,
en vez de poner toda la responsabilidad en el Supremo, tal vez al rezar
invocamos a la parte más sabia y divina de nosotros mismos. Entender así a Dios
resulta menos infantil. - No dejo de pensar que los Espíritus Superiores, los
maestros, nuestros misteriosos guías bien podrían ser nada más que nuestras
propias almas más sabias en un futuro, intentando ayudarnos a llegar hasta
ellos desde una dimensión más avanzada (tal como aparecía en la película
INTERESTELAR).
“Apegarse
a esta existencia es vano, pues incluso si llegamos a vivir cien años, un día
tendremos que morir”. “ “Todas las experiencias (…) terminan en desgracia.
Reflexionando sobre su locura nos podemos dar cuenta de que, si rompemos desde
ahora ese círculo vicioso, no vale la pena continuar así. Por ello es que
debemos -desarrollar un profundo sentimiento de aversión hacia este rosario de
pruebas (el ciclo de la existencia), al mismo tiempo que una profunda
renuncia”. (Dalái Lama, Samsara)
-SUEÑO: Tisbe. Cláusula.
Tras pactar una cláusula matrimonial por la que mi mujer me da permiso para
ello, me precipito y me abalanzo sobre el pubis lampiño de Tisbe, casi
adolescente. No soy Príamo priápico sino un fauno cincuentón de los del montón,
tras la huella de las jóvenes de carnes frescas, forzudo aún como la leona que
desencadenó su tragedia.
SUEÑO que mamá ha muerto y papá me dice: “Desde que ella se fue,
he sufrido uno por uno, cada maldito minuto”. - Lo que no era el lenguaje habitual de papá ni
su manera de hablar. - Y echa la cuenta de una gran cantidad de tiempo que,
sumada a su expresión desesperada, me contagia su soledad infinita y su
tristeza.
13 de dic.
SUEÑO: Morphi se inclina sobre mí y me hace un
fellatio que me sorprende. También me besa en la boca como una vampiresa
extremadamente erótica.
- Dejar de buscar. Dejar de pensar. Dejar
cualquier línea de crecimiento personal, incluso las que engordan y hacen
que perdamos la línea…. Cualquier camino espiritual. Cualquier doctrina. Volver
a los sentidos, al cuerpo, a lo natural.
Arrojar por la borda todo el lastre de lo sagrado. Pues todo lo que ocupa
mi mente no es sino material copiado, imitado, tomado en préstamo, en el fondo:
robado. - Y el sentido de la vida no puede ser enseñado ni entregado por otro.
Los maestros son incapaces de transmitirnos su experiencia. Y el esfuerzo por
llegar a la iluminación, el intento de ser perfectos nos aleja de la
Iluminación y de la Perfección. La búsqueda de la una solución es precisamente
El Problema. Mis persecuciones “espirituales” a lo largo de 52 años, no me han
llevado a nada. - Todo esto que la lectura de UG KRISHNAMURTI me pone de
repente y sin avisar delante de los ojos, no es nuevo. Y ni siquiera es tan
inquietante. El sentimiento trágico de la vida precisa que Dios no exista ni el
otro mundo. – Sí: Cuando dejo de buscar, es cuando se produce un cambio.
16 de dic. SUEÑO
que voy a entrar en un macroconcierto
semejante a una feria. Con la entrada te regalan un sombrero y aunque ya llevo
el mío de paja, canjeo el tícket en el chiringuito con mostradores de cervezas
de aluminio. La chica, agitada, con mucha prisa, me ha dado 2 metidos uno en
otro. Me lo pienso un poco, pero termino volviendo al chiringuito a devolver el
menos bonito de los dos sombreros -sin contar el mío-, casi igual que el de
paja. -La camarera lo recoge sin darme las gracias ni sonreír ni nada. Avanzo
ilusionado hacia la gran fiesta. Veo a muchas chicas con la cara enharinada y me
cuesta un rato comprender que van disfrazadas de fantasmas o de zombis y que en
realidad estoy en una celebración de Halloween. - Gravita la idea, temida, de
ser infiel a Morphi. – El sombrero que me acaban de regalar es un sombrero
americano de alas plegadas, amarillo, con pintas rojas, espejuelos y adornos.
Pero todo el ambiente es ténebre. - Esta es mi visión de la
Fiesta tras pasar ayer por casa de Lu. Sin excederme más allá de tres vasos de cerveza y ya en vísperas de Navidad: Entro ilusionado, incauto…, los demás
ni caso, a su rollo, a sus intereses, apenas me ven. Creía que era un concierto
pero en realidad era una siniestra fiesta de muertos. Y peligrosa para mí por
sus tentaciones de lujuria. No tengo ni idea de cómo acabó aquello.
- 1 de enero de 2016 SOÑÉ que estaba aquí en el piso de Torre del … Le presentaba un chico negro con rastas a Morphi y ella
me lo reprochaba. Luego yo andaba por ahí, en la calle y al volver a casa me
encontraba con J. y Belén en la escalera, pasaban al piso, estaban como de
fiesta y se abrazaban y se besaban mucho. Me daban envidia. Les preguntaba por
Morphi. Me decían que, como yo no había venido, se había ido con sus compañeros
del grupo. El tono era de “te lo tienes merecido”. Y yo mismo lo asumía, aunque
sintiera celos en silencio.
- SUEÑO en Technicolor (después de ver Gigi): Pasa
una pareja de novios brillante en coche junto a dignatarios eclesiásticos
vestidos de armiño y de púrpura y con flamantes tocados. Todo es tan real en
estas materias de sueño que me parece que puedo oler las pieles y las caspas de
las pelucas, tienen un aire de antigüedad que es completamente nueva para mi
experiencia. -La novia me sonríe (yo no diría que es una pequeña infidelidad
sino un gran acto de confianza)-. Sé cómo debo comportarme con los obispos, los
capitanes, los cardenales, los jueces y las autoridades. Junto a ellas me
encuentro en mi elemento. Acaban de
llegar, en una tartana con lona, unas niñas vestidas de Primera Comunión, de punta en blanco. Salen, como de la nada, los
altos clérigos que las conducen -todos ellos por lo menos arzobispos,
almirantes de almas- risueños y elegante con ropajes opulentos en tonos lilas
suaves. Saludo ceremonioso. Me acerco al carro: Una de las niñas es la rubia
Nazaret del penúltimo sinfín del modelado de membrillo y en su traje de crochet
– a la vez vestido de fiesta y de viaje-, está llorando por algo que le he
dicho antes, algo que ha pasado entre nosotros y no recuerdo. Sí, Nazaret
también ha salido llorando en otros sueños. Algo tal vez cínico respecto a
todos estos rituales en Technicolor, algo que destruye sus esperanzas y rompe
sus ilusiones. Tumbado a su altura en una posición rara -como la de cigarra en
el sueño de las escaleras mecánicas en Friburgo- le explico pacientemente por qué
lo he hecho, por qué lo he dicho. Y parece que la tranquilizo. Creo que consigo
convencerla de que es necesario burlarse de todo este boato, aunque
disimulemos.
2 de enero de 2016
“Dirán que
soy incapaz de expresar lo que quiero tratar, por no haber aprendido en libros,
pero no se dan cuenta de que la exposición de mis temas exige, más que palabras
ajenas, experiencia. Esta ha sido la
maestra de todo buen escritor; debido a esto, ella será la que yo mencionaré
siempre como maestra (…) Esos que se dedican a resumir obras, dañan el conocimiento y el deseo, porque el deseo de
algo es la fuente del conocimiento y el deseo es tanto más vehemente cuanto más
verdadero es el conocimiento. Del conocimiento profundo de todas las partes que
componen el conjunto de una cosa nace esta certeza (…) ¿cuál es la utilidad de
quien prescinde, con la finalidad de resumir, de la mayor parte de los
elementos de que está compuesto el todo? Indudablemente, es la madre de toda
extravagancia, la impaciencia, la que impulsa la brevedad, como si esas
personas no tuvieran toda una existencia por delante lo bastante larga para
lograr un profundo conocimiento de una sola materia, como el cuerpo humano, por
ejemplo (Leonardo de Vinci, Cuaderno de Notas, La Verdadera Ciencia.
I. La Experiencia).
9 de enero
de 2016
- SUEÑO:
Lóbrega y atestada frontera que por un
lado da a Cuba y por otra a Jamaica. Yo a donde quiero ir es a Cuba,
naturalmente. En la puerta deste país me encuentro a Víctor Díaz, no sé si es
funcionario de aduanas o simple colaborador del régimen. Le pregunto a qué
distancia queda la ciudad más cercana y él me lo pinta muy mal: a unos 30
kilómetros, carreterucha sin iluminar y tormentas tropicales con invasiones de
sapos por la calzada. -Me dejo pues convencer para tomar la otra puerta. -Ahora
estamos -pues voy con Morphi- serpenteando por túneles subterráneos y siguiendo
a Víctor que nos ha robado algo; tiene algo nuestro y ponemos mucho cuidado en
que no se dé cuenta de que le vigilamos. Pasa mucha gente en desorden por lo
que parecen pasadizos de un metro. Víctor se esconde en un rincón sin gente
para hacer una operación ilegal: no sé si liarse un porro o cambiarle la
tarjeta al móvil. Se ha escondido en una especie de hornacina negra, semejante
a una cueva. Luego continuamos nuestra persecución hasta que Víctor ingresa en
un vagón del metro. Allí hay un anfiteatro con gradas. Nosotros nos quedamos
arriba, escondidos entre la multitud, y él abajo. Entonces me doy cuenta de que
nos hallamos en Cuba porque un pasajero levanta la voz para pedir colaboración
en un acto solidario contra los móviles. Y no es porque hable en español.
Víctor se levanta y presume de ser el más radical arrojando con teatralidad su
teléfono al cubo de la basura. ¡Eso sí que es comprometerse sin pensárselo dos
veces! No puedo reprimir mi admiración hacia Víctor y, coreado por otros,
empiezo a aplaudirle y a gritar Viva España. Y ahora ya me da igual que nos
haya robado el móvil o que nos descubra.
-Ahora
estoy sin Morphi en un albergue juvenil
de Cuba, tumbado casi en la misma cama que una chica rubia lugareña (ojos
ovoides como la catalana que es la número dos del PSOE). Ella se insinúa, me
toca los pies con los suyos, me excita, pero no respondo. Un cubano también
rubio y de su misma edad (unos 30) se ha tumbado al lado de ella, pero del otro
lado, e intenta seducirla, aunque ella sigue más pendiente de mí. Al final le
veo culeando por debajo de las sábanas y ella le deja hacer, aunque no parece
disfrutar y ni siquiera la está penetrando… El chico entonces, sin agresividad,
me señala la hilera de camas vacías a mi izquierda, como si le hiciera gracia.
Entonces una enana morocha muy fea, desde lo alto de una litera me ordena que
ponga una mesa-camilla muy pequeña en la cabecera de mi cama a manera de almohada.
Yo al principio no la entiendo, pero acabo sentando la cabeza donde ella me ha ordenado.
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